domingo, 29 de enero de 2017

2BC TEMA 5. ACTIVIDADES. COMENTARIO DE TEXTOS EXPOSITIVOS Y ARGUMENTATIVOS. HA MUERTO UN PAPA.


HA MUERTO UN PAPA

No sé si estos días han servido para aprender quién fue Adolfo Suárez, pero han resultado imprescindibles para averiguar quiénes somos nosotros. Al ensalzar al difunto, nos ha salido un retrato colectivo al que da pánico asomarse. La historia comenzó con la sorprendente necrológica que le hicimos en vida. Desde el viernes, cuando nos comunicaron que había comenzado a agonizar, hasta el domingo, cuando falleció, echamos sobre él paladas y paladas de adjetivos hipócritas como el que arroja paladas de tierra sobre un vivo que se resiste a ser enterrado. Suárez se resistió lo suyo, pese a que todos, amigos y enemigos, hablaban ya de él en pasado. Su último suspiro nos pilló a medio obituario, entre el más allá y el más acá, podríamos decir. Estábamos al borde de la tumba, con la camisa empapada en sudor debido al esfuerzo. Pero somos un pueblo al que nada detiene.

¡Más madera!, gritaron desde la sala de máquinas. Y cuando ya creíamos que era imposible soltar más ditirambos, más apologías, más exageraciones acerca de aquel hombre al que habíamos en su día detestado también hasta el exceso, empezó a salirnos de la boca lo mejor de nuestro instinto necrológico. No parecía que se había muerto un político, sino el Papa de una religión verdadera. De hecho, se le ha enterrado en una catedral, llevándose consigo, además de los ramos de flores, un aeropuerto, decenas de calles y avenidas, jardines, parques, monumentos, colegios, qué sé yo. De repente, todo se llama Adolfo Suárez. En la comunidad de vecinos de mi casa, que tiene tres escaleras, hemos decidido llamar Adolfo Suárez a la del centro, y con los votos de los de la izquierda y la derecha. No se fijen ustedes en lo que hemos dicho estos días de Suárez; fíjense en lo que hemos dicho de nosotros al hablar de él y comprenderán quizá por qué nos pasa lo que nos pasa.
Juan José Millás, El país (28-3-2014)

1. Enuncie el tema.
2. Señale las características lingüísticas y estilísticas más relevantes.
3. Indique qué tipo de texto es. 

FECHA CORRECCIÓN: MIÉRCOLES 1 DE FEBRERO.

2BC TEMA 4.LITERATURA. EL TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS REPRESENTATIVAS.



TEMA 7. EL TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS.

Desde principios del siglo XX van relegándose paulatinamente las formas del drama romántico, lleno de pasiones desmesuradas y lenguaje altisonante y afectado, cuyo mejor exponente fue José de Echagaray (1832-1916). El espectador comienza a interesarse por historias de la realidad cotidiana que le atañen más directamente, pero rechaza lo que se aparta de los temas tradicionales tratados con la técnica de siempre, de ahí que hubiera tres tendencias que tuvieran éxito comercial mientras que autores más inquietos estéticamente que ensayaron procedimientos novedosos no llegaron al gran público.
A. TEATRO QUE TRIUNFA
1. TEATRO REALISTA
Llamada también “alta comedia”, continúa la tendencia realista de la segunda mitad del siglo XIX. Es el teatro burgués por excelencia: sus temas predominantes son las costumbres sociales, se desarrolla en un marco urbano y se dirige a la media y alta burguesía. Decorados, mobiliario, vestuarios y todo el atrezo son elegidos para producir un realismo escénico que refleje fielmente los ambientes cotidianos.
Máximo representante: Jacinto Benavente. Comenzó su carrera denunciando los defectos y convenciones de la clase media y alta, atacando el arribismo y la hipocresía., lo que le granjeó la admiración de los jóvenes escritores del momento por su carga crítica y su renovación del lenguaje teatral, pero su obra El nido ajeno (1894), tuvo muy mala acogida por parte del público por lo que en adelante el autor prefirió ir acomodando la temática de sus obras a los gustos y preocupaciones de la sociedad. Se convirtió en una especie de cronista de la buena sociedad, escenificando con tono condescendiente sus prejuicios e intolerancias, actitud que no le perdonaron los intelectuales de la época. Entre sus obras destacan los dramas rurales La malquerida y Señora ama, y otras que están en la línea de la llamada “comedia de salón” como La noche del sábado, Rosas de otoño..., pero su obra maestra es Los intereses creados, farsa que utiliza los personajes y el ambiente de la vieja comedia dell'arte, pero que encierra una cínica visión de los ideales burgueses, aunque prudentemente edulcorada.
Benavente hizo un teatro sin grandilocuencia, con una fina presentación de ambientes cotidianos y una “filosofía” trivialmente desengañada. Destaca su habilidad escénica, su ingenio y la fluidez de sus diálogos. Su línea fue seguida por Gregorio Martínez Sierra, Manuel Linares Rivas o más modernamente Luca de Tena o Calvo Sotelo.
2. TEATRO EN VERSO.
Hacia 1910 comienza a elaborase un teatro en verso de signo antirrealista, heredero del teatro romántico de mediados del siglo XIX, y modernista por su lenguaje y la presentación de ambientes y personajes. Con resonancias del teatro del Siglo de Oro, su temática principal fue el drama histórico. Su postura es anticrítica y apologética, en oposición a la Generación del 98: se exaltan personajes y situaciones de la España medieval e imperial, idealizando y mitificando la grandeza del imperio español. Se trata de un teatro brillante pero vacío, puro ejercicio de virtuosismo dramático. Un teatro verdaderamente poético requerirá el ingenio de un Valle o un Lorca. Sus máximos representantes fueron:
Eduardo Marquina (1879-1946), que ensalzó los valores tradicionales de valentía, nobleza, nostalgia del pasado imperio y patriotismo en En Flandes se ha puesto el sol y Las hijas del cid.
Francisco Villaespesa (1877-1936). En El Alcázar de las perlas, Abén Humeya y otras, evoca la España árabe, el mundo oriental y la historia de España, y se ambienta en lujosos salones habitados por atractivas princesas.
En este estilo modernista harán también teatro los hermanos Machado, coautores de La Lola se va a los puertos obra ambientada en la Andalucía popular del cante jondo.
3. TEATRO CÓMICO
Toma la tradición de los pasos de Lope de Rueda, los entremeses y los sainetes. Engloba dos géneros que alanzaron gran éxito entre el público: la comedia costumbrista y el sainete (fue a finales del siglo XIX la modalidad característica del “género chico”, en la mayoría de corta de extensión; ahora se amplía y va perdiendo la parte musical). representantes:
Carlos Arniches (1886-1946). Su obra original se clasifica en dos garndes grupos:
--Género chico: sainetes de ambiente madrileño, como El Santo de la Isidra, Los guapos o La Doloretes. Interesantes por su habla castiza (creada en parte por el autor), los personajes son tipos populares tratados con gran fuerza expresiva y rasgos melodramáticos, la comicidad se logra con graciosos diálogos y el chiste fácil.
--Tragicomedia grotesca: funde lo risible y o conmovedor, con una observación de las costumbres más profunda y una actitud crítica ante las injusticias. Un buen ejemplo es La señorita de Trevélez.
Los hermanos Quintero, Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873-1944). Nos presentan en sus sainetes una Anadalucía artificial, edulcorada y sin asomo de problemática, que no representa en absoluto la Andalucía real. Las obras están pobladas de tipos andaluces, simpáticos, bondadosos, con sabor local y cierto sentimentalismo. Dominan la técnica teatral logrando la comicidad con situaciones disparatadas, juegos de palabras y lenguaje fluido, gracioso y ocurrente. Conciben el teatro como producto de consumo. Diferenciaron entre sainete (un sólo acto que refleja tipos y costumbres populares) y comedia (al menos dos actos y refleja tipos y costumbres no populares). Escribieron unas 200 obras entre entremeses, juguetes, sainetes, zarzuelas, comedias y dramas, de las que destacaremos: La reja, Abanicos y panderetas, El patio, Las de Caín.
Pedro Muñoz Seca (1881-1936). Destaca en el terreno de la parodia: creó un nuevo género llamado astracán, degeneración de un híbrido teatral que mezcla elementos del juguete cómico y del melodrama cómico de costumbres. Son piezas descabelladas sin más objetivo que levantar la carcajada. Destaca La venganza de Don Mendo.
No podemos dejar de mencionar el teatro lírico. El género chico tuvo una vida breve. En Madrid y Barcelona había muchas salas de este género. Es un teatro de consumo con estructura fija, dominado por las voces del elenco. El sainete y otros géneros se adaptaron con partes cantables. Con su declive, la zarzuela recobró prestigio y su repertorio se renovó. Desde los 30 vuelven a estrenarse nuevas obras aunque con menos éxito.

B. TEATRO INNOVADOR Y MINORITARIO.
Se alejan del realismo dominante y ensayan nuevas fórmulas dramáticas. Entre ellos, se alzan Valle Inclán y Lorca.
1. TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 98
Unamuno. Cauce de expresión para los conflictos humanos que le obsesionan (muerte, angustia, inmortalidad...). Son dramas de ideas con un diálogo denso y sin concesiones a las exigencias escénicas, personajes a los que confiere un carácter filosófico o simbólico, y todo ello presidido por la concepción unamuniana de la obra como “desnudez”. Destacaremos La Raquel encadenada, Fedra, El otro o La esfinge.
Azorín. Quería renovar el teatro apartándolo de la realidad, lo que se traduce en un teatro antirrealista (que permita aflorar el mundo del subconsciente lo maravilloso) y subjetivo, en la línea de lo irreal y simbólico. Destaca Old Spain y La guerrilla. Diálogos animados y vivos. Su mejor obra: Angelita sobre su obsesión por el tema del tiempo.
Valle Inclán. Su teatro tiene una clara vocación de ruptura, tanto en la forma como en la temática, lo que le convierte en una de las cumbres del teatro europeo del siglo XX. En su obra, al igual que en la novela, se observa un proceso de evolución que va desde los dramas “decadentistas” de raíz modernista hasta el esperpento, aunque este desarrollo no es lineal. Podemos dividir sus obras en:
--Tres obras varias (estética modernista): El Marqués de Bradomín, Voces de gesta, Cuento de abril. La primera es una adaptación parcial de Sonata de otoño que inicia la técnica de múltiples lugares de acción, técnica que se deriva del origen novelesco de la obra.
--Etapa de transición: las comedias míticas. En esta etapa cabe destacar: la trilogía de las Comedias bárbaras, llamadas así porque su técnica es teatral y por las violentas pasiones que perturban a sus sombríos y malditos personajes, así como por la visión apocalíptica del mundo. Supone un alejamiento de los ambientes esteticistas del Modernismo y la primera muestra de su “teatro en libertad” (libertad de imaginación creadora). La acción se sitúa en Galicia. Muestra la descomposición de una sociedad arcaica y rural. Divinas palabras, que también tiene Galicia por escenario, se puede incluir ya en la estética del esperpento por su tema y sus características.
--Las farsas: las obras de este ciclo aparecen recogidas bajo el título Tablado de marionetas para la educación de los príncipes. Elige la farsa para ridiculizar personajes y situaciones, lo que supone un paso más hacia el esperpento, por cuanto tiene de antirrealista y de situaciones caricaturescas y extravagantes. También hay que destacar La Marquesa Rosalinda, obra que entrecruza elementos procedentes del teatro de marionetas con otros de la commedia dell’arte y del entremés, dando origen a una farsa sentimental y grotesca, que es superación y homenaje de la visión modernista.
--Los esperpentos: el esperpento se constituye en un método fustigador contra una determinada sociedad: pretende comunicar el sentido trágico de la vida española a través de una estética deformadora: física, espiritual, de lenguaje y de acción (el espejo cóncavo).Valle Inclán plantea una particular tensión dramática: belleza y sangre, alegría y crueldad, técnica y absurdo, vida y muerte. El esperpento supone la superación del dolor y de la risa. Los personajes, se transforman en marionetas, en fantoches. Las obras están teñidas de sarcasmo y mordacidad, lo que hace más ácida la crítica. Los títulos más destacados: Luces de bohemia (destacar las novedosas y litearias acotaciones del autor y la gran variedad de registros lingüísticos que recoge, que van del más culto al más vulgar) y tres piezas breves recogidas en Martes de carnaval.
Jacinto Grau. Coetáneo a la Generación del 98 pero con una estética próxima al Novecentismo, realiza un teatro eminentemente intelectual, esbozando en sus obras planteamientos filosóficos y trascendentales. Entre sus títulos, destacaremos El hijo pródigo, El conde Alarcos y su mayor éxito, El señor de Pigmalión.
2. TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 14.
Aunque, como ya hemos señalado, sea un autor difícil de clasificar, el inigualable Ramón Gómez de la Serna combinó elementos simbolistas, modernistas, dadaístas y presurrealistas. Reacciona contra la burguesía puritana y vulgar. Los medios seres, Escaleras.
3. TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 27.
Federico García Lorca. Es el suyo un teatro poético. Para Lorca el teatro es “la poesía que se levanta del libro y se hace humana”, con lo que defiende la necesidad de un teatro vivo que refleje las tragedias que constituyen la vida cotidiana del pueblo, un teatro que tiene que ser emoción y poesía “en la palabra, en la acción y en el gesto”, un teatro totalmente humano pero con una recreación poética que vaya más allá de la realidad, que la trascienda. Un teatro, además, con una clara y firme voluntad didáctica, educativa, pues está destinado a elevar el nivel cultural de sus destinatarios, el pueblo. Lorca, además, concibe el teatro como un espectáculo total en el que se unen poesía, música, baile y coreografía, ya que, en su opinión, la novedad del teatro viene asociada a la “plástica”. Un buen ejemplo de esta concepción dramática es Bodas de sangre.
Lorca toma influencias del teatro modernista (la estructura de dramas en estampas, preferencia por el mundo rural), del teatro clásico español ( fusión de música y danza), y del teatro de títeres (como lugar de encuentro de una dramaturgia primigenia y popular).
Su temática: el mito del deseo imposible, el conflicto entre la realidad y el deseo, el choque del autoritarismo y la libertad.... aunque el elemento neurálgico del universo lorquiano es la frustración. Lorca lleva a escena destinos trágicos, pasiones condenadas por la soledad o la muerte, amores marcados por la esterilidad, y en varias obras todo ello aparece encarnado en personajes femeninos.
Sus personajes funcionan como arquetipos, como esencias, de ahí su preferencia por los personajes femeninos (encarnan más dramáticamente el ansia de libertad en una sociedad patriarcal y machista).
En cuanto al lenguaje, de nuevo conviven poesía y realidad: habla de un claro sabor popular y poderoso aliento poético. Destaca por la densa presencia de símbolos, metáforas y comparaciones.
En cuanto al estilo, hay que poner especial atención a su uso del verso y la prosa. Sus dos primeras obras están escritas totalmente en verso: El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda. En prosa escribió La casa de Bernarda Alba (una prosa profundamente poética). En el resto de sus producciones combinó prosa y verso.
En la evolución de su teatro la experimentación es el elemento determinante. Partiendo del drama modernista, adopta las posibilidades escénicas de la Vanguardia y los recursos de la tradición popular en busca de la expresión adecuada para desarrollar todo el conflicto temático de sus obras:
Teatro modernista: Mariana Pineda, escrita en verso.
Etapa de las farsas: entroncan con formas populares del teatro de títeres. Escribe farsas para guiñol (Retablillo de Don Cristóbal), farsas para personas (La Zapatera prodigiosa, Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín). Su farsa, al revés que Valle, intenta engrandecer a sus personajes por su dimensión trágica.
Criptogramas: denominación que incluye El público y Así que pasen cinco años. El propio Lorca las calificó como “comedias imposibles”. Alto grado de experimentación: rupturas de lógica espacio-temporal, desdoblamientos de personalidad, multiplicación de interpretaciones posibles... Se sitúan en una línea superrealista.
Neopopularismo: destacan sus tragedias Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Su secreto consistió en eliminar los estratos superficiales y ahondar allí donde la superstición, las faenas de la tierra y las relaciones humanas se hace rito.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores no es tragedia rural pero está montada sobre valores populares. Es un drama urbano (Granada) que simboliza la frustración femenina: su protagonista consume lenta e inútilmente su vida esperando al amado ausente.
Hay que destacar la creación de “La Barraca”, con la que realizó una entusiasta labor representando en los pueblos españoles obras de nuestro teatro clásico.

Otros autores del 27 o coetáneos a esta generación:
Alberti: El hombre deshabitado, El adefesio, Noche de guerra en el Museo del Prado.
Miguel Hernández: Obras con matiz político: Pastor de la muerte. (lo meto aquí, aunque no sea realmente del 27)
Salinas: El director, La cabeza de Medusa.
Jardiel Poncela: Supone la renovación del teatro cómico: sus obras se acercan al teatro del absurdo. Eloísa está debajo de un almendro.

4. EL TEATRO DE EVASIÓN: ALEJANDRO CASONA.
Dirige antes de la guerra varios grupos para difundir el teatro clásico. Rasgos: Ingenio dramático, simbolismo y gran calidad en su lenguaje. Obra: La sirena varada. En Nuestra Natacha rompe con la estética del teatro poético y gana en contenidos críticos. Otras obras: La molinera de Arcos, Los árboles mueren de pie, Prohibido suicidarse en primavera. Aciertos: ilusión y fantasía mezclados con misterio e intriga, ambientación.
5. TEATRO TESTIMONIAL Y REALISTA: MAX AUB.
Su trayectoria supone una constante experimentación.
Teatro de vanguardia: cuando está triunfando Benavente, escribe un teatro innovador y de minorías. Trata aspectos existenciales (problemas de comunicación, lo objetivo y o subjetivo). Tiende a lo discursivo en detrimento de la acción. Obras: Crimen, Narciso, Jácara del avaro.
Teatro de urgencia: De baja calidad. Pedro López García.
T. de testimonio: inmerso en el exilio se siente solidario con los otros exiliados, abocados y víctimas de la tragedia universal, la guerra, la injusticia, el odio y la deshumanización. Consigue en esta línea sus mejores obras: Cara y cruz, No, Morir por cerrar los ojos, Deseada.









martes, 24 de enero de 2017

2BC SOLUCIÓN AL COMENTARIO DE TEXTO "UNA REFLEXIÓN PSICOSOCIAL"




UNA REFLEXIÓN PSICOSOCIAL

1.    Enuncia el tema.
Polémica por el empleo del uniforme escolar en los centros educativos públicos.
2.    Comenta las características lingüísticas y estilísticas del texto.
Estamos ante un texto argumentativo (expositivo-argumentativo también sería aceptado). Desde el punto de vista organizativo, este artículo presenta una estructura de problema y consecuencia (sin solución) al principio del texto, pues el problema es la posible implantación de la uniformidad en los centros escolares públicos y la consecuencia inmediata es la polémica que ha generado en el seno de la sociedad. En este sentido la idea principal se encuentra también al principio del texto, de tal manera que podríamos hablar de una organización o estructura deductiva.
En cuanto a la estructura externa, el texto se puede dividir en dos partes, que corresponden a una introducción o planteamiento inicial en donde se plantea la tesis (l. 1-4) y el cuerpo de la argumentación (l. 4-13), en donde el articulista expone los “pros” (l. 4-8): motivos económicos, eliminación del “marquismo” en las aulas y de cualquier otro tipo de diferencia, y fomento de la disciplina derivada del uso de la uniformidad, y los “contras” (l. 9-13): la uniformidad es una aliada de las diferencias sociales y de determinadas ideologías, recuerda lo carcelario, lo militar, la imposición dictatorial del pueblo de Mao o la reclusión de un internado, representa la privación de libertad y se opone a lo moderno y juvenil. Si observamos detenidamente el texto, el autor nos va conduciendo de forma hábil hacia la postura que él comparte, que no es otra que aquella que está en contra de la implantación de la uniformidad en la enseñanza pública. Y esto se confirma cuando, a modo de conclusión empieza a cerrar el texto y recapitula los argumentos anteriormente expuestos, recalcando los argumentos en contra: "En suma, el uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, la hospitalización, el internado. Evoca la despersonalización, lo homogéneo, la falta de iniciativa y de autonomía o la ausencia de sensibilidad estética. Suele oponerse a modernidad, innovación y juventud". Sobre el cuerpo argumentativo hay que añadir que fundamentalmente utiliza argumentos de ejemplificación y hace referencia a un hecho histórico constatado: la imposición del cuello Mao a todos los chinos durante la época de gobierno de Mao Zedong para reforzar la idea de ausencia de libertad.

 Relacionado con las funciones de la lengua, se puede apreciar una diferencia notable entre el primer y el segundo párrafo.  Mientras que en el primer párrafo hay un predominio casi absoluto de la función referencial, dado el carácter de impersonalidad que tiene el texto y que más adelante comentaré (“se imagina”, línea 4; “se añade”, línea 5); en el segundo párrafo aparecen tanto la función apelativa, a través del plural sociativo “recordemos” (l. 9) que produce un acercamiento a los lectores, como la función expresiva ya que se trata de un texto subjetivo en el que el autor expresa su opinión. En cuanto a la función poética, a pesar de que no estamos ante un texto literario el emisor recurre a figuras propias del lenguaje literario, principalmente la personificación: el uniforme escolar parece cobrar vida.(“trae a la memoria”, línea 11; “evoca”, l. 12; “suele oponerse”, l. 13)
Dentro del plano morfosintáctico, es importante destacar el diferente uso de construcciones sintácticas en los argumentos en pro y en contra, lo que reafirma que el articulista está en contra de la implantación de la uniformidad.  Si observamos los argumentos a favor, veremos que el autor utiliza impersonales con "se", típicas de los ensayos, ("se imagina", línea 4; "se cree", línea 7;  o "se añade", línea 5) de tal forma que indirectamente despersonaliza esta postura y la opinión resulta como más indeterminada; sin embargo, cuando enumera los argumentos en contra cambia la estructura sintáctica, abandona la impersonal con "se" y las afirmaciones que expone cobran más fuerza con el uso de los presentes ("tiene", línea 9;  "recordemos", línea 9; "evoca", línea 12; "suele", línea 13; "trae", línea 11) y del pretérito perfecto ("ha sido", línea 10) al hacer referencia al ejemplo del "cuello Mao". Todo ello confirma su postura en contra de la uniformidad en los centros escolares de titularidad pública, a pesar de una supuesta objetividad que pretende mostrarnos. En el texto, el autor emplea el presente para hablar de generalidades (presente con valor atemporal), en tercera persona: “es”, línea 1; “puede”, l. 1; “atañe”, l. 3; “son”, l. 4… No es un texto excesivamente complejo a nivel sintáctico, ya que emplea frases cortas, con abundancia de simples (“La introducción del uniforme escolar en los centros públicos no es una medida anodina.”, línea 1; o  “Los argumentos a favor del uniforme son numerosos y conocidos.”, línea 4), coordinadas (“Puede herir sensiblidades, dar lugar a conflictos o abrir un debate más amplio sobre un orden social dado.”, línea 1-2) y yuxtapuestas (“se añade que el uniforme acabaría con la comparación entre los alumnos, se destronaría el estilo de vestir como signo de diferencias sociales, económicas, étnicas, religiosas, nacionales o incluso entre pandillas.”, línea 5), que son enumeraciones que explican y redundan en el significado que propone el articulista en cada caso. En cuanto a los escasos ejemplos de subordinación, aparece alguna subordinada sustantiva, de Sujeto (“Se cree también que favorece la disciplina, y la concentración.”, en la línea 7) o la interrogativa indirecta de CD, “Recordemos, por ejemplo, cómo el cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes.”, en la línea 9.
Destaca el uso del artículo “lo” (“lo militar”, línea 11, (…) “lo homogéneo”, línea 12) que sustantiviza adjetivos. Recurre también al empleo de un infinitivo como nombre (“vestir de uniforme”, línea 9). Utiliza frecuentes sustantivos abstractos como es propio del lenguaje de los textos de las disciplinas humanísticas: “argumentos” (4), “disciplina” (7), “concentración” (7), “modernidad” (13)…
En cuanto al plano léxico-semántico, el texto utiliza un lenguaje connotativo, propio de los textos de carácter argumentativo, con adjetivos explicativos antepuestos al nombre como “sempiterna” (l. 3), referida a la tensión, o “larga” (l. 9), referida a la historia, que reflejan, bajo mi punto de vista, cierto cansancio o agotamiento por parte del autor ante un debate demasiado recurrente. Relacionado con la connotación, es el uso tan peculiar que el autor hace de la lengua, empleando palabras nada complicadas, destacando dos que pertenecen un ámbito más coloquial como son “pandillas” (línea 7) y la construcción “marquismo” (gusto por llevar marcas), en la línea 4. Además, con el fin de dar cohesión al texto, aparecen diferentes isotopías como recurrencias léxicas: “uniforme” (líneas 1, 4 y 9) o “escolar”-“escolares” (l. 1 y 5); parejas de sinónimos: “clases”-“castas” (línea 11) o antónimos: “semejante”-“diferente” (línea 3). Por último, dado el carácter literario de los textos ensayísticos, no podía faltar el uso de figuras literarias como la metáfora  (“se destronaría el estilo…”,  línea 6), la comparación (“centros escolares como una pasarela”, línea 5),  la antítesis (“ser al mismo tiempo semejante y diferente de los demás”, línea 3) o la metonimia (“el cuello de Mao”, línea 9).
 El autor se sitúa en el nivel culto-estándar de la lengua, ya que, aunque en el texto aparecen algunos cultismos como “sempiterna” (l. 3) (adj. Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin) o “psicosocial” (l. 5), aparecen, en general, construcciones sencillas y un lenguaje al alcance de cualquier lector medio, incluso se permite (en cursiva) incorporar palabras nuevas, aunque no recogidas en el DRAE, como “marquismo” (l. 4).
Para terminar, dentro del nivel textual, no se encuentran ejemplos de anáfora o de catáfora, y son muy escasos los de deixis (“más”, línea 2) o elipsis (“(razones) de sentido práctico”, línea 8). Sí destaca el texto por el uso de marcadores del discurso o conectores. Aparecen ordenadores del discurso como “Desde un punto de vista psicológico” (línea 2) o “desde una perspectiva psicosocial” (línea 5); el contraargumentativo “pero” (l. 9), para contraponer los pros y los contras; el ejemplificador clásico “por ejemplo” (l. 9) y el de recapitulación o resumen “en suma” (l. 11), que concluye el texto.

c) Tipo de texto:
Se trata de un artículo de opinión del diario El País, que por tanto se engloba dentro de los textos periodísticos y también de los textos de las disciplinas humanísticas, ya que está próximo al ensayo por su carácter persuasivo, su estructura libre y por el propósito de reflexionar sobre los problemas que atañen al ser humano. Por esto último y porque se centra en un problema que genera debate dentro de la sociedad es un texto sociológico. También es un texto argumentativo puesto que el autor pretende darnos un punto de vista personal y subjetivo sobre el tema tratado. Según el receptor a quien va dirigido, es un texto de carácter divulgativo, puesto que utiliza un lenguaje sencillo, no demasiado elaborado, que pretende llegar a un amplio número de personas.
2.    Resumen del texto:
 El autor comenta el conflicto que crea desde hace mucho tiempo la incorporación del uniforme en las escuelas públicas. Señala, en primer lugar, los beneficios que puede generar, que tienen que ver con aspectos económicos, sociales o religiosos. A continuación, incide en lo negativo, fundamentalmente en que resta autonomías, libertad y personalidad al que lo lleva.

domingo, 22 de enero de 2017

2BC GUIÓN DE LECTURA. TIEMPO DE SILENCIO, LUIS MARTÍN SANTOS.


GUIÓN DE LECTURA. SEGUNDA EVALUACIÓN. TIEMPO DE SILENCIO, LUIS MARTÍN SANTOS.

1.     INTRODUCCIÓN
Luis Martín Santos fue un hombre de excepcionales dotes intelectuales. Unió a su preparación científica una sólida formación filosófica, cuyos dos polos fueron el existencialismo y el marxismo (como psiquiatra, cultivó el “psicoanálisis  existencial”).
Su formación literaria abarca desde los clásicos griegos a los autores más recientes, en especial Kakfa, Faulkner, el “nouveau roman” y, sobre todo, Joyce (tendrá muy en cuenta para su novela su Ulises). También tiene muy en cuenta los clásicos españoles, principalmente Cervantes, y la nueva novela hispanoamericana.
Estaba, por tanto, muy al día de las corrientes renovadoras de la novela mundial, y el año de publicación de Tiempo de silencio, 1962, coincide con el de La ciudad y los perros de Vargas Llosa. Con esta novela se abre un nuevo camino para la novelística española: la novela social que ha dominado durante los años 50 da paso a la novela experimental. Se abandona el realismo a ultranza, se buscan enfoques más complejos, se cuidan los valores formales y se intenta conciliar visión crítica con modernidad literaria.

Tiempo de silencio es una novela del fracaso y una disección de la vida española en la que, además, el autor lleva a cabo sus innovaciones técnicas y de lenguaje.

2.     LA NOVELA
El asunto de la obra, que debéis deducir vosotros, tienen mucho de relato folletinesco con algunas características propias de la novela policiaca, pero su tratamiento logra conferir a la anécdota un amplio alcance existencial. Los ambientes sociales que presenta –de la alta burguesía al chabolismo miserable- no difieren de los de la novela social, pero hay una especial virulencia crítica que es inseparable de su tratamiento formal.
Lo importante es la originalidad de enfoque: desecha el realismo objetivista y da entrada a una desbordante imaginación que somete la realidad a una elaboración metafórica y simbólica.
Decíamos antes que toma como modelo el Ulises de Joyce, y de “odisea” se califican las peripecias de Pedro, el protagonista, pero en su tratamiento hay una evidente ironía y sarcasmo. Lo mismo sucede con el lenguaje, con su hinchazón barroca y cultista.

3.     EL ALCANCE EXISTENCIAL.
La obra es una novela de protagonista. Pedro es un personaje borroso zarandeado anulado por las circunstancias. Sólo conocemos su presente y sus proyectos de investigación científica. Es un ser desarraigado: siente envidia y resentimiento hacia los ricos, pero quisiera ser uno de ellos; ante los miserable, oscila entre la compasión y la repugnancia. La indecisión y la impotencia son otros de sus rasgos que le impiden tomar las riendas de su propio destino.
Desarraigo, impotencia y frustración son los temas que confieren a la obra su alcance existencial. Pedro viene a ser trasunto de la mísera condición humana.
Los restantes personajes confirman esta desoladora concepción existencial porque sus existencias están amputadas en uno u otro sentido. Matías, es un ejemplo de existencia inauténtica; inautenticidad y degradación moral se aúnan en la patrona de la pensión; y no es menor el vacío existencial de los miserables. En una escala descendente de progresivo acercamiento a la animalidad se sitúan Florita, el Muecas, las prostitutas, Cartucho o la mujer del Muecas. En conjunto, una humanidad degradada que parece estar ahí para provocar la náusea en el lector.

4.     ASPECTOS SOCIALES. DENUNCIA Y  SÁTIRA.

Pero el autor sitúa toda esta miseria en un marco social concreto, el Madrid “de los años del hambre”, y en esta situación se convierten en víctimas.
El fracaso de Pedro tiene causas sociales: los condicionamientos de una sociedad opresiva y subdesarrollada. Se nos muestra la lamentable situación de la ciencia, el desprecio por lo intelectual, además de un mundo de hipocresías y convencionalismos (representado en la pensión); y su contacto con la marginalidad lo condena a la marginación y al silencio.
La clase alta (que tiene su centro en casa de Matías) se caracteriza por su inutilidad y por vivir a espaldas de la dolorosa realidad.
La clase media (o media-baja) está representada por la pensión y la patrona, que muestra cómo su único deseo es medrar por encima de cualquier consideración moral.
La clase baja aparece en su capa más ínfima, el subproletariado de las chabolas, donde se dan cita todas las miserias.
La novela insiste en el brutal contraste y el autor adopta una actitud dialéctica y ve las contradicciones y las miserias en todos los estratos sociales, poniéndolos de relieve con inusitada fuerza crítica.
Pero su crítica no es solo social, es nacional, y pretende ser un violento revulsivo.

5.     LA ACTITUD DEL AUTOR.

Adoptó lo que llamó un “realismo dialéctico”. Como narrador, a veces cede la palabra totalmente a los personajes (monólogos); otras, ve los hechos desde el protagonista; y otros desde el narrador, que está presente prodigando comentarios y críticas sobre sus criaturas.

6.     LA ESTRUCTURA.

En cuanto a la estructura externa, la obra no se compone de capítulos sino de una sucesión de secuencias (63) separadas por espacios en blanco.
Atendiendo a la estructura interna (desarrollo del argumento) pueden distinguirse episodios (compuestos por varias secuencias) que se agrupan a su vez en partes más amplias o “núcleos”. Como elementos originales descararíamos la presentación abrupta de monólogos sin que sepamos de momento quién habla, los saltos bruscos de una escena a otra o de un ambiente a otro y las lagunas en el desarrollo temporal. El desarrollo del tiempo, sin embargo, es lineal, aunque se muestra una tendencia a la concentración temporal.

7.     LOS PERSONAJES.

Nos vamos a detener en cómo habla el autor de los personajes.
La ironía y los desajustes entre realidad y ficción son fundamentales.  El Muecas es llamado “terrateniente” o “digno propietario” y su mujer /su consorte”.
También está presente el tratamiento mítico. El Muecas, cuando llega a la pensión, es “mensajero que la noche envía” y doña Luisa se convierte en “la gran madre fálica”.
Otro recurso es la caracterización metafórica  o simbólica: los habitantes de las chabolas se convierten en “negros”, frente a los “blancos” de la cuidad. Hay además ejemplos de animalización y cosificación  que nos permiten hablar de técnica esperpéntica.

8.     LAS DESCRIPCIONES.

La ironía y la distorsión también están presentes en las descripciones (la chabola del Muecas es una “mansión residencial”) y son frecuentes las referencias míticas (los burdeles son “lugares de celebración de nocturnales ritos órficos) y la elaboración metafórica.

9.     LOS DIÁLOGOS.
No son abundantes pero sí fundamentales en la caracterización de los personajes, de ahí que presenten una gran variedad y respondan a diversos registros: desde la sencillez conversacional a la pedantería.
Ofrecen novedades como diálogos incrustados en un monólogo, insertados en un relato sin los signos habituales, hechos de frases truncas o que sólo recogen las palabras de uno de los interlocutores. Destaca también el uso del estilo indirecto libre.

10. LOS MONÓLOGOS.
Hay una explotación sistemática del monólogo interior: diez de las secuencias están construidas totalmente con esta técnica.
Sus tres funciones esenciales son la caracterización de los personajes (ya que penetramos en sus conciencias), una función narrativa y otra reflexiva e interpretativa (el personaje comenta sucesos o problemas).

11. EL LENGUAJE.
El autor abandona la prosa sobria del realismo social a favor del barroquismo, el rebuscamiento y una verborrea deliberadamente pedante, que son los medios para lograr la ya aludida ironía que gobierna la inadecuación entre el lenguaje y la realidad. Pero también hay una intención de lograr un enriquecimiento del lenguaje de la novela.
A esa doble intención irónica y artística responde la abundancia de recursos estilísticos: comparaciones e imágenes, hipérboles, perífrasis alusivas, enumeraciones, paralelismos, anáforas, bimembraciones…
En cuanto al léxico, llama la atención el uso de cultismos, extranjerismos, neologismos o creaciones verbales.
En el nivel sintáctico destaca el gusto por la frases larga.
Encierra un continuo alarde verbal, sin que por ello no aparezcan pasajes de estilo menos rebuscado.

12. SIGNIFICACIÓN DE LA OBRA.
Luis Martín Santos se aleja con esta obra del realismo social y reivindica los derechos de la literatura como creación y experimentación. Sin embargo, en la obra se aúnan la experimentación formal y un amplio alcance existencial, social e histórico. Y su carga crítica es incluso más intensa que en la novela social de los años 50.
           ¿Es la novela una obra pesimista? Es una obra amarga que nos ofrece la visión inmisericorde de un mundo degradado, pero degradado por causas determinadas, y el autor no pretende mostrar soluciones, sino que con su enfoque dialéctico y su potencia revulsiva, deja al lector esa tarea.

2BC TEMA 3. SELECCIÓN DE TEXTOS DE LOS POETAS DEL 27.


SELECCIÓN DE TEXTOS DE LOS POETAS DEL 27

PEDRO SALINAS

35 BUJÍAS

Sí. Cuando quiera yo
la soltaré. Está presa,
aquí arriba, invisible.
Yo la veo en su claro
castillo de cristal, y la vigilan
—cien mil lanzas— los rayos
—cien mil rayos— del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
—guiñadoras espías— las estrellas,
la soltaré. (Apretar un botón.)
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
—afuera—
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica.

Seguro azar.

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
—¿adónde se me ha escapado?—.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.

La voz a ti debida

FEDERICO GARCÍA LORCA

LA AURORA DE NUEVA YORK

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

Poeta en Nueva York

CANCIÓN DEL JINETE

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.

Canciones

ROMANCE SONÁMBULO

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.

              *

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

              *

Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
dejadme subir, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

              *

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

              *

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

              *

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

Romancero gitano

VICENTE ALEIXANDRE

UNIDAD EN ELLA

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

La destrucción o el amor

LUIS CERNUDA

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Los placeres prohibidos

otros como puñales,
otros como cintas de agua;
pero todos, temprano o tarde,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un
hombre.

Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento,
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino
que cruzan al pasar los pies desnudos,
muero de amor por todos ellos;
les doy mi cuerpo para que lo pisen,
aunque les lleve a una ambición o a una nube,
sin que ninguno comprenda
que ambiciones o nubes
no valen un amor que se entrega.

Los placeres prohibidos

RAFAEL ALBERTI

   El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!

  ¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?

  ¿Por qué me desenterraste
del mar?

  En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.

  Padre, ¿por qué me trajiste
acá?

Marinero en tierra

GALOPE

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!