domingo, 26 de octubre de 2014

2º BACHILLERATO. SELECCIÓN DE TEXTOS SIGLO XVIII. PROSA.


 NOTA. por favor, imprimidlo y llevarlo a clase.

DIEGO DE TORRES VILLARROEL

VIDA

Me he reído muchas veces a mis solas de ver el empeño que han tomado mis émulos en querer hacerme sabio y silencioso; que ésta ha sido la porfía más temeraria con que han procurado echar a rodar mi paciencia. Yo no puedo fundirme la humanidad ni formarme otro espíritu, ni sé dónde comprar otra cabeza; lo que discurre, lo que cavila y lo que contiene la que Dios me ha puesto en los hombros es lo que doy al público; si esto es majadería, ignorancia o simplicidad, no debo pena, porque Dios no ha querido ponerme otro caudal en ella, ni ha permitido que entren ni salgan de mis sesos las discreciones, las sutilezas ni las ingeniosidades. Dícenme que pudiera dejar de escribir; y es verdad que puedo; pero no quiero, que así paso muy buena vida, con sobrada comodidad, con quietud, con esparcimiento, sin sujeción, sin pe- ligros, sin petardos, sin deudas, sin pretensiones, sin ceremonias y sin el más leve deseo hacia las dignidades ni a las abundancias; además que a mí ninguno me da nada porque esté callado y silencioso, y me lo dan cuando hablo y escribo; y así, quiero hablar y escribir a pesar de soberbios y tontos, que haciéndolo yo (como lo he hecho hasta ahora) con licencia de Dios y del rey, me burlaré de cuantos quieren poner candados a mi boca y cotos a mi fantasía. Yo me hallo muy bien con mis disparates, y por dar gusto a los antojos de cuatro presumidos, no he de soltar mis comodidades, risas y quietudes; primero soy yo que su dictamen y su soberbia, púdranse ellos, y vamos al caso.

(Trozo Quinto)

B. J. FEIJOO

TEATRO CRÍTICO UNIVERSAL

A tantos se ha extendido la opinión común en vilipendio de las mujeres que apenas admite en ellas cosa buena. En lo moral las llena de defectos y en lo físico de imperfecciones; pero donde más fuerza hace es en la limitación de sus entendimientos. [...] Llegamos ya al batidero mayor que es la cuestión del entendimiento, en la cual yo confieso que, si no me vale la razón, no tengo mucho recurso a la autoridad; porque los autores que tocan esta materia (salvo uno u otro muy raro) están tan a favor de la opinión del vulgo que casi uniforme hablan del entendimiento de las mujeres con desprecio. [...] Hombres fueron los que escribieron esos libros, en que se condena por muy inferior el entendimiento de las mujeres. Si mujeres los hubieran escrito, nosotros quedaríamos debajo. [...] Estos discursos contra las mujeres son de hombres superficiales. Ven que, por lo común, no saben sino aquellos oficios caseros a que están destinadas y de aquí infieren (aun sin saber que lo infieren de aquí, pues no hacen sobre ello algún acto reflejo1) que no son capaces de otra cosa. El más corto lógico sabe que de la carencia del acto a la carencia de la potencia no vale la ilación2; y así, de que las mujeres no sepan más, no se infiere que no tengan talento para más. Nadie sabe más que aquella facultad que estudia, sin que de aquí se pueda colegir, sino bárbara- mente, que la habilidad no se extiende a más que la aplicación. Si todos los hombres se dedicasen a la agricultura (como pretendía el insigne Tomás Moro en su Utopía), de modo que no supiesen otra cosa, ¿sería esto fundamento para discurrir que no son los hombres hábiles para otra cosa? Entre los drusos, pueblos de la Palestina, son las mujeres las únicas depositarias de las letras, pues casi todas saben leer y escribir; y en fin, lo poco o mucho que hay de literatura en aquella gente está archivado en los entendimientos de las mujeres, y oculto del todo a los hombres, los cuales sólo se dedican a la agricultura, a la guerra y a la negociación. Si en todo el mundo hubiera la misma costumbre, tendrían sin duda las mujeres a los hombres por inhábiles para las letras, como hoy juzgan los hombres ser inhábiles a las mujeres. Y como aquel juicio sería sin duda errado, lo es del mismo modo el que ahora se hace, pues procede sobre el mismo fundamento.
1acto reflejo: acto de reflexión; 2no vale la ilación: no se puede inferir una cosa de la otra.

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