domingo, 16 de diciembre de 2012

1º BACHILLERATO. APUNTES LENGUA. SEGUNDA EVALUACIÓN. TEMA 7. SINTAXIS DE LA ORACIÓN COMPUESTA. .


TEMA 6. SINTAXIS DE LA ORACIÓN COMPUESTA.
La oración compuesta es aquella que tiene más de un predicado. Entre los predicados se establecen varios tipos de relaciones. Tipos:
1. CONJUNTOS ORACIONALES: unión de dos o más oraciones que se suman, contraponen o complementan. Pueden ser:

1.1. POR COORDINACIÓN: dos o más oraciones que no dependen entre sí, todas están al mismo nivel de importancia y la relación que se establece entre ellas es de tipo semántico.

COPULATIVAS: se unen con las conjunciones coordinantes copulativas y, e, ni. Su significado es de adición. A veces también funcionan como copulativas las conjunciones que (Dale que dale) y como (No lo hicieron público antes como tampoco lo harán ahora)
ejemplos: Sufrió un grave accidente y fue operado de urgencia.
Ni llegó puntual ni llegó a hacer la entrevista.
Terminó la carrera e inició su andadura profesional en Oslo.

DISYUNTIVAS: se unen con las conjunciones y locuciones coordinantes disyuntivas o, u (cuando la palabra siguiente comienza por o), o bien. Aportan un significado de alternancia.
ejemplos: ¿Quieres un té o prefieres café?
O bien decidimos conjuntamente o bien se disuelve la sociedad.
¿Nos vamos al cine u organizamos una fiesta en casa?

ADVERSATIVAS se unen con las conjunciones y locuciones coordinantes adversativas pero, sino (que)(cuando hay negación en el primer segmento), mas, aunque (si se puede sustituir por pero). Las oraciones que unen se contraponen.
ejemplos: Le dolía mucho la cabeza pero fue a la entrevista de trabajo.
Llegó destrozado del juicio, mas respondió a todas las preguntas.
Pedro es muy inteligente, aunque vago.

CONSECUTIVAS: se unen con las conjunciones y locuciones consecutivas conque, luego, así pues, pues bien, de manera que, de forma que, así que. Indican una consecuencia entre lo expresado en la primera oración y lo que se dice en la segunda.
ejemplos: Era el mejor de la clase, así que consiguió la beca.
Llegas muy tarde, conque estás castigado.



EXPLICATIVAS: se unen con las locuciones conjuntivas es decir, o sea. Una de las oraciones explica o reformula lo que se dice en la otra.
ejemplos: Tiene una grave enfermedad, o sea, tiene que dejar de fumar.
El agua estaba contaminada, es decir, habrá una denuncia contra la fábrica.

1.2. POR YUXTAPOSICIÓN: dos o más oraciones que se unen sin nexo explícito. Se separan mediante (,) (;).
ejemplos: Se marchó en silencio, no se despidió de su gran amor.
Coronaron la cima; en el descenso se veía el orgullo en sus rostros.

1.3. POR SUBORDINACIÓN o subordinadas adverbiales impropias: se compone de una oración principal y una subordinada (introducida por un nexo) que modifica a toda la oración principal. Tipos:

CONDICIONALES: hay dos posibles modelos de análisis:
a. Conjuntos oracionales por subordinación: formadas por una oración principal y una subordinada introducida por las conjunciones y locuciones conjuntivas si, como, cuando, a poco que, siempre que, con tal de que... Funcionan como CC condicional de las oraciones principales.
ejemplos: Si apruebas todas las asignaturas, podrás ir al campamento.
Como no entreguéis los trabajos a tiempo, la calificación será cero.
Cuando la prensa dice eso, algo de verdad hay en el asunto.
También se construyen oraciones condicionales con verbos en forma no personal:
gerundio: No llevan nexo.
ejemplo: Comportándote así, nadie te tomará en serio.
infinitivo: se construyen con de + infinitivo.
ejemplo: De haber sabido que tenías estropeado el coche, te habría llevado al aeropuerto.

b. Condicionales en oraciones complejas: en realidad, se consideran oraciones subordinadas sustantivas con sentido condicional. El análisis de una u otra forma depende de la segmentación del nexo.
ejemplos: Te lo dejo con la condición de que me lo devuelvas.
En caso de que llueva, alquilaremos un autobús.


CONCESIVAS: hay dos posibles modelos de análisis:

a. Conjuntos oracionales por subordinación: formadas por una oración principal y una subordinada introducida por las conjunciones y locuciones conjuntivas aunque, si bien, por más que, aun cuando... Funcionan como CC concesivo de la oración principal. Semánticamente indican un obstáculo a lo expresado en la oración principal pero no impide su cumplimiento.
ejemplos: Aunque me pida perdón, jamás volveré a trabajar con ella.
Por más que intentó descifrar el enigma, no lo consiguió.

b. Concesivas en oraciones complejas: en realidad son subordinadas sustantivas con sentido concesivo. El análisis de una u otra forma depende de la segmentación del nexo.
ejemplos: A pesar de que le costó mucho esfuerzo, logró superar la depresión. Encima de que me colgó el teléfono, pretendía que me disculpara yo.

CAUSALES: oraciones que significan causa, motivo. Se pueden construir sintácticamente como:
a. Conjuntos oracionales por subordinación: formadas por una oración principal y una subordinada introducida por las conjunciones y locuciones conjuntivas que (precedida o no de la preposición por), como, puesto que, ya que, en vista de, debido a que... La subordinada no se puede sustituir por un pronombre. Funcionan como CC causal de la oración principal.
ejemplos: Como hacía buen día, se fue a la montaña.
Cierra la ventana, que tengo mucho frío.
Me voy porque no soporto esta situación ni un minuto más.
También se construyen oraciones finales con infinitivo.
ejemplo: No llamó por no molestarnos.

b. Causales dentro de una oración compleja: en realidad son oraciones subordinadas sustantivas que constituyen el término de un sintagma preposicional que funciona como CC causal. La oración subordinada se puede sustituir por un pronombre (ESO).
ejemplos: Dimití porque no estaba de acuerdo con el nuevo proyecto.
Dimití por eso.

c. Otras causales:
Causales del enunciado: oraciones sustantivas causales que funcionan como CC del predicado de la oración compleja a la que pertenecen. No se separan por pausas.
ejemplo: El suelo está mojado porque ha llovido.
Causales de la enunciación: conjuntos oracionales por subordinación en los que una de las oraciones es una subordinada causal que complementa no al predicado sino a algo que no aparece en el enunciado. Va separada por una coma.
ejemplo: Ha llovido, porque el suelo está mojado.


FINALES: oraciones que expresan finalidad. Hay varios tipos sintácticos:
a. Conjuntos oracionales por subordinación: formados por una oración principal y una subordinada introducida por las locuciones conjuntivas para que, a que, con el fin de que, con el propósito de que... Funcionan como CC final de las oraciones principales.
ejemplos: He vuelto para que me pagues todo lo que me debes.
Fui al médico a que me hiciera unos análisis.

b. Finales en oraciones complejas: a su vez, hay dos tipos sintácticos que, de nuevo, dependen de cómo se segmente el nexo:
Sustantivas finales de CC: preposición para o a + oración subordinada sustantiva (ESO).
ejemplos: Vengo a despedirme / Vengo a ESO.
Se marchó para empezar de nuevo en otra ciudad / Se marchó para ESO.
Sustantivas finales de CN:
ejemplos: Modificaron la ley con el propósito de disminuyeran los muertos en accidente de tráfico. / Modificaron la ley con el propósito de ESO.

También se construyen oraciones finales con infinitivo si el sujeto de la principal y el de la subordinada coinciden.
ejemplo: Vengo para ayudarte PERO Vengo para que me ayudes.



2º BACHILLERATO. TEMA 7: EL TEATRO ANTERIOR A 1939.



TEMA 7. EL TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS.

Desde principios del siglo XX van relegándose paulatinamente las formas del drama romántico, lleno de pasiones desmesuradas y lenguaje altisonante y afectado, cuyo mejor exponente fue José de Echagaray (1832-1916). El espectador comienza a interesarse por historias de la realidad cotidiana que le atañen más directamente, pero rechaza lo que se aparta de los temas tradicionales tratados con la técnica de siempre, de ahí que hubiera tres tendencias que tuvieran éxito comercial mientras que autores más inquietos estéticamente que ensayaron procedimientos novedosos no llegaron al gran público.
TEATRO QUE TRIUNFA
1. TEATRO REALISTA
Llamada también “alta comedia”, continúa la tendencia realista de la segunda mitad del siglo XIX. Es el teatro burgués por excelencia: sus temas oredominantes son las costumbres sociales, se desarrolla en un marco urbano y se dirige a la media y alta burguesía. Decorados, mobiliario, vestuarios y todo el atrezo son elegidos para producir un realismo escénico que refleje fielmente los ambientes cotidianos.
Máximo representante: Jacinto Benavente. Comenzó su carrera denunciando los defectos y convenciones de la clase media y alta, atacando el arribismo y la hipocresía., lo que le granjeó la admiración de los jóvenes escritores del momento por su carga crítica y su renovación del lenguaje teatral, pero su obra El nido ajeno (1894), tuvo muy mala acogida por parte del público por lo que en adelante el autor prefirió ir acomodando la temática de sus obras a los gustos y preocupaciones de la sociedad. Se convirtió en una especie de cronista de la buena sociedad, escenificando con tono condescendiente sus prejuicios e intolerancias, actitud que no le perdonaron los intelectuales de la época. Entre sus obras destacan los dramas rurales La malquerida y Señora ama, y otras que están en la línea de la llamada “comedia de salón” como La noche del sábado, Rosas de otoño..., pero su obra maestra es Los intereses creados, farsa que utiliza los personajes y el ambiente de la vieja comedia dell'arte, pero que encierra una cínica visión de los ideales burgueses, aunque prudentemente edulcorada.
Benavente hizo un teatro sin grandilocuencia, con una fina de presentación de ambientes cotidianos y una “filosofía” trivialmente desengañada. Destaca su habilidad escénica, su ingenio y la fluidez de sus diálogos. Su línea fue seguida por Gregorio Martínez Sierra, Manuel Linares Rivas o más modernamente Luca de Tena o Calvo Sotelo.
2. TEATRO EN VERSO.
Hacia 1910 comienza a elaborase un teatro en verso de signo antirrealista, heredero del teatro romántico de mediados del siglo XIX, y modernista por su lenguaje y la presentación de ambientes y personajes. Con resonancias del teatro del Siglo de Oro, su temática principal fue el drama histórico. Su postura es anticrítica y apologética, en oposición a la Generación del 98: se exaltan personajes y situaciones de la España medieval e imperial, idealizando y mitificando la grandeza del imperio español. Se trata de un teatro briullante pero vacío, puro ejercicio de virtuosismo dramático. Un teatro verdaderamente poético requerirá el ingenio de un Valle o un Lorca. Sus máximos representantes fueron:
Eduardo Marquina (1879-1946), que ensalzó los valores tradicionales de valentía, nobleza, nostalgia del pasado imperio y patriotismo en En Flandes se ha puesto el sol y Las hijas del cid.
Francisco Villaespesa (1877-1936). En El Alcázar de las perlas, Abén Humeya y otras, evoca la España árabe, el mundo oriental y la historia de España, y se ambienta en lujosos salones habitados por atractivas princesas.
En este estilo modernista harán también teatro los hermanos Machado, coautores de La Lola se va a los puertos obra ambientada en la Andalucía popular del cante jondo.
3. TEATRO CÓMICO
Toma la tradición de los pasos de Lope de Rueda, los entremeses y los sainetes. Engloba dos géneros que alanzaron gran éxito entre el público: la comedia costumbrista y el sainete (fue a finales del siglo XIX la modalidad característica del “género chico”, en la mayoría de corta de extensión; ahora se amplía y va perdiendo la parte musical). representantes:
Carlos Arniches (1886-1946). Su obra original se clasifica en dos garndes grupos:
--Género chico: sainetes de ambiente madrileño, como El Santo de la Isidra, Los guapos o La Doloretes. Interesantes por su habla castiza (creada en parte por el autor), los personajes son tipos populares tratados con gran fuerza expresiva y rasgos melodramáticos, la comicidad se logra con graciosos diálogos y el chiste fácil.
--Tragicomedia grotesca: funde lo risible y o conmovedor, con una observación de las costumbres más profunda y una actitud crítica ante las injusticias. Un buen ejemplo es La señorita de Trevélez.
Los hermanos Quintero, Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873-1944). Nos presentan en sus sainetes una Anadalucía artificial, edulcorada y sin asomo de problemática, que no representa en absoluto la Andalucía real. Las obras están pobladas de tipos andaluces, simpáticos, bondadosos, con sabor local y cierto sentimentalismo. Dominan la técnica teatral logrando la comicidad con situaciones disparatadas, juegos de palabras y lenguaje fluido, gracioso y ocurrente. Conciben el teatro como producto de consumo. Diferenciaron entre sainete (un sólo acto que refleja tipos y costumbres populares) y comedia (al menos dos actos y refleja tipos y costumbres no populares). Escribieron unas 200 obras entre entremeses, juguetes, sainetes, zarzuelas, comedias y dramas, de las que destacaremos: La reja, Abanicos y panderetas, El patio, Las de Caín.
Pedro Muñoz Seca (1881-1936). Destaca en el terreno de la parodia: creó un nuevo género llamado astracán, degeneración de un híbrido teatral que mezcla elementos del juguete cómico y del melodrama cómico de costumbres. Son piezas descabelladas sin más objetivo que levantar la carcajada. Destaca La venganza de Don Mendo.
No podemos dejar de mencionar el teatro lírico. El género chico tuvo una vida breve. En Madrid y Barcelona había muchas salas de este género. Es un teatro de consumo con estructura fija, dominado por las voces del elenco. El sainete y otros géneros se adaptaron con partes cantables. Con su declive, la zarzuela recobró prestigio y su repertorio se renovó. Desde los 30 vuelven a estrenarse nuevas obras aunque con menos éxito.

B. TEATRO INNOVADOR Y MINORITARIO.
Se alejan del realismo dominante y ensayan nuevas fórmulas dramáticas. Entre ellos, se alzan Valle Inclán y Lorca.
1. TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 98
Unamuno. Cauce de expresión para los conflictos humanos que le obsesionan (muerte, angustia, inmortalidad...). Son dramas de ideas con un diálogo denso y sin concesiones a las exigencias escénicas, personajes a los que confiere un carácter filosófico o simbólico, y todo ello presidido por la concepción unamuniana de la obra como “desnudez”. Destacaremos La Raquel encadenada, Fedra, El otro o La esfinge.
Azorín. Quería renovar el teatro apartándolo de la realidad, lo que se traduce en un teatro antirrealista (que permita aflorar el mundo del subconsciente lo maravilloso) y subjetivo, en la línea de lo irreal y simbólico. Destaca Old Spain y La guerrilla. Diálogos animados y vivos. Su mejor obra: Angelita sobre su obsesión por el tema del tiempo.
Valle Inclán. Su teatro tiene una clara vocación de ruptura, tanto en la forma como en la temática, lo que le convierte en una de las cumbres del teatro europeo del siglo XX. En su obra, al igual que en la novela, se observa un proceso de evolución que va desde los dramas “decadentistas” de raíz modernista hasta el esperpento, aunque este desarrollo no es lineal. Podemos dividir sus obras en:
--Tres obras varias (estética modernista): El Marqués de Bradomín, Voces de gesta, Cuento de abril. La primera es una adaptación parcial de Sonata de otoño que inicia la técnica de múltiples lugares de acción, técnica que se deriva del origen novelesco de la obra.
--Etapa de transición: las comedias míticas. En esta etapa cabe destacar: la trilogía de las Comedias bárbaras, llamadas así porque su técnica es teatral y por las violentas pasiones que perturban a sus sombríos y malditos personajes, así como por la visión apocalíptica del mundo. Supone un alejamiento de los ambientes esteticistas del Modernismo y la primera muestra de su “teatro en libertad” (libertad de imaginación creadora). La acción se sitúa en Galicia. Muestra la descomposición de una sociedad arcaica y rural. Divinas palabras, que también tiene Galicia por escenario, se puede incluir ya en la estética del esperpento por su tema y sus características.
--Las farsas: las obras de este ciclo aparecen recogidas bajo el título Tablado de marionetas para la educación de los príncipes. Elige la farsa para ridiculizar personajes y situaciones, lo que supone un paso más hacia el esperpento, por cuanto tiene de antirrealista y de situaciones caricaturescas y extravagantes. También hay que destacar La Marquesa Rosalinda, obra que entrecruza elementos procedentes del teatro de marionetas con otros de la commedia dell’arte y del entremés, dando origen a una farsa sentimental y grotesca, que es superación y homenaje de la visión modernista.
--Los esperpentos: el esperpento se constituye en un método fustigador contra una determinada sociedad: pretende comunicar el sentido trágico de la vida española a través de una estética deformadora: física, espiritual, de lenguaje y de acción (el espejo cóncavo).Valle Inclán plantea una particular tensión dramática: belleza y sangre, alegría y crueldad, técnica y absurdo, vida y muerte. El esperpento supone la superación del dolor y de la risa. Los personajes, se transforman en marionetas, en fantoches. Las obras están teñidas de sarcasmo y mordacidad, lo que hace más ácida la crítica. Los títulos más destacados: Luces de bohemia (destacar las novedosas y litearias acotaciones del autor y la gran variedad de registros lingüísticos que recoge, que van del más culto al más vulgar) y tres piezas breves recogidas en Martes de carnaval.
Jacinto Grau. Coetáneo a la Generación del 98 pero con una estética próxima al Novecentismo, realiza un teatro eminentemente intelectual, esbozando en sus obras planteamientos filosóficos y trascendentales. Entre sus títulos, destacaremos El hijo pródigo, El conde Alarcos y su mayor éxito, El señor de Pigmalión.
2. TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 14.
Aunque, como ya hemos señalado, sea un autor difícil de clasificar, el inigualable Ramón Gómez de la Serna combinó elementos simbolistas, modernistas, dadaístas y presurrealistas. Reacciona contra la burguesía puritana y vulgar. Los medios seres, Escaleras.
3. TEATRO DE LA GENERACIÓN DEL 27.
Federico García Lorca. Es el suyo un teatro poético. Para Lorca el teatro es “la poesía que se levanta del libro y se hace humana”, con lo que defiende la necesidad de un teatro vivo que refleje las tragedias que constituyen la vida cotidiana del pueblo, un teatro que tiene que ser emoción y poesía “en la palabra, en la acción y en el gesto”, un teatro totalmente humano pero con una recreación poética que vaya más allá de la realidad, que la trascienda. Un teatro, además, con una clara y firme voluntad didáctica, educativa, pues está destinado a elevar el nivel cultural de sus destinatarios, el pueblo. Lorca, además, concibe el teatro como un espectáculo total en el que se unen poesía, música, baile y coreografía, ya que, en su opinión, la novedad del teatro viene asociada a la “plástica”. Un buen ejemplo de esta concepción dramática es Bodas de sangre.
Lorca toma influencias del teatro modernista (la estructura de dramas en estampas, preferencia por el mundo rural), del teatro clásico español ( fusión de música y danza), y del teatro de títeres (como lugar de encuentro de una dramaturgia primigenia y popular).
Su temática: el mito del deseo imposible, el conflicto entre la realidad y el deseo, el choque del autoritarismo y la libertad.... aunque el elemento neurálgico del universo lorquiano es la frustración. Lorca lleva a escena destinos trágicos, pasiones condenadas por la soledad o la muerte, amores marcados por la esterilidad, y en varias obras todo ello aparece encarnado en personajes femeninos.
Sus personajes funcionan como arquetipos, como esencias, de ahí su preferencia por los personajes femeninos (encarnan más dramáticamente el ansia de libertad en una sociedad patriarcal y machista).
En cuanto al lenguaje, de nuevo conviven poesía y realidad: habla de un claro sabor popular y poderoso aliento poético. Destaca por la densa presencia de símbolos, metáforas y comparaciones.
En cuanto al estilo, hay que poner especial atención a su uso del verso y la prosa. Sus dos primeras obras están escritas totalmente en verso: El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda. En prosa escribió La casa de Bernarda Alba (una prosa profundamente poética). En el resto de sus producciones combinó prosa y verso.
En la evolución de su teatro la experimentación es el elemento determinante. Partiendo del drama modernista, adopta las posibilidades escénicas de la Vanguardia y los recursos de la tradición popular en busca de la expresión adecuada para desarrollar todo el conflicto temático de sus obras:
Teatro modernista: Mariana Pineda, escrita en verso.
Etapa de las farsas: entroncan con formas populares del teatro de títeres. Escribe farsas para guiñol (Retablillo de Don Cristóbal), farsas para personas (La Zapatera prodigiosa, Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín). Su farsa, al revés que Valle, intenta engrandecer a sus personajes por su dimensión trágica.
Criptogramas: denominación que incluye El público y Así que pasen cinco años. El propio Lorca las calificó como “comedias imposibles”. Alto grado de experimentación: rupturas de lógica espacio-temporal, desdoblamientos de personalidad, multiplicación de interpretaciones posibles... Se sitúan en una línea superrealista.
Neopopularismo: destacan sus tragedias Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Su secreto consistió en eliminar los estratos superficiales y ahondar allí donde la superstición, las faenas de la tierra y las relaciones humanas se hace rito.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores no es tragedia rural pero está montada sobre valores populares. Es un drama urbano (Granada) que simboliza la frustración femenina: su protagonista consume lenta e inútilmente su vida esperando al amado ausente.
Hay que destacar la creación de “La Barraca”, con la que realizó una entusiasta labor representando en los pueblos españoles obras de nuestro teatro clásico.

Otros autores del 27 o coetáneos a esta generación:
Alberti: El hombre deshabitado, El adefesio, Noche de guerra en el Museo del Prado.
Miguel Hernández: Obras con matiz político: Pastor de la muerte. (lo meto aquí, aunque no sea realmente del 27)
Salinas: El director, La cabeza de Medusa.
Jardiel Poncela: Supone la renovación del teatro cómico: sus obras se acercan al teatro del absurdo. Eloísa está debajo de un almendro.

4. EL TEATRO DE EVASIÓN: ALEJANDRO CASONA.
Dirige antes de la guerra varios grupos para difundir el teatro clásico. Rasgos: Ingenio dramático, simbolismo y gran calidad en su lenguaje. Obra: La sirena varada. En Nuestra Natacha rompe con la estética del teatro poético y gana en contenidos críticos. Otras obras: La molinera de Arcos, Los árboles mueren de pie, Prohibido suicidarse en primavera. Aciertos: ilusión y fantasía mezclados con misterio e intriga, ambientación.
5. TEATRO TESTIMONIAL Y REALISTA: MAX AUB.
Su trayectoria supone una constante experimentación.
Teatro de vanguardia: cuando está triunfando Benavente, escribe un teatro innovador y de minorías. Trata aspectos existenciales (problemas de comunicación, lo objetivo y o subjetivo). Tiende a lo discursivo en detrimento de la acción. Obras: Crimen, Narciso, Jácara del avaro.
Teatro de urgencia: De baja calidad. Pedro López García.
T. de testimonio: inmerso en el exilio se siente solidario con los otros exiliados, abocados y víctimas de la tragedia universal, la guerra, la injusticia, el odio y la deshumanización. Consigue en esta línea sus mejores obras: Cara y cruz, No, Morir por cerrar los ojos, Deseada.









2º BACHILLERATO. APUNTES LITERATURA. TEMA 6: LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27.




TEMA 6. LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27
Contexto histórico.
Los “felices veinte” constituyen una época de relativa tranquilidad en toda Europa, tras la Primera Guerra Mundial, que propició el desarrollo de una intensa vida cultural y la experimentación de nuevas formas artísticas. En España, el golpe de estado de Primo Rivera supuso el comienzo de una dictadura que gozó del consenso popular: el desarrollo económico y la paz social marcan este primer momento. Pero cuando pasa esta euforia económica vuelve de nuevo el descontento. Los años treinta se abren con una crisis económica y social que deriva de la crisis económica mundial de 1929. Así, en 1931 se proclama la República. Es el momento conocido como bienio progresista, pero el gobierno se desgastó y la derecha se hizo con el poder en 1933. Su reacción contra las medidas del gobierno anterior provocó una revolución popular que preparó el triunfo de un Frente Popular de izquierdas y el posterior golpe militar de derechas. El alzamiento nacional supuso el comienzo de la Guerra Civil (1936-1939) y un paréntesis de varios años para la vida cultural del país.
La Generación del 27.
El conjunto de poetas que se escalonan desde Salinas a Altoaguirre ha recibido muchos nombres en la historia de la literatura. Nosotros usaremos Generación del 27 por el acto conmemorativo del tercer centenario de la muerte de Góngora que organiza en 1927 el Ateneo de Sevilla. Por la gran afinidad entre ellos, pronto constituyeron un grupo de auténticos amigos que, aun careciendo de un programa común, sintieron el mismo deseo de pureza y de renovación lírica. La Residencia de Estudiantes, con sus tertulias y actividades culturales, el Centro de Estudios Históricos y los cafés madrileños, fueron punto de encuentro y enriquecimiento para todos ellos.
Profesores universitarios y escritores como Alejandro Casona o F.García Lorca, que con la compañía teatral “La Barraca” quiso dar a conocer nuestro teatro clásico por toda España, tomaron pronto medidas para acercar la cultura al pueblo.
Colaboraron además en las mismas revistas. Las más importante fueron la Revista de Occidente, que publicó varios libros fundamentales del grupo, y La Gaceta Literaria, pero hubo muchas más: Litoral (fundada por Altoaguirre y Prados), Verso y prosa, Cruz y raya (dirigida por Bergamín), Caballo Verde para la poesía (dirigida por Neruda)...
Sin embargo, la Guerra Civil sumió al país en el dolor y terminó con esta intensa vida literaria y cultural, de ahí que, a excepción de Lorca, muerto en 1936, y V.Aleixandre, Gerardo Diego y Dámaso Alonso, que permanecieron en España, los demás marcharon durante o al finalizar la contienda al exilio al igual que otros muchos intelectuales. Este partida supone un giro artístico en su producción: comienza la rehumanización.
Los poetas del 27, aunque en conexión y dependencia respecto los movimientos vanguardistas europeos, no extremaron la posición novedosa y conjugaron en sus obras tradición y revolución (vanguardia), desarrollándose a su modo. Respecto a la Vanguardia, bebieron de la influencia de varios ismos, pero nos centraremos en la influencia del Surrealismo, Creacionismo y Ultraísmo. De la generación precedente, Juan Ramón Jiménez servirá de faro a los que cultivaron la poesía pura; de la poesía de Ramón Gómez de la Serna, que con sus greguerías había abierto el camino de la Vanguardia, recogerán el uso de la metáfora y la tendencia lúdica y evasiva; y Ortega y Gasset será en mentor y defensor de estos jóvenes renovadores de la poesía que vieron publicadas sus obras en la Revista de Occidente y que habían leído con entusiasmo la deshumanización del arte. De la tradición literaria española, junto a Góngora, debido al carácter deshumanizado de gran parte de su obra y de la importancia que en ella adquiere lo conceptual sobre lo emotivo, y a los poetas gongorinos, se sintieron atraídos por la obra de Manrique, Garcilaso, Fay Luis, San Juan, Quevedo o Bécquer. especial interés suscitó Lope de Vega, sobre todo por sus poemillas de corte popular.
1. La poesía de la Generación del 27
Calificada esta etapa como segunda “Edad de Oro” de la literatura española, la mayoría de los poetas cambiaron su modo de hacer poesía a lo largo de 40 años aunque algunos, como Guillén, fueran fieles a una línea determinada. A pesar de la heterogeneidad dentro del grupo, a grandes rasgos se aprecia una evolución paralela que parte de la intrascendencia de la Vanguardia para llegar, después de varias fases, a un compromiso humanizado o político. En una primera etapa que se prolonga más o menos hasta 1928 ó 1929, se aprecia en ellos un afán de pureza y desnudez, que le vino de la mano de Juan Ramón Jiménez, que les lleva al cultivo de una poesía en la que están ausentes lo narrativo y la hojarasca retórica. Perfección técnica, depuración expresiva o desdén por lo demasiado humano (aunque sólo en teoría). Consideraban el poema como obra artística autónoma y autosuficiente, y sintieron el anhelo de precisión y exactitud léxica. Fueron acusados en sus comienzos de herméticos y fríos debido a la contención en la expresión del sentimiento y el intelectualismo, pero el propio Guillén apostó por el poema “con poesía y otras cosas humanas”, y su predilección por la poesía popular (tan impregnada de “impurezas sentimentales”) los aleja de la pureza extrema. Al matizar la influencia de las vanguardias con la herencia de la poesía moderna posterior al Romanticismo (Bécquer, Darío, Machado o Juan Ramón) sintetizaron en los poemas material sentimental con material conceptual, por lo que nunca llegaron a considerarse deshumanizados o puros.
Toda esta síntesis de influencias se aprecia también formalmente (métrica y estrofas). Tras los experimentos vanguardistas, en los que prefirieron el verso libre, el verso blanco y el versículo, a partir de 1925 aumenta el uso de estructuras métricas tradicionales como el soneto, la décima, la canción, el romance o el villancico, que se renuevan al verter en ellas una temática e ideología modernas (como las famosas décimas de Guillén o el Romancero gitano de Lorca).
Sintieron predilección por el poema breve, en el que converjieran tradición y modernidad, y experimentaron con estructuras exóticas como el haiku, que trata de describir de forma brevísima una escena, vista o imaginada.
En cuanto al lenguaje poético, la metáfora y la imagen son los recursos fundamentales de evocación y asociación. Distinguieron entre realidad poética y realidad objetiva: la poesía crea un mundo independiente o revela la esencia que hay bajo lo real. Sintieron atracción por el objeto cotidiano, que adquiere entidad poética.
La influencia del Surrealismo será fundamental en ellos a partir de la publicación del Manifiesto surrealista de Bretón. Lo adaptaron y combinaron (el Surrealismo) con el humor y lo grotesco de la poesía popular. Algunos autores acogen el Surrealismo en sus poemas con imágenes oníricas y violentas y con la exploración del subconsciente con cierto tono angustioso. La imaginación, los procesos oníricos, el humor corrosivo, la pasión erótica e incluso la crueldad son instrumentos para luchar contra la cultura burguesa y las hipocresías de un orden moral establecido. Normalmente las obras que reflejan esta corriente son resultado de una crisis personal de los poetas: ya que encontraron la posibilidad de expresar con este nuevo lenguaje sus conflictos íntimos y su rechazo a unas normas sociales caducas. Tiene, dos vertientes: como innovación poética puede conducir a un arte de preocupación social; como refugio o evasión se manifiesta en la distorsión lingüística.
A partir de loa años treinta se siente la profunda crisis histórica y la poesía se va rehumanizando, se funden de nuevo arte y vida y vuelve la poesía de compromiso social (el poeta siente que su poesía debe estar al servicio de fines sociales). Esta rehumanizaión es el resultado de la expresión abierta de los problemas íntimos, de la tendencia a alejarse de los postulados del purismo y de prestar mayor atención al mundo contemporáneo.
Tras un primer momento, que corresponde a la primera producción del grupo, en el que bajo la influencia de las vanguardias se concibe la poesía como antirrealidad, como creación de un mundo nuevo, a partir de 1929 aproximadamente y coincidiendo con la crisis de personalidad de varios autores del grupo, la poesía pasa a ser un instrumento de comunicación intersubjetiva y de reforma moral de la sociedad.
Corrientes literarias más destacables.
Neopularismo.
Se trata de una poesía popular actualizada que vuelve los ojos a los poetas anónimos del Romancero viejo y del Cancionero tradicional. A la cabeza de esta corriente están:
Federico García Lorca. Esta corriente abarca su obra Libro de poemas, Canciones, Poema del cante jondo y Romancero gitano. Con ellas penetra en las entrañas andaluzas para destacar lo hondo y profundo de esta región, no lo pintoresco. En Romancero gitano destacan las metáforas, el sensualismo y la transformación por vía poética del maltratado pueblo gitano. Exalta la dignidad de esta raza marginada y perseguida e ilustra el tema del destino trágico que aparece en toda su obra: sus personajes son seres al margen de un mundo convencional y hostil y por ello marcados por la frustración y abocados a la muerte. Es el punto más alto de la fusión de lo culto, incluso lo vanguardista, y lo popular. Tras esta obra, Lorca dará un giro al Surrealismo.
Rafael Alberti. En sus obras Marinero en tierra, La amante y El alba de alhelí compone canciones en las que se mezclan inspiración popular (estilo nominal, paralelismos, concisión, condensación expresiva a través de la elipsis, sencillez léxica...) y expresión culta. En todas ellas expresa en poemas cortos y sugerentes la nostalgia de un paraíso perdido lejos del mar. Nunca abandonó del todo el neopopularismo pero tras El alba de alhelí compone obras que se inscriben en otras corrientes del momento como el neogongorista Cal y canto o el surrealista Sobre los ángeles. Recuperará el neopopularismo en 1954 con sus Baladas y canciones del Paraná.
Poesía pura.
Jorge Guillén. Compone Cántico como expresión jubilosa de la realidad y del hombre. Su tema, la afirmación del ser y del vivir. Es un libro de poesía pura, pero después de sucesivas ampliaciones e incorporaciones de poemas, se observa en ellos una vena de sentimiento y humanidad: consigue un equilibrio entre emoción e inteligencia mediante la expresión contenida y refrena del sentimiento. La luz se convierte en palabra fundamental en su poesía. Sus décimas constituyen modelos de impecable perfección.
Pedro Salinas. Supera con La voz a ti debida y Razón de amor libros anteriores como Seguro azar y Fábula y signo. La voz a ti debida es un extenso poema amoroso que relata una historia personal y vivida desde la pasión, pasando por la unión plena, hasta el umbral de la separación, dado que la ruptura tiene lugar el Razón de amor. Se trata de un amor intelectualizado cuyo objeto puede ser la mujer o la propia poesía. Tras estas obras su poesía no cambia sustancialmente, aunque en El contemplado se abre más allá de su mundo íntimo. Entre los rasgos de su obra: intelectualismo y un permanente diálogo mediante el que los interlocutores profundizan en sí mismos y en sus contrarios y se enriquecen mutuamente. La poesía se convierte en la forma de acceder a la esencia de la realidad.
Surrealismo.
En Federico García Lorca la experiencia surrealista llega tras un cansancio del neopopularismo y un viaje a NY con Poeta en Nueva York, en el que nos ofrece una visión negativa de la ciudad y el rechazo a una civilización mecanizada que destruye la libertad del hombre y lo auténtico humano, aunque junto a ella exprese la fascinación que le produce la mezcla de razas, el cine, el jazz..., mediante elementos oníricos, de forma dislocada, sin apenas nexos lógicos. La métrica es variada. Otra obra de esta corriente es el poema elegíaco Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, en el que nos presenta en una atmósfera irreal a una figura mítica que la muerte arrastra a la nada desde la cogida del toro hasta la muerte del espíritu.
Rafael Alberti compone como resultado de una crisis espiritual, religiosa, amorosa y estética Sobre los ángeles, en la que el surrealismo es vía de expresión de sus obsesiones, angustias y contradicciones internas, y en la que los ángeles son objetivaciones poéticas de fuerzas oscuras que le oprimen y a cuyo arbitrio se encuentra. Al final el poeta acepta el proceso como una experiencia vital aleccionadora.

Vicente Aleixandre se dio a conocer con una obra de tono tradicional, Ámbito, pero tras la lectura de Freud dará un giro al Surrealismo con Pasión de la tierra, poemas en prosa en los que expresa su deseo de fundirse con la naturaleza, lo que le lleva a la defensa de lo elemental, lo desnudo, lo auténtico, y a atacar las normas y trabas sociales que limitan la libertad y los impulsos espontáneos del hombre. Comparte el dolor del universo pero también el goce de la vida, a la que desea libre de inhibiciones. En Espadas como labios y La destrucción o el amor el amor aparece como fuerza destructora que paradójicamente conduce a la fusión con lo cósmico. Destacan la presencia de elementos oníricos y una expresión afectada de ilogicismo. En Sombra del paraíso su poesía se hace más clara y comunicativa.
Luis Cernuda. Dentro de las varias etapas de su obra recogida en el volumen La realidad y el deseo, el Surrealismo ocupa la segunda de ellas con obras como Un río, un amor y Los placeres prohibidos. El Surrealismo le ofrece una puerta abierta para expresar sin inhibiciones su mundo interior (amor, nostalgia, insolidaridad..., sentidas como un romántico) y su rebeldía frente a las convenciones sociales y artísticas.
Otros poetas.
Autores como Gerardo Diego, Emilio Prados o Manuel Altoaguirre son difíciles de clasificar debido a la heterogeneidad de su obra.
Gerardo Diego. Su obra sorprende por su inusitada variedad de temas, de tonos y de estilos. En síntesis presenta dos direcciones: la poesía de vanguardia y la poesía “clásica” o “tradicional”. Ambas han sido cultivadas paralelamente por el autor, aunque con un progresivo dominio de la segunda. Su primer libro, El romancero de la novia, está impregnado aún de tono becqueriano, pero este año empiezan ya sus experimentos de vanguardia: destaca como representante español del Creacionismo. Así en Imagen y Manual de espumas. A la misma línea vanguardista corresponde la Fábula de Equis y Zeda. Y por los mismos años también prosigue su obra de corte tradicional: Versos Humanos, SoriaViacrucis o Versos Divinos...
Emilio Prados. Sus comienzos están marcados por un doble signo: las formas populares y la influencia de Juan Ramón. Así en los poemas que van de Tiempo a Cuerpo perseguido. También hay en él una etapa surrealista que coincide con un momento de crisis: La voz cautiva y Andando, andando por el mundo. Sigue una breve etapa de poesía política con obras como Llanto en la sangre o Cancionero menor para los combatientes. En el exilio se hace punzante su nostalgia de la tierra española. En Jardín cerrado se encierra en su intimidad y ahonda en los problemas existenciales.
Dámaso Alonso sigue una trayectoria muy diferente a los demás. Inicia su obra con Poemas puros, que le revelan como un “pionero” de la poesía pura. Pero su obra más importante es Hijos de la ira, poesía existencial que supone en realidad una autobiografía espiritual del poeta, la más desnuda confesión de su desamparo, a la vez que un grito de protesta contra el odio, la injusticia y la podredumbre.
Miguel Hernández. Poeta que no puede clasificarse como miembro de la Generación del 27, pero su corta vida de 1910 a 1942 hace difícil su inclusión en cualquier movimiento. En 1933 publica su primera obra importante Perito en lunas como aprendizaje de técnicas modernas. Comienza su poesía amorosa que evoluciona hasta El rayo que no cesa que supone su consagración, de tono neopetrarquista. En su poesía toca temas como la religión, el amor y otros de carácter existencial. También encontramos en su creación la vertiente de poesía social motivada por los acontecimientos de la guerra como se refleja en Viento del pueblo y en El hombre acecha.

Con la Guerra Civil y la posterior Guerra Mundial, los poetas del 27 fueron zarandeados por los acontecimientos, llevados al exilio o asesinados, como Lorca. Pero no podían menos que hacerse eco angustiado de las circunstancias y denunciar a través de sus versos. Muestra de esta protesta e indignación son obras como Clamor de Guillén o la posterior Hijos de la ira de Dámaso Alonso.

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2. Novela de la generación del 27.
Desde tiempo atrás, el género de la novela se encontraba en crisis porque las posibilidades que brindaba a comienzos del siglo XX el canon realista-naturalista eran ya muy escasas. Los novelistas del 98 habían intentado otra novela, Miró y Pérez de Ayala, por su parte, continúan el intento que culmina en cierto modo en Ramón Gómez de la Serna. Tales son los antecedentes españoles de los novelistas del grupo Nova Novorum , así llamados por la colección que sacó algunos de sus libros. Fueron ellos, junto a diversos ensayistas, periodistas y críticos los cultivadores de la prosa de la Generación del 27.
Hay una serie de novelistas que cultivan el humorismo ramoniano y ofrecen en sus relatos una presentación dislocada de la trama y de los personajes. Así, Jardiel Poncela sorprende al lector dejando en sus novelas páginas en blanco (porque en ese momento los personajes guardan silencio) o jugando con el formato (por ejemplo reduce el tamaño de la letra para indicar que los personajes hablan en voz baja) y la disposición tipográfica. También cultivaron este tipo de novelas Mauricio Bacarisse, Antonio Espina, Pedro Salinas y Benjamín Jarnés.
Bacarisse evolucionó desde el Modernismo al arte de Vanguardia. Entre sus obras destaca Los terribles amores de Agliberto y Celedonia , caracterizada por el propio autor como relato erótico-burlesco en el que pretende demostrar la supremacía de la sugestión verbal y la superioridad de los mitos de la realidad sobre los de la fantasía.
Antonio Espina es ejemplo del escritor ingenioso, de humor desgarrado y chocante. Importante biógrafo, mostró sus dotes narrativas en Pájaro Pinto (conjunto de seis relatos) y Luna de copas y defendió la superación de la realidad por vía de la fantasía.
La excelente prosa narrativa de Pedro Salinas nos ha dejado obras como Vísperas del gozo (conjunto de relatos), Volverla a ver y Mundo cerrado. Crea personajes que esperan que ocurra un hecho pero en circunstancias imprevisibles que provocarán un goce estético o intelectual, nunca carnal. Abundan las comparaciones, los epítetos y las imágenes.
Benjamín Jarnés rechaza el tipo de novela que reproduce la realidad sin más. Admira de sus contemporáneos a Azorín y a Miró por la elegancia al primero y por la sensualidad al segundo. Escribió novelas de escasa peripecia, con pocos personajes y situaciones inverosímiles. Predominan en su lengua juegos de ingenio, metáforas al modo ramoniano y digresiones. Destacan sus novelas Mosén Pedro y Teoría del zumbel.
3. Teatro de la Generación del 27.
A partir de 1926 se produce en España un teatro distinto del imperante consecuencia de la necesidad de renovación dramática. Este momento abarca desde el estreno de Tic-tac de Claudio de la Torre hasta el estreno de Escaleras de Gómez de la Serna.
En 1927 García Lorca estrena Mariana Pineda en verso, a la que siguieron tres farsas en prosa (Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, La zapatera prodigiosa y El Retabillo de Don Cristóbal); en su etapa neoyorquina y surrealista escribe Así que pasen cinco años y El público, pero el teatro de Lorca que triunfa se corresponde con sus tragedias rurales Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. En ellas Lorca pinta personajes desgarrados por hondas pasiones que los llevan al desenlace trágico.
El primer estreno de Rafael Alberti fue El hombre deshabitado de atmósfera marcadamente surrealista. En la época del exilio destacan Noche de guerra en el Museo del Prado y El adefesio.