SEMÁNTICA.
La Semántica es la
disciplina lingüística que estudia el significado de las diferentes unidades de
la lengua.
EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS.
La lengua forma un sistema
en el que cada unidad se define por las relaciones que guarda con el resto de
unidades de ese sistema. Así, en virtud de la relación de sentido que una palabra guarde con las demás de su
sistema lingüístico, las palabras pueden ser:
a.
Monosémicas
La
monosemia es una propiedad que
tienen algunas palabras que poseen un solo significado. Hay pocas palabras
monosémicas. La monosemia se suele dar en términos científicos que son
empleados como tecnicismos en disciplinas muy concretas. Ejemplo: equilátero,
tórax, etc. Significan lo mismo en cualquier contexto.
b.
Polisémicas
La
polisemia es una propiedad de las palabras que tienen
diferentes significados. Las diversas acepciones de las palabras que tienen
esta propiedad de sentido aparecen en la misma entrada en los diccionarios. La
polisemia es un fenómeno mucho más frecuente en la lengua que la monosemia.
Ejemplos: hoja, ratón, manzana, etc.
c.
Homónimas
La
homonimia es la igualdad formal de
dos palabras que tienen un significado diferente. Las palabras homónimas tienen
diferente origen y presentan distintas entradas en el diccionario. Las palabras
homónimas pueden ser de dos tipos:
—Homónimas homófonas: se pronuncian
igual pero se diferencian en su escritura. Ej. vaca / baca, hecho/echo,
hasta/asta, etc.
—Homónimas homógrafas: se escriben y se
pronuncian igual. Ej. vino / vino; bote/bote.
d.
Sinónimos
La
sinonimia es la relación semántica
que se establece entre dos palabras que tienen el mismo significado. Hay varios
tipos de sinónimos:
—Sinónimos totales o absolutos: palabras
que son intercambiables en todos los contextos. Oftalmólogo-oculista.
—Sinónimos parciales o relativos: no son intercambiables en todos
los contextos: liso-llano, suave-ligero.
e.
Antónimos
La
antonimia es la oposición de
palabras por su significado. Hay varios tipos de antónimos:
—De grado o graduales: la oposición
entre su significado es gradual. Entre estos términos hay palabras que indican
grados intermedios (ocupan los extremos opuestos de una escala continua de
valores): bueno-malo, frío-caliente, viejo-joven
—Complementarios o binarios: la realidad
se reparte entre ambos términos y no existen grados intermedios (formas pares
que agotan entre ellas todas las posibilidades): lícito-ilícito, dentro-fuera,
etc.
—Recíprocos o inversos: el significado
de una implica el significado de otra. Ej. Comprar- vender, padre-hijo,
tío-sobrino; abuelo-nieto.
Hay
un buen truco para identificarlos mediante una “ecuación”: si “x” es “y”,
entonces “y” es “x”. Por ejemplo: si x es padre de y, entonces y es hijo de x;
si x está encima de y, entonces y está debajo de x...
f.
Parónimos
La paronimia es un fenómeno que se da entre palabras que tienen un gran parecido
fonético.
Ej. anejo/ajeno,
hombre/hombro, ojo /ajo, razón/rezar...
g.
Campo semántico
Está
formado por un conjunto de palabras que comparten un contenido semántico común.
Ej. silla, sillón, sofá, butaca, taburete . Este grupo de palabras forman un
campo semántico ya que comparten el contenido semántico “objetos que sirven
para sentarse”. Pero cada uno de los términos del campo semántico se diferencia
de los demás por unas características particulares o rasgos semánticos que se
denominan semas.
No
hay que confundir campo semántico con familia léxica, que es el conjunto de
palabras que derivan de una misma raíz: fruta, frutero, frutería...
En realción a los campos semánticos se encuentra el término isotopía, que estudiaremos en profundidad en el tema siguiente.
ISOTOPÍAS
Algirdas Julien Greimas (1966) es
el primero que define el término “isotopía”. Si bien es una palabra que
fue adquiriendo diferentes significados a lo largo del tiempo –y hasta
fue redefinida por distintos autores–, vamos a tomar una de sus primeras
formulaciones. Por una parte, “isotopía” evoca la noción de identidad y similaridad; por otra, la pertenencia a un campo, dominio o lugar. De esta manera, el lingüista francés la define como un conjunto redundante de categorías semánticas que hacen posible la lectura uniforme de un relato.
Por ejemplo, si tuviéramos que escribir un texto
sobre las diferencias entre campo y ciudad, sería esperable que
utilizáramos palabras como: paisaje, ganado, cultivos/edificios,
velocidad, ruido, entre otras tantas. Estos términos configuran cadenas isotópicas
que se forman a partir de elementos en común que pertenecen a un
dominio. Lo que dice Greimas es que los diferentes semas, en este caso
“campo/ciudad”, generan isotopías que a su vez pueden ser cada vez más
específicas, si queremos, por ejemplo, armar nuevas cadenas a partir de
“cultivos” o de “edificios”.
A partir de lo anterior, la redundancia y la repetición
resultan ser la base de la coherencia. No nos referimos a la repetición
de un mismo término, sino a la reiteración dada a partir de isotopías
que organizan los temas y los subtemas del texto. Escribir bien es,
entonces, construir significados que se conecten entre sí, que
constituyan una red, una trama. Por esta razón, armar campos semánticos
nos facilita mucho la escritura. En internet hay un sitio www.lexipedia.com,
en el cual si ingresamos cualquier palabra, en segundos se arma una red
de términos relacionados (sustantivos, verbos, adverbios, antónimos,
sinónimos, etc.). Baste como ejemplo:
Este sitio resulta así un excelente punto de partida para comenzar a armar un escrito coherente.
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