TEXTOS DESCRIPTIVOS.
LAS DISTINTAS VISIONES DE DULCINEA DEL TOBOSO.
DON QUIJOTE (CAP. XIII, PRIMERA PARTE)
Su nombre es Dulcinea, su patria el Toboso[...]su
hermosura sobrehumana pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los
imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas:
que sus cabellos son de oro, su frente campos Elíseos, sus cejas arcos del
cielo , sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus
dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura
nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad so tales,
según yo pienso y entiendo, que solo la discreta consideración puede
encarecerlas y no compararlas.
SANCHO (CAP. XXV, PRIMERA PARTE)
-Bien
la conozco -dijo Sancho-, y sé decir que tira tan bien una barra como el más
forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y
derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier
caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora!. ¡Oh, hi de puta,
qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del
campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de
su padre, y aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si
estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada
melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace
mueca y donaire. Ahora digo, señor Caballero de la Triste Figura, que no
solamente puede y debe vuestra merced hacer locuras por ella, sino que con
justo título puede desesperarse y ahorcarse; que nadie habrá que lo sepa que no
diga que hizo demasiado de bien, puesto que le lleve el diablo. Y querría ya
verme en camino, sólo por vella; que ha muchos días que no la veo, y debe de
estar ya trocada; porque gasta mucho la faz de las mujeres andar siempre al
campo, al sol y al aire. Y confieso a vuestra merced una verdad, señor don
Quijote: que hasta aquí he estado en una grande ignorancia; que pensaba bien y
fielmente que la señora Dulcinea debía de ser alguna princesa de quien vuestra
merced estaba enamorado, o alguna persona tal, que mereciese los ricos
presentes que vuestra merced le ha enviado, así el del vizcaíno como el de los
galeotes, y otros muchos que deben ser, según deben de ser muchas las vitorias
que vuestra merced ha ganado y ganó en el tiempo que yo aún no era su escudero.
Pero bien considerado, ¿qué se le ha de dar a la señora Aldonza Lorenzo, digo,
a la señora Dulcinea del Toboso, de que se le vayan a hincar de rodillas
delante della los vencidos que vuestra merced le envía y ha de enviar? Porque
podría ser que al tiempo que ellos llegasen estuviese ella rastrillando lino o trillando
en las eras, y ellos se corriesen de verla, y ella se riese y enfadase del
presente.
NOTA: se corregirá el lunes 6 de octubre.
NOTA: se corregirá el lunes 6 de octubre.
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