DOCUMENTO
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Pautas metodológicas para la expresión de una opinión
razonada
FERNANDO CARRATALÁ TERUEL.
Opinión personal y escala de valores
Puesto
que, a la hora de ofrecer una opinión, cuanto se exponga debe hacerse desde una
perspectiva personal, será preciso recurrir a la propia formación cultural y
apoyarse en aquella escala de valores que refleja una personalidad autónoma;
con objeto de evitar, así, incurrir en incongruencias, ambigüedades y
contradicciones. Y, en todo caso, se procurará fundamentar razonadamente las
ideas, de forma clara y ordenada.
Propuesta de un plan de actuación
Para
lograr una mejor fundamentación y exposición de la propia opinión acerca de
cualquier tema -tanto más si este resultara polémico-, se podrían tomar en
consideración las siguientes reflexiones en relación con:
• El
asunto que se va a exponer.
• La
estructura que se va a adoptar para exponerlo.
• La
relación entre contenido y estructura.
• La forma
de expresión.
I. En relación con el asunto propiamente dicho que se
va a exponer
Para que
los razonamientos personales adquieran la mayor objetividad posible, puede uno
apoyarse en datos fehacientes, fechas, opiniones -que coinciden con las propias
o difieren de ellas- de personas con prestigio intelectual.
Y, en todo
caso, los aspectos más subjetivos se expondrán con un cierto grado de
eclecticismo -sin adoptar posturas dogmáticas-, vendrán fundamentados con
lógica y coherencia, y servirán para poner de manifiesto el nivel de madurez
intelectual y humana alcanzado.
Sea como
fuere, las propias ideas deberán exponerse con precisión -o sea, sin vaguedades
ni digresiones retóricas-; evitando introducir conscientemente falacias;
recalcando la “carga ideológica del mensaje” cuando resulte procedente;
buscando ofrecer planteamientos originales -dentro de ciertos límites- en la
selección de las ideas, e incluso en la forma de presentarlas; y procurando que
tengan cierta vigencia y actualidad, con objeto de recalcar la conexión de
quien emite juicios valorativos con el “entorno” en que se desenvuelve.
II. En relación con la estructura que se va a adoptar
Toda
información bien estructurada ha de contar con un “entramado ideológico”
coherentemente organizado; lo que implica tener claro no sólo el grado de
jerarquía de las ideas -diferenciando las fundamentales de las secundarias y
estableciendo las oportunas relaciones entre ellas-, sino también las partes en
las que hay que dividir el texto, mediante los oportunos parágrafos.
III. Con respecto a la relación entre el contenido
que se expresa y la estructura que se adopta
Valoración
positiva merecen, entre otros, los siguientes aspectos: claridad y continuidad
del pensamiento; concatenación lógica del conjunto (sistematización de las
ideas -todos los parágrafos están ligados por una idea o visión de conjunto-;
división en parágrafos dentro de la unidad general...).
Y, por el
contrario, merecen una valoración negativa el desorden en la exposición de las
ideas, las repeticiones innecesarias, la abundancia de ideas superfluas, el
“irse por las ramas”...
IV. Con respecto a la forma de expresión
El dominio
del léxico se puede manifestar por medio de un vocabulario que se caracterice
por su riqueza y variedad, precisión, corrección, e incluso por el uso de
aquellos tecnicismos que el tema que se expone exigiera.
La
objetividad y el rigor se logran, entre otros caminos, con un predominio del
valor denotativo del significado de los vocablos; ya que si predomina el valor
connotativo -en especial de los adjetivos- se confiere a la expresión un
carácter más subjetivo y, por tanto, más emotivo.
Y en
cuanto a las estructuras sintácticas que se empleen, debe perseguirse la
corrección sintáctica, y evitar así incurrir en los desajustes en las
concordancias -anacolutos-, en las frases inconclusas, en los vulgarismos
morfosintácticos...; y es preferible el predominio de la construcción
“paratáctica” (abundancia de oraciones coordinadas y yuxtapuestas, que
contribuyen a la sencillez del estilo) sobre la construcción “hipotáctica” (con
oraciones dependientes las unas de las otras), porque en este último caso, el
estilo se vuelve retórico.
Epílogo. Aspectos que se suelen tener en cuenta a la
hora de valorar la exposición de una opinión argumentada
Entre
otros, estos son algunos de los aspectos que pueden ser tenidos en
consideración para valorar cómo se defienden, argumentalmente, los propios
puntos de vista:
• Si la
defensa de una determinada postura se hace de forma razonada y coherente,
basándose en la propia cultura.
• Si los
razonamientos son estrictamente subjetivos o se apoyan en fuentes solventes y
dignas de crédito.
• En el
caso de resultar necesario rebatir ideas, si su refutación cuenta con una
adecuada argumentación.
• Si las
ideas que se presentan repiten tópicos más o menos manidos o encierran cierta
dosis de originalidad, cuanto menos en los planteamientos.
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