domingo, 22 de enero de 2017

2BC GUIÓN DE LECTURA. TIEMPO DE SILENCIO, LUIS MARTÍN SANTOS.


GUIÓN DE LECTURA. SEGUNDA EVALUACIÓN. TIEMPO DE SILENCIO, LUIS MARTÍN SANTOS.

1.     INTRODUCCIÓN
Luis Martín Santos fue un hombre de excepcionales dotes intelectuales. Unió a su preparación científica una sólida formación filosófica, cuyos dos polos fueron el existencialismo y el marxismo (como psiquiatra, cultivó el “psicoanálisis  existencial”).
Su formación literaria abarca desde los clásicos griegos a los autores más recientes, en especial Kakfa, Faulkner, el “nouveau roman” y, sobre todo, Joyce (tendrá muy en cuenta para su novela su Ulises). También tiene muy en cuenta los clásicos españoles, principalmente Cervantes, y la nueva novela hispanoamericana.
Estaba, por tanto, muy al día de las corrientes renovadoras de la novela mundial, y el año de publicación de Tiempo de silencio, 1962, coincide con el de La ciudad y los perros de Vargas Llosa. Con esta novela se abre un nuevo camino para la novelística española: la novela social que ha dominado durante los años 50 da paso a la novela experimental. Se abandona el realismo a ultranza, se buscan enfoques más complejos, se cuidan los valores formales y se intenta conciliar visión crítica con modernidad literaria.

Tiempo de silencio es una novela del fracaso y una disección de la vida española en la que, además, el autor lleva a cabo sus innovaciones técnicas y de lenguaje.

2.     LA NOVELA
El asunto de la obra, que debéis deducir vosotros, tienen mucho de relato folletinesco con algunas características propias de la novela policiaca, pero su tratamiento logra conferir a la anécdota un amplio alcance existencial. Los ambientes sociales que presenta –de la alta burguesía al chabolismo miserable- no difieren de los de la novela social, pero hay una especial virulencia crítica que es inseparable de su tratamiento formal.
Lo importante es la originalidad de enfoque: desecha el realismo objetivista y da entrada a una desbordante imaginación que somete la realidad a una elaboración metafórica y simbólica.
Decíamos antes que toma como modelo el Ulises de Joyce, y de “odisea” se califican las peripecias de Pedro, el protagonista, pero en su tratamiento hay una evidente ironía y sarcasmo. Lo mismo sucede con el lenguaje, con su hinchazón barroca y cultista.

3.     EL ALCANCE EXISTENCIAL.
La obra es una novela de protagonista. Pedro es un personaje borroso zarandeado anulado por las circunstancias. Sólo conocemos su presente y sus proyectos de investigación científica. Es un ser desarraigado: siente envidia y resentimiento hacia los ricos, pero quisiera ser uno de ellos; ante los miserable, oscila entre la compasión y la repugnancia. La indecisión y la impotencia son otros de sus rasgos que le impiden tomar las riendas de su propio destino.
Desarraigo, impotencia y frustración son los temas que confieren a la obra su alcance existencial. Pedro viene a ser trasunto de la mísera condición humana.
Los restantes personajes confirman esta desoladora concepción existencial porque sus existencias están amputadas en uno u otro sentido. Matías, es un ejemplo de existencia inauténtica; inautenticidad y degradación moral se aúnan en la patrona de la pensión; y no es menor el vacío existencial de los miserables. En una escala descendente de progresivo acercamiento a la animalidad se sitúan Florita, el Muecas, las prostitutas, Cartucho o la mujer del Muecas. En conjunto, una humanidad degradada que parece estar ahí para provocar la náusea en el lector.

4.     ASPECTOS SOCIALES. DENUNCIA Y  SÁTIRA.

Pero el autor sitúa toda esta miseria en un marco social concreto, el Madrid “de los años del hambre”, y en esta situación se convierten en víctimas.
El fracaso de Pedro tiene causas sociales: los condicionamientos de una sociedad opresiva y subdesarrollada. Se nos muestra la lamentable situación de la ciencia, el desprecio por lo intelectual, además de un mundo de hipocresías y convencionalismos (representado en la pensión); y su contacto con la marginalidad lo condena a la marginación y al silencio.
La clase alta (que tiene su centro en casa de Matías) se caracteriza por su inutilidad y por vivir a espaldas de la dolorosa realidad.
La clase media (o media-baja) está representada por la pensión y la patrona, que muestra cómo su único deseo es medrar por encima de cualquier consideración moral.
La clase baja aparece en su capa más ínfima, el subproletariado de las chabolas, donde se dan cita todas las miserias.
La novela insiste en el brutal contraste y el autor adopta una actitud dialéctica y ve las contradicciones y las miserias en todos los estratos sociales, poniéndolos de relieve con inusitada fuerza crítica.
Pero su crítica no es solo social, es nacional, y pretende ser un violento revulsivo.

5.     LA ACTITUD DEL AUTOR.

Adoptó lo que llamó un “realismo dialéctico”. Como narrador, a veces cede la palabra totalmente a los personajes (monólogos); otras, ve los hechos desde el protagonista; y otros desde el narrador, que está presente prodigando comentarios y críticas sobre sus criaturas.

6.     LA ESTRUCTURA.

En cuanto a la estructura externa, la obra no se compone de capítulos sino de una sucesión de secuencias (63) separadas por espacios en blanco.
Atendiendo a la estructura interna (desarrollo del argumento) pueden distinguirse episodios (compuestos por varias secuencias) que se agrupan a su vez en partes más amplias o “núcleos”. Como elementos originales descararíamos la presentación abrupta de monólogos sin que sepamos de momento quién habla, los saltos bruscos de una escena a otra o de un ambiente a otro y las lagunas en el desarrollo temporal. El desarrollo del tiempo, sin embargo, es lineal, aunque se muestra una tendencia a la concentración temporal.

7.     LOS PERSONAJES.

Nos vamos a detener en cómo habla el autor de los personajes.
La ironía y los desajustes entre realidad y ficción son fundamentales.  El Muecas es llamado “terrateniente” o “digno propietario” y su mujer /su consorte”.
También está presente el tratamiento mítico. El Muecas, cuando llega a la pensión, es “mensajero que la noche envía” y doña Luisa se convierte en “la gran madre fálica”.
Otro recurso es la caracterización metafórica  o simbólica: los habitantes de las chabolas se convierten en “negros”, frente a los “blancos” de la cuidad. Hay además ejemplos de animalización y cosificación  que nos permiten hablar de técnica esperpéntica.

8.     LAS DESCRIPCIONES.

La ironía y la distorsión también están presentes en las descripciones (la chabola del Muecas es una “mansión residencial”) y son frecuentes las referencias míticas (los burdeles son “lugares de celebración de nocturnales ritos órficos) y la elaboración metafórica.

9.     LOS DIÁLOGOS.
No son abundantes pero sí fundamentales en la caracterización de los personajes, de ahí que presenten una gran variedad y respondan a diversos registros: desde la sencillez conversacional a la pedantería.
Ofrecen novedades como diálogos incrustados en un monólogo, insertados en un relato sin los signos habituales, hechos de frases truncas o que sólo recogen las palabras de uno de los interlocutores. Destaca también el uso del estilo indirecto libre.

10. LOS MONÓLOGOS.
Hay una explotación sistemática del monólogo interior: diez de las secuencias están construidas totalmente con esta técnica.
Sus tres funciones esenciales son la caracterización de los personajes (ya que penetramos en sus conciencias), una función narrativa y otra reflexiva e interpretativa (el personaje comenta sucesos o problemas).

11. EL LENGUAJE.
El autor abandona la prosa sobria del realismo social a favor del barroquismo, el rebuscamiento y una verborrea deliberadamente pedante, que son los medios para lograr la ya aludida ironía que gobierna la inadecuación entre el lenguaje y la realidad. Pero también hay una intención de lograr un enriquecimiento del lenguaje de la novela.
A esa doble intención irónica y artística responde la abundancia de recursos estilísticos: comparaciones e imágenes, hipérboles, perífrasis alusivas, enumeraciones, paralelismos, anáforas, bimembraciones…
En cuanto al léxico, llama la atención el uso de cultismos, extranjerismos, neologismos o creaciones verbales.
En el nivel sintáctico destaca el gusto por la frases larga.
Encierra un continuo alarde verbal, sin que por ello no aparezcan pasajes de estilo menos rebuscado.

12. SIGNIFICACIÓN DE LA OBRA.
Luis Martín Santos se aleja con esta obra del realismo social y reivindica los derechos de la literatura como creación y experimentación. Sin embargo, en la obra se aúnan la experimentación formal y un amplio alcance existencial, social e histórico. Y su carga crítica es incluso más intensa que en la novela social de los años 50.
           ¿Es la novela una obra pesimista? Es una obra amarga que nos ofrece la visión inmisericorde de un mundo degradado, pero degradado por causas determinadas, y el autor no pretende mostrar soluciones, sino que con su enfoque dialéctico y su potencia revulsiva, deja al lector esa tarea.

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