domingo, 26 de abril de 2015

1º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTOS EXPOSITIVOS Y ARGUMENTATIVOS III. INTRODUCCIÓN A LA PRAGMÁTICA, SELECTIVIDAD.



TEXTO 3
Todas las lenguas tienen formas especiales para codificar diferentes tipos de elementos de la situación: los deícticos. Entre ellos se encuentran no solo los pronombres personales de primera y segunda personas en todas sus formas, los demostrativos, los posesivos, y muchos adverbios de lugar y de tiempo; debemos contar también los morfemas de tiempo de la flexión verbal y las fórmulas de tratamiento. Además, habría que añadir todas las formas anafóricas y catafóricas, es decir, aquellas que se usan en el discurso para hacer referencia a algunas partes del propio discurso. Por todo ello no es de extrañar que más del noventa por ciento de  las oraciones de una lengua contengan unidades de este tipo.
         Una vez más, nos encontramos con que una parte importante de la interpretación de un gran número de enunciados depende decisivamente de los factores extralingüísticos que configuran el acto comunicativo: conocer la identidad del emisor o destinatario y conocer las circunstancias de lugar y tiempo de emisión se ha convertido en un requisito imprescindible para conseguir una interpretación plena. Y una vez más, también resulta evidente que solo desde una perspectiva pragmática se podrá tener acceso al tipo de información necesaria para lograr este objetivo.

Mª Victoria Escandell: Introducción a la pragmática.

TEXTO 4.

Los resultados de la prueba de selectividad de este año revelan, al menos en Cataluña, que la media de alumnos ha obtenido un suspenso en matemáticas aplicadas, en ciencias sociales, en lengua y literatura, en física y química. La estadística de que dispongo no indica qué asignatura es un coladero de tal calibre que ha permitido que el 87% de los alumnos presentados haya aprobado con una nota media de 5,8.
El fenómeno no es nuevo ni nos pilla desprevenidos y las voces que reiteran la gravedad de la situación lo hacen con aire desesperanzado. El mundo es cada día más competitivo y nosotros más incompetentes. Supongo que se refieren a nuestra incompetencia en el terreno de la ciencia y la tecnología, cosa que a mí me preocupa poco. Que la mayoría no pase el examen de química tiene una importancia relativa. Sólo se necesita un número determinado de químicos para atender las necesidades de la comunidad. Al resto nos basta con saber que el detergente de la lavadora no debe ingerirse.
Más preocupante es el pobre resultado obtenido por los estudiantes en el apartado de lengua, porque considero importantísimo que todo el mundo sea capaz de entender y expresar de palabra y por escrito ideas que vayan más allá de lo visceral y lo estrictamente deportivo, y esto, aunque nadie lo crea, sólo se aprende estudiando. Pensar que una cosa es hablar y escribir y otra distinta la gramática es un error muy extendido. Para comprobarlo sólo hay que acudir a los medios de difusión, donde advertirá que, aparte de algunos profesionales, el ciudadano se expresa como un protozoo. En el lenguaje oral, los gritos y los desplantes, algunos acentos locales, la imitación de defectos físicos y un casticismo barato disimulan la magnitud de la catástrofe. Por escrito, ni eso. Frente a esta situación, los políticos encogen sus anchos hombros. La enseñanza es un problema insoluble: alumnos reacios, profesores deprimidos, presupuesto insuficiente y un plan de estudios enmarañado e ineficaz. Sí, el resultado es malo, pero otros años fue peor. El mismo razonamiento que se aplica, por estas mismas fechas, a los incendios forestales. Y expuesto con un rigor y una elocuencia que en la prueba de selectividad sacaría, con suerte, un 3 pelado.
MENDOZA, Eduardo: Selectividad. EL PAÍS, 12-VII-2004.
 

NOTA: el texto 3 se corregirá en clase el martes 28 de abril. El 4, se entregará el jueves 30.

lunes, 20 de abril de 2015

1º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTOS EXPOSITIVOS Y ARGUMENTATIVOS II. IMÁGENES Y PALABRAS.

Me permitiré, también, una reflexión previa. La palabra televisión se nos ha hecho ya tan usual como el instrumento, el artilugio, en el que tiene lugar ese ‘ver lejos’. Porque esto parece ser que significa la palabra: ver algo que no está en el espacio en el que tiene lugar nuestro acto de ver, nuestra visión.
‘Tele’ es un término griego, utilizado en otros neologismos, y quiere decir ‘lejos’, ‘alejado’, ‘distante’. Sin embargo, los elementos que componen la palabra ‘televisión’ ocultan una cierta ambigüedad. Lo que vemos por ese aparato que nos permite ver lo que ‘no estamos viendo’, o lo que vemos sin nuestro ‘estar’ coincida con el estar de aquello cuya representación nos aparece, no es un ver lejano. Lo que vemos está aquí, en el espacio en el que están nuestros ojos. La pantalla, que nos facilita la visión, se encuentra en el espacio donde está nuestro cuerpo. La lejanía significará, entonces, que aunque lo que vemos se hace presente en el mismo espacio en el que se hayan nuestros ojos, suponemos que su realidad, lo que no es mera imagen, su producción, está en otro sitio. Lo lejano no es, por consiguiente, un punto en el espacio ante el que nos situamos y que apenas distinguimos. Lo lejano es el reconocimiento de que eso que vemos no tiene su estar en el mismo lugar en el que lo estamos viendo.
Imágenes y palabras (fragmento) de Emilio Lledó

NOTA: SE ENTREGARÁ EL JUEVES 23 DE ABRIL. 

viernes, 17 de abril de 2015

2º BACHILLERATO. ANEXO MARCADORES DISCURSIVOS.

 

MARCADORES DISCURSIVOS
Tres versiones de los marcadores del discurso:

    Los marcadores del discurso, también llamados "enlaces extraoracionales" por Gili Gaya o Fuentes, o "conectores argumentativos", "extraoracionales", "procesadores textuales" etc., son "unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional -son, pues, elementos marginales- y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación", Gramática descriptiva, p. 4057.

    Gili Gaya señalaba ya algunas de las características propias de estas partículas:

a) Su vinculación a  nociones externas a la predicación oracional.

b) Su carácter invariable.

c) La heterogeneidad de su entidad categorial: conjunciones, frases conjuntivas, interjecciones, etc...

d) La versatilidad distribucional de muchos de ellos (ocupan la posición inicial, medial o final del miembro discursivo en el que comparecen).

e) Su peculiaridad significativa: contribuyen a establecer lo que el autor denomina 'coherencia', y alcanzan una pluralidad de valores semánticos en combinación, frecuentemente, con los rasgos suprasegmentales adecuados ( la entonación, sobre todo).

f) Pueden asignarse a registros distintos (en unos casos son más propios del discurso escrito -"sin embargo", "no obstante", "por consiguiente"... y en otros son más bien propios del discurso oral: pues, así que, etc...)

g) Llegan  a constituir meros apoyos de la elocución o "muletillas" en el habla coloquial.

    Que es invariable, puede verse en que no es lo mismo decir:

    "Lucía está lesionada y, por consiguiente, no puede jugar"

que "Lucía está lesionada y, por este motivo, no puede jugar", ya que "por consiguiente" no desempeña función sintáctica alguna ni admite flexión (*por consiguientes) o complementos, como sí puede hacerlo "por este motivo", que admite plural o puede reformularse con complementos "hasta por estos pequeños motivos". En consecuencia, No puede decirse que "por este motivo" y expresiones semejantes sean verdaderos marcadores del discurso.

    Ahora bien, los marcadores del discurso pueden aparecer desempeñando funciones sintácticas, pero ya no como marcadores del discurso: "Lo haré bien / Bien, lo haré. Lo haré en cualquier caso / En cualquier caso, lo haré. No tiene por qué responder así / Así, no tiene por qué responder. Lo dijo en una palabra / En una palabra, lo dijo.

    Los marcadores del discurso se diferencian de las conjunciones en que no siempre se sitúan al principio del texto, sino que poseen una mayor movilidad, si bien muchos de ellos se sitúan allí obligatoriamente; por otra parte, no admiten negación, ni -entre sí- coordinación: *bueno y por tanto, aunque pueden coordinarse con sintagmas ubicados en inciso en el caso de que sean adverbios marcadores: "La cultura es además, y sobre todo, actualidad". "De hecho, y a pesar de que se verían infinidad de veces, nunca se referirían a aquel hecho sobrenatural"

    María Antonia Martín y José Portolés distinguen cinco tipos de marcadores discursivos, cada uno con sus diversos subtipos: estructuradores de la información, concectores, reformuladores, operadores argumentativos y marcadores conversacionales.

1.º Estructuradores de información. Para desarrollar la información contenida en un discurso

    1.1 Comentadores, que "presentan un nuevo comentario": pues (en posición inicial y no seguido de pausa, que presenta un comentario nuevo informativamente valioso), pues bien (que quiere hacer asumir lo anterior para lo que sigue y va seguido de pausa), así las cosas (que no asume lo anterior para lo que sigue), dicho esto/eso (con menor grado de gramaticalidad), etc.

    -¿Conocía a Soleiro?
    -¿Un cojo que iba a Mondoñedo al mercado?
    -El mismo. Pues se le apareció a su mujer en forma de cuervo.

    1.2 Ordenadores, que "agrupan varios miembros discursivos como partes de un solo comentario", y poseen dos funciones primordiales: indican el lugar que ocupa un miembro del discurso en el conjunto de una secuencia discursiva ordenada por partes, y en segundo lugar presentan el conjunto de esta secuencia  como un único comentario y cada parte como un subcomentario; son de uso más frecuente en el texto escrito que en el oral. Por lo general se basan en la numeración (primero.. segundo) en el espacio (por un lado, por otro lado..., por una parte... por otra; de un lado... de otro) o en el tiempo (después, luego, en fin, finalmente...). Algunos de ellos forman pares correlativos, incluso mixtos de espacio y número o tiempo. 

    Ejemplos: En primer lugar... En segundo lugar. Por una parte... Por otra parte. De un lado... De otro lado, etc.

    Hay de tres tipos:

        1.2.1 Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...

        1.2.2 Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...

        1.2.3 Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.

    Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.

    "Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.

    El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.

    "En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.

    "De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.

    1.3 Digresores, "marcan un miembro del discurso como un comentario lateral con respecto a la planificación de del discurso anterior", esto es "introducen un comentario lateral en relación con el tópico principal del discurso": Por cierto (el más frecuente), a propósito, a todo esto (que introduce un miembro que pide información que en ese momento del discurso ya se debería conocer), y, menos gramaticalizados, "dicho sea de paso", "dicho sea", "entre paréntesis", "otra cosa" (que sirve para introducir otro tema sin ceder el turno de palabra: "Al verles, creí que me moría... Otra cosa, ¿cómo te llamas?"), etc.

    2.º Conectores, "unos marcadores discursivos que vinculan semántica- y pragmáticamente un miembro del discurso con otro miembro anterior. El significado del conector proporciona una serie de instrucciones que guían las inferencias que se han de obtener del conjunto de los dos miembros relacionados", p. 4093.

    A veces, el primer miembro puede ser situacional o contextual, implícito. Un niño puede mostrarle a otro su coche de juguete y decirle "Además, tiene sirena".

        -2.1 Conectores aditivos, que "unen a un miembro discursivo anterior otro con la misma orientación argumentativa", lo que permite inferir conclusiones que de otro modo no se alcanzarían. Hay de dos tipos:

  1. Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa ("incluso" -que indica que el argumento que sigue es más fuerte que el primero: por eso puede decirse: "Debemos llevar al niño al hospital. Tiene mucha fiebre e, incluso, ha comenzado a delirar", pero no *"Debemos llevar al niño al hospital, ha comenzado a delirar e, incluso, tiene mucha fiebre"-, "inclusive" y "es más" -que también potencia el argumento siguiente respecto al que precede-)

  1. Los que no cumplen esta condición ("además" -que puede recibir complementos y ocupar el solo un turno de palabra-, "encima" -que presentra el miembro anterior como argumento suficiente para una conclusión determinada y, a diferencia de además, puede incluir una conclusión opuesta: "Se te compra una cosa y, encima, lloras"-, "aparte" -propio de la lengua coloquial: "No iré a ver esa película. Es larga y aburrida. Aparte, he quedado para ir a la disco", "por añadidura" (que conecta con un miembro anterior y más frecuentemente con una serie anterior de ellos)

        -2.2 Conectores consecutivos, que "presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una consecuencia de un miembro anterior": pues y así pues (ambos, que "se limitan a mostrar el miembro en que se encuentran como un consecuente de un miembro anterior", por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí, ("que fundamentan su paso de un antecedente al consecuente en un razonamiento") en consecuencia y de resultas (donde el consecuente es un estado de cosas que se produce a partir de otro estado de cosas), así, entonces...

        -2.3 Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por contra (que muestran contraste o contradicción entre los miembros vinculados), antes bien (cuyo miembro discursivo comenta el mismo tópico que el miembro anterior), sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora (que introducen conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miembro), y "eso sí", que "muestra un miembro discursivo que atenúa la fuerza argumentativa del miembro anterior".

3.º Reformuladores, "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior", p. 4121. La reformulación va desde la explicitación de un miembro que pudiera haber sido mal comprendido hasta la rectificación, y se diferencian de los conectores en que no tienen en cuenta ambos miembros, sino más bien sólo el segundo. Puede tratarse, además, de una autorreformulación, si rectifica el mismo hablante, o una heterorreformulación, si rectifica otro.

        -3.1 Reformuladores explicativos: o sea, es decir (ambos pueden comentar el mismo tópico que precede o no), esto es, a saber -casi siempre en el discurso escrito este último y ambos referidos sólo al tópico que precede), y otros muchos menos gramaticalizados como "en otras palabras", "en otros términos", "dicho con/en otros términos", "(dicho) con otras palabras", "dicho de otra manera/modo/forma", etc...

        -3.2 Reformuladores rectificativos, que "sustituyen un primer miembro, que presentan como una formulación incorrecta, por otra que la corrige, o al menos la mejora": "mejor dicho", "mejor aún", "más bien" y "digo" -como inciso, menos gramaticalizado-, precedidos de "o" o no.

        -3.3 Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como no relevante un miembro del discurso anterior a aquel que los acoge. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha de condicionar la prosecución del discurso, al tiempo que se priva de pertinencia el miembro discursivo que le precede": en cualquier caso (que no comenta el mismo tópico anterior y en periodos complejos en los cuales es posible escoger entre varios miembros anteriores), en todo caso ( no equivalente al anterior y que, entre dos miembros del discurso, invalida la pertinencia del primero), de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)... Todos ellos, menos en "en todo caso", no comentan el mismo tópico que el miembro discursivo anterior.

        -3.4 Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos", p. 4133: en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras -que presentan el miembro como una condensación de miembros anteriores-; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin; total -que se usa de dos formas: sea para presentar la exposición antecedente como innecesariamente prolija, sea como operador discursivo para reformular miembros implícitos y reforzar como argumento el miembro discursivo que introduce- ; al fin y al cabo, después de todo (que indican que el miembro en que se encuentran tiene más fuerza argumentativa que otros miembros anteriores antiorientados con él, como algunas veces también "en realidad" y "en el fondo")...


4.º Operadores argumentativos, que "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".

        -4.1 Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran frente a otros posibles argumentos, sean estos explícitos o implícitos. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones": en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc...

        -4.2 Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.

5.º Marcadores conversacionales. Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor que favorece, por ejemplo, el despliegue de una serie de estrategias que señalan el enfoque o la posición que el hablante va adoptando con respecto al interlocutor (amigable, por caso, o distanciada) -función que cumplen los 'enfocadores de la alteridad'-  y se relacionan con las fórmulas de cortesía, o bien señalan el frecuente cambio de tema de conversación o indican que el hablante ha recibido el mensaje emitido por el oyente, o que ha comprendido dicho mensaje, o que desea mantener el contacto comunicativo o conservar su turno de palabra (ya, sí, bueno, eh, este...), marcadores metadiscursivos que sirven para estructurar la conversación y pueden transformarse en meros indicadores fáticos.

    En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza inlocutiva de los contenidos locutivos.

    Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:

    A) La modalidad 'epistémica', "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.

    Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."

    B) La modalidad 'deóntica', "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"

    Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."

    -5.1 De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-

        5.1.1 Marcadores de evidencia (es decir, reforzadores de la aserción, por lo que pueden reforzar a sí o a no, y algunos incluso tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc...- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...

        5.1.2 Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto -que excluye de responsabilidad ante el juicio que sigue al presentarlo como dicho por otros-, "al parecer", menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)

    -5.2 De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales copulativas del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc...).

    Ejemplos: "bueno" -que expresa menor convicción o un tipo de acuerdo menos decidido, entusiasta o completo que el siguiente en uso, "bien" y no admite como este la gradación con "muy", por estar mucho más gramaticalizado; bien puede señalar valoración positiva y aceptación, pero "bueno" sólo aceptación, anticipando el acuerdo con el interlocutor y reservándose una objeción; "vale" -de uso entre los jóvenes y censurado como muletilla-, de acuerdo -que admite gradación, cuantificación y modalidad interrogativa, al contrario que bueno o bien- y otros -conforme, perfectamente, cabalmente -arcaico-, y los hispanoamericanos "definitivamente" y "okey". No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc...

    -5.3 Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc... Con frecuencia son indicadores de la cortesía verbal. En cuanto al enfoque pragmático, "muestran la vinculación del marcador con el miembro del discurso al que este remite, enriqueciendo la trabazón pragmática entre este y lo que precede en el discurso". Se duplican con frecuencia: "Hombre, hombre..." "Hombre, mira, ...."

    Ejemplos: hombre -cuyo origen es el frecuente vocativo y puede emplearse también referido a mujeres, al contrario que 'mujer', término marcado y más bien usado como vocativo-, que indica complicidad incluso cuando no hay tuteo y transmite tono amistoso a la conversación. Tiene dos usos cuando encabeza la expresión, uno para atenuar un cierto desacuerdo que aparece después, y otro para expresar sorpresa y alegría ante un encuentro. Al final del segmento en que se integra, se empapa del valor ilocutivo del segmento anterior y se vuelve una expresión más atemperada: "No te apures, hombre".

    "Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", también formas verbales gramaticalizadas y desemantizadas para transformarse en llamadas de atención sobre un miembro del discurso considerado informativamente muy relevante, al paso que aproximan al hablante con cortesía positiva al modo de entender las cosas del interlocutor. Pospuesta es más autorreflexiva. "Oye", "oiga" se suele combinar frecuentemente con "mira", e introduden un miembro con información relevante que el que lo usa está ineresado en transmitir. También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. También tienen que ver con efocadores de la alteridad expresiones como ¿no? ¿verdad? ¿eh? etc... que demandan del oyente anuencia o corroboración respecto del segmento del discurso que remiten. "Por favor" en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.

    -5.4 Metadiscursivos conversacionales son los que "vienen a representar trazos del esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso. En ciertos casos, se los ha considerado también marcas que, en la oralidad, cumplen un papel parecido al de los signos de puntuación que se emplean en los textos escritos", p. 4191. En realidad, se relacionan mucho con los 'estructuradores de la información' y los 'reformuladores del discurso', pero al referirse sobre todo a la conversación los autores hacen de ellos un grupo aparte.

    Todas las unidades metadiscursivas participan de la función fática del lenguaje. "Ya", "sí", "bueno", "bien" (estos dos últimos son característicos del español por su polifuncionalidad), "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamerica- .


RESUMEN SOBRE LOS MARCADORES DEL DISCURSO

A- Estructuradores de la información (comentadores, ordenadores de apertura, de continuidad y de cierre, digresores, comentadores)
B- Conectores (aditivos, consecutivos y contraargumentativo)
C- Reformuladores (explicativos, rectificativos, distanciadores, recapitulativos)
D- Operadores argumentativos (de refuerzo y concreción)
E- Marcadores conversacionales (espistémicos –de evidencia o bien orientadores de fuente- y deónticos, enfocadores de alteridad y metadiscursivos conversacionales)

A. Estructuradores de información. Para desarrollar la información contenida en un discurso

    1.1 Comentadores, que "presentan un nuevo comentario": pues (sin pausa después), pues bien , (que asume lo anterior para lo que sigue) así las cosas (que no asume lo anterior para lo que sigue), dicho esto/eso , etc.

    -¿Conocía a Soleiro?
    -¿Un cojo que iba a Mondoñedo al mercado?
    -El mismo. Pues se le apareció a su mujer en forma de cuervo.

    1.2 Ordenadores, que "agrupan varios miembros como partes de un solo comentario; de uso más frecuente en el texto escrito que en el oral. Por lo general se basan en la numeración (primero.. segundo) en el espacio (por un lado, por otro lado..., por una parte... por otra; de un lado... de otro) o en el tiempo (después, luego, en fin, finalmente...). Algunos de ellos forman pares correlativos, incluso mixtos de espacio y número o tiempo. 
   
Hay de tres tipos:

        1.2.1 Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...

        1.2.2 Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...

        1.2.3 Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.

    Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.

    "Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.

    El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.

    "En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.

    "De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.

    1.3 Digresores, "introducen un comentario lateral en relación con el tópico principal del discurso": Por cierto, a propósito, a todo esto (que introduce un miembro que pide información que en ese momento del discurso ya se debería conocer), y, menos gramaticalizados, "dicho sea de paso", "dicho sea", "entre paréntesis", "otra cosa" (que sirve para introducir otro tema sin ceder el turno de palabra, etc.

    B Conectores, "unos marcadores discursivos que vinculan semántica- y pragmáticamente un miembro del discurso con otro anterior”.

    A veces, el primer miembro puede ser situacional o contextual, implícito. Un niño puede mostrarle a otro su coche de juguete y decirle "Además, tiene sirena".

        -2.1 Conectores aditivos, que "unen a un miembro discursivo anterior otro con la misma orientación argumentativa", lo que permite inferir conclusiones que de otro modo no se alcanzarían. Hay de dos tipos:

  1. Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa ("incluso" -que indica que el argumento que sigue es más fuerte que el primero: por eso puede decirse: "Debemos llevar al niño al hospital. Tiene mucha fiebre e, incluso, ha comenzado a delirar", pero no *"Debemos llevar al niño al hospital, ha comenzado a delirar e, incluso, tiene mucha fiebre"-, "inclusive" y "es más" -que también potencia el argumento siguiente respecto al que precede-)

  1. Los que no cumplen esta condición ("además", "y encima" -que presentra el miembro anterior como argumento suficiente para una conclusión determinada y, a diferencia de además, puede incluir una conclusión opuesta: "Se te compra una cosa y, encima, lloras"-, "aparte" -propio de la lengua coloquial: "No iré a ver esa película. Es larga y aburrida. Aparte, he quedado para ir a la disco", "por añadidura" (que conecta con un miembro anterior y más frecuentemente con una serie anterior de ellos)

        -2.2 Conectores consecutivos, que "presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una consecuencia de un miembro anterior": pues , así pues , por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí); en consecuencia y de resultas (donde el consecuente es un estado de cosas que se produce a partir de otro estado de cosas), así, entonces...

        -2.3 Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por contra (que muestran contraste o contradicción entre los miembros vinculados), antes bien (cuyo miembro discursivo comenta el mismo tópico que el miembro anterior), sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora (que introducen conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miembro), y "eso sí", que "muestra un miembro discursivo que atenúa la fuerza argumentativa del miembro anterior".

C- Reformuladores, "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior

        -3.1 Reformuladores explicativos: o sea, es decir , esto es, a saber; "en otras palabras", "en otros términos", "dicho con/en otros términos", "(dicho) con otras palabras", "dicho de otra manera/modo/forma", etc...

        -3.2 Reformuladores rectificativos, que "sustituyen un primer miembro, que presentan como una formulación incorrecta, por otra que la corrige, o al menos la mejora": "mejor dicho", "mejor aún", "más bien" y "digo" -como inciso, menos gramaticalizado-, precedidos de "o" o no.

        -3.3 Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como no relevante un miembro del discurso anterior a aquel que los acoge. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha de condicionar la prosecución del discurso, al tiempo que se priva de pertinencia el miembro discursivo que le precede": en cualquier caso , en todo caso, de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)...

        -3.4 Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos": en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras -que presentan el miembro como una condensación de miembros anteriores-; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin; total -que se usa de dos formas: sea para presentar la exposición antecedente como innecesariamente prolija, sea como operador discursivo para reformular miembros implícitos y reforzar como argumento el miembro discursivo que introduce- ; al fin y al cabo, después de todo (que indican que el miembro en que se encuentran tiene más fuerza argumentativa que otros miembros anteriores antiorientados con él, como algunas veces también "en realidad" y "en el fondo")...


D- Operadores argumentativos, que "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".

        -4.1 Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran”. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones: en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc...

        -4.2 Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.

E- Marcadores conversacionales. Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor.

    En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza inlocutiva de los contenidos locutivos.

    Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:

    A) La modalidad 'epistémica', "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.

    Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."

    B) La modalidad 'deóntica', "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"

    Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."

    -5.1 De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-

        5.1.1 Marcadores de evidencia (reforzadores de la aserción sí o no, y algunos tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc...- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...

        5.1.2 Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto , "al parecer", menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)

    -5.2 De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc...).

    Ejemplos: "bueno", "bien"; "vale", de acuerdo,conforme, perfectamente, cabalmente, y los hispanoamericanos "definitivamente" y "okey". No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc...

    -5.3 Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc...
  
    "Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", "oye", "oiga". También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. Expresiones como ¿no? ¿verdad? ¿eh? etc... Por favor" en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.

    -5.4 Metadiscursivos conversacionales trazan el esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso, como signos de puntuación para el descanso. 
    "Ya", "sí", "bueno", "bien", "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamerica- .


RESUMEN DE LOS EJEMPLOS

A. Estructuradores de información. Para desarrollar la información contenida en un discurso 
    1.1 Comentadores, : pues , pues bien , así las cosas , dicho esto/eso , etc.

    1.2 Ordenadores,
  
        1.2.1 Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...

        1.2.2 Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...

        1.2.3 Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.

    Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.

    "Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.

    El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.

    "En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.

    "De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.

    1.3 Digresores, Por cierto, a propósito, a todo esto , "dicho sea de paso", "dicho sea", "entre paréntesis", "otra cosa", etc.

    B Conectores,

        -2.1 Conectores aditivos,
  1. Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa "incluso" ,"inclusive" y "es más"

  1. Los que no cumplen esta condición ("además", "y encima" ,"aparte", "por añadidura"

        -2.2 Conectores consecutivos, : pues , así pues , por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí); en consecuencia y de resultas , así, entonces...

        -2.3 Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por contra, antes bien, sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora y "eso sí

C- Reformuladores, "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior

        -3.1 Reformuladores explicativos: o sea, es decir , esto es, a saber; "en otras palabras", "en otros términos", "dicho con/en otros términos", "(dicho) con otras palabras", "dicho de otra manera/modo/forma", etc...

        -3.2 Reformuladores rectificativos, :"mejor dicho", "mejor aún", "más bien" y "digo"

        -3.3 Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como irrelevante un miembro del discurso: en cualquier caso , en todo caso, de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)...

        -3.4 Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos": en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras ; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin;; al fin y al cabo, después de todo, en realidad" y "en el fondo")...


D- Operadores argumentativos, que "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".

        -4.1 Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran”. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones: en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc...

        -4.2 Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.

E- Marcadores conversacionales. Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor.

    En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza inlocutiva de los contenidos locutivos.

    Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:

    A) La modalidad 'epistémica', "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.

    Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."

    B) La modalidad 'deóntica', "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"

    Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."

    -5.1 De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-

        5.1.1 Marcadores de evidencia (reforzadores de la aserción sí o no, y algunos tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc...- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...

        5.1.2 Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto , "al parecer", menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)

    -5.2 De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc...).

    Ejemplos: "bueno", "bien"; "vale", de acuerdo,conforme, perfectamente, cabalmente, y los hispanoamericanos "definitivamente" y "okey". No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc...

    -5.3 Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc...
  
    "Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", "oye", "oiga". También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. Expresiones como ¿no? ¿verdad? ¿eh? etc... Por favor" en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.

    -5.4 Metadiscursivos conversacionales trazan el esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso, como signos de puntuación para el descanso. 
    "Ya", "sí", "bueno", "bien", "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamerica- .





1º BACHILLERATO. GUIÓN DE LECTURAS TERCERA EVALUACIÓN.




GUIÓN DE LECTURAS. 3ª EVALUACIÓN.
1º BACHILLERATO.

EL CABALLERO DE OLMEDO, LOPE DE VEGA.

            Lope de Vega cultivó la mayor parte de los géneros literarios de su tiempo, pero cumplió un papel fundamental como dramaturgo por su presencia central en la creación del modelo teatral de la comedia nueva. Sus ideas dramáticas fueron expuestas en el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609). Se trata de un discurso académico escrito en endecasílabos que se convirtió en un auténtico manifiesto literario. En él se indican las características que deben reunir las obras teatrales de la época, pero es en la práctica donde Lope fija verdaderamente su modelo teatral. Dijo que escribió mil quinientas comedias, de ahí la irregularidad de su producción que oscila entre la repetición de esquemas prefijados y la originalidad.
Los rasgos más destacados de lo que se conoció como “comedia nueva” son los siguientes:
ruptura de la división clásica de los géneros: mezcla de tragedia y comedia.
ruptura de las unidades clásicas: espacio (no hay un mismo espacio en toda la representación),         tiempo (el tiempo interno de la obra sobrepasa los límites de un día),  y acción (una o más historias          paralelas a la acción principal).
división de las obras en tres jornadas, en lugar de los cinco actos habituales.
—teatro en verso y polimetría (variación métrica). La situación dramática, la índole del personaje y el tipo de acción exigen una u otra modalidad de versos. Para la acción más sublime se recurrirá al verso largo (endecasílabo), mientras que a otra más liviana le va mejor el octosílabo.
—en cuanto a los personajes, las comedias barrocas son más obras de acción que de caracteres, por eso predominan los personajes-tipo fuertemente estereotipados: el galán (caballero valeroso e idealista) y la dama (versión femenina del anterior, cuya única diferencia es su capacidad para atraer al varón y enredarlo en sus planes) protagonizan la historia amorosa; los criados, que suelen formar una pareja paralela a la acción principal y ayudan desinteresadamente a sus amos. Destaca la figura del gracioso o donaire, que salpica sus intervenciones con chistes y comentarios donosos y contrasta como contrafigura de su amo por su visión pragmática de la vida, sus pasiones primarias, la glotonería y la cobardía; la criada de la dama, que sirve para que ésta le confiese su amor hacia el galán y así el público se vaya informando; el hermano o el padre de la dama, que velan por el honor familiar y que participan en su            reparación en el caso de que haya alguna merma; pueden aparecer otros caballeros que disputan al héroe el amor de la dama u otras damas que enredan las historias sentimentales. En muchas ocasiones aparecen los reyes como restablecedores del orden y de la justicia poética, que premian o castigan los actos de los personajes.
            —temas: muy variados. Destacan principalmente el amor, el honor, la defensa de la fe cristiana y la monarquía. 
—decoro poético: la lengua se adapta a la situación y al tipo de personaje. Lope de Vega defendió una lengua natural, clara y sencilla.
Lope a estas características generales que seguirían muchos autores de la época, añadió el uso de elementos de carácter lírico procedentes de la poesía tradicional. Con ello el autor pretendía ganarse al público más popular. Así son corrientes en sus obras las canciones de amor, de trabajo, de juegos, etc. En ocasiones estas canciones constituyen la base estructural y argumental de la obra y pueden servir para crear un clímax cómico o trágico.
La inclusión de estas canciones también hay que entenderla como una revalorización de todo lo popular, como la reivindicación de un mundo feliz previo a las perturbaciones sociales.

            El Caballero de Olmedo pertenece a un conjunto de obras que se engloban bajo el nombre de dramas trágicos, con los que Lope alcanza mayor gravedad y profundidad psicológica.
Es una tragicomedia de amor y muerte: por un lado, la relación sentimental entre doña Inés y don Alonso, con el que se enfrenta su antagonista don Rodrigo, formando el típico triángulo amoroso de las comedias del Siglo de Oro; por otro, la muerte que persigue a don Alonso que acaba asesinado por don Rodrigo y sus secuaces. El origen de la trama lo encontramos en una seguidilla popular que se canta en la propia obra. Vemos cómo los elementos trágicos (gravedad del asunto principal, final funesto, presencia del rey y de caballeros como don Alonso, la verdad de la acción atestiguada por un cantar tradicional ..) se mezclan con elementos cómicos (presencia de personajes plebeyos como Tello o Fabia, las situaciones cómicas que se dan en las clases de latín impartidas por el gracioso...).
            Esta obra es un ejemplo de verdadera tragedia que camina más que ninguna de las de Lope hacia terrenos  propios de Shakespeare en su nocturno y sobrecogedor acto tercero.

HAMLET, WILLIAM SHAKESPEARE.
            El teatro de Shakespeare guarda características comunes con el de Lope:
            —no respeta las reglas clásicas: únicamente mantiene los cinco actos, siguiendo el modelo horaciano.
            —mezcla de lo trágico y lo cómico: especial importancia se le da al “clown”, personaje cómico que llegará a encerrar sentencias de hondura filosófica en una visión cínica y desengañada de la vida. Lo cómico se opone como espejo irónico o deformante.
            —dominio de lo dramático sobre lo lírico, aunque éste tiene una importancia fundamental. Antonio Machado de William Shakespeare  decía que era “el poeta de poetas” porque era el autor de los poemas que escribiría Hamlet...
            —sus personajes están trascendidos, están menos definidos que los de la novela realista del siglo XIX pero son más grandiosos porque son más libres, y lanzan frases de inagotable profundidad antes de caracterizarse; los extremos del hombre son más importantes que el punto medio psicológico del “tipo”.
            Hamlet se representa por primera vez en 1602. Desarrolla una leyenda islandesa que ya había sido llevado a escena, pero en la convencional tragedia de venganza, el autor descubre posibilidades de hondura inigualable. Hamlet, príncipe de Dinamarca, siente una repugnancia general hacia un mundo sucio en el que su propia madre se ha hecho cómplice del fratricidio en el que ha muerto su marido y padre de Hamlet, casándose con el asesino. Hamlet debe retomar la situación y tomar venganza por su padre, que se le aparece en forma de espectro y le pide que le vengue pero que respete a su madre. Hamlet no mata al usurpador del trono y se desahoga contra su madre haciéndole saber que conoce la horrible verdad. El espectro de su padre tiene que reaparecer para frenar su lengua, pero Hamlet cree haber cumplido la venganza dando una estocada tras una cortina, cuando en realidad, a quien mata, es a Polonio, el padre de Ofelia, una joven a la que el príncipe quiere pero a la que renuncia al ser su único fin en la vida vengar a su padre. Esta muerte equivocada desencadena otra venganza por parte de Laertes, el hijo de Polonio. A su vez, Ofelia, enloquecida, se suicida. Finalmente Hamlet cumplirá su venganza y matará a su tío, pero dejando atrás un lastre de muerte que se llevará por delante a su propia madre.

ESTUDIO COMPARATIVO DE AMBAS OBRAS
1.      Fuentes.
            El caballero de Olmedo toma como fuente la tradición popular y se inspira en una seguidilla (un cantar popular) que al final entona el labrador (que es una aparición) y que don Alonso achaca al miedo:
Esta noche le mataron
al caballero,
a la gala de Medina,
la flor de Olmedo.
            La seguidilla recoge el desenlace de una historia de la que se desconocen sus principales aspectos. La muerte violenta e ignominiosa de un galante caballero, propiciado por las rivalidades de dos pequeñas villas vecinas. La copla facilita el conflicto y su desenlace (la tragedia, la nocturnidad, el protagonista, la rivalidad). Había que crear unos personajes y una trama que justificaran esos versos y enmarcar la historia en una época pretérita.
            El cantar es incorporado en el momento de mayor tensión dramática (supone el último presagio funesto: es una señal del cielo que don Alonso interpreta como un engaño de Fabia para evitar que vuelva esa noche a Olmedo. Presenta los hechos como infalibles, pues refieren el suceso como ya ha ocurrido (don Alonso avanza imparable hacia su fin, que la canción presenta como cumplido) y glosado alguna vez en el texto de la obra. Elige como marco el reinado de Juan II y crea un conflicto amoroso que enfrenta a dos caballeros por el amor de una mujer.
            En realidad el cantar, más que una fuente, es un pretexto o el motivo de inspiración. Además, no contiene únicamente los elementos a los que ya hemos alusión, sino también la oposición de realidades antitéticas como son la vida y la muerte, la plenitud y la frustración. 

            Shakespeare también lleva a escena en su obra una historia que ya existía: Hamlet es una leyenda del siglo XII que el historiador danés Saxus Gramáticus recogió en su Historia Danicae, publicado en 1514. Pero William Shakespeare no debió leer a Saxus Gramáticus, sino más probablemente su traducción al francés por Belleforest, aparecida con el título de Historias Tragiques en el último tercio del siglo  XVI.       Todos los lances y elementos dramáticos ya están en la leyenda, a excepción del final: Shakespeare cambia el final feliz en el que el príncipe termina con honores y glorias, por el trágico final.

2.     Composición.
            La tragicomedia lopesca se estructura en tres actos, frente a los cinco de la tragedia de venganza de Shakespeare. (ya apuntado en la introducción respecto a las características del teatro de ambos autores). Ambos autores no respetan la unidad de tiempo ni de lugar.
3.     Personajes masculinos: Don Alonso y Hamlet.
            Don Alonso es un personaje tipo, sin apenas caracterización. Es el prototipo del perfecto caballero que encarna las virtudes y los ideales nobiliarios de la época: es un hombre intachable, honesto (él persigue en todo momento casarse con Inés, no amores ilegítimos), es valiente y osado y no se amedranta ante ningún tipo de amenaza, afán aventurero, sensible amante, cumplidor cristiano, admirado por damas y envidiado por otros galanes... Sin embargo, según el principio de justicia poética, que ahora explicaremos, la frustración de su matrimonio y la muerte indican que algo condenable existe en su comportamiento, pues no recibe el galardón que corresponde a su virtud. Su muerte, desenlace fatídico exigido también por el cantar, será bastante ignominiosa, pues lo matarán a traición entre varios, con alevosía y nocturnidad, usando uso de armas de fuego y rehuyendo el cara a cara.
            En el teatro del Siglo de Oro las piezas subordinan el tema a un propósito moral, manifestado a través del principio de justicia poética. No hay un caprichoso azar que conduzca al desenlace terrible, sino conductas responsables que lo merecen. Si el personaje sucumbe, se debe a sus propias acciones exclusivamente. Si antes decíamos que algo reprochable hay en su comportamiento, es el haber utilizado medios deshonrosos para conseguir unos objetivos buenos: desde el principio sabemos que Inés ha correspondido a sus miradas, por lo que, teniendo en cuenta las cualidades del caballero, el amor parece correspondido. Sin embargo, Don Alonso recurre a los servicios de una desacreditada alcahueta que, como Celestina, además es “hechicera” (son constantes las alusiones de Tello a sus contactos con Lucifer). Ambos, cegados por la pasión de su amor, se dejan arrastrar y hacen a Don Pedro víctima de un engaño indigno metiendo en su casa a una alcahueta como maestra de costumbres y de piedad, y a un modesto e ignorante criado como profesor de latín. A pesar de la comicidad de la escena de las clases, la escena es bastante grave ya que se están burlando de Don Pedro. De hecho, Leonor los califica de bellacos. Don Alonso quebranta los principios éticos movida por la ceguera de su apasionado enamoramiento (el amor aparece como una fiebre), pero tales hechos merecen el castigo de acuerdo al principio de justicia poética.
            El desenlace trágico de la obra se prepara a lo largo del desarrollo de la misma y es un desenlace que los espectadores conocen y esperan pues se saben de memoria el cantar. Joseph Pérez afirma que desde el principio de la obra la presencia, primero sugerida, luego afirmada con más y más insistencia, del hado,  de uno oscuro destino, es perfectamente apreciable. Durante las tres jornadas Don Alonso no hace sino encaminarse hacia la muerte, rodeado de la simpatía con la que el público sigue la obra.

            En la tragedia de Shakespeare el deber de vengarse desencadena en Hamlet una crisis total: se le derrumba toda la fe en la vida y en el hombre, toda moral; de ahí el cinismo y el humor amargo que despliega en su fingida locura. Frente al prototípico caballero que encarna Don Alonso, Hamlet es un personaje complejo, es un personaje mucho más “humano”, y esa complejidad va más allá: es proverbial el debate íntimo entre reflexión y acción, esa naturaleza dubitativa suya que lo paraliza. De ese debate surge el famoso monólogo “ser o no ser”.
            Las pasiones humanas dominan a los personajes de Shakespeare, que terminan manifestando desgracia, tragedia y sufrimiento. Hamlet es un personaje que encarna la duda, que encarna, en sí mismo, la mayor contradicción como si tuviera una doble naturaleza: se ve impulsado hacia la venganza pero la reflexión lo cohíbe. Tiene un gran incentivo para llevarla a cabo (el espectro de su propio padre se lo ha pedido), por eso mismo resalta más su indecisión. Esta doble tendencia muestra la polarización de los intereses del hombre: o mucha acción, muy propia del Renacimiento, o mucha duda propia del Barroco. Parece que Hamlet resumiese esa dicotomía natural del hombre: volcarse hacia las cosas o sumergirse en su vida interior. Es irresoluto y a la vez vacilante, unas veces el deber lo obliga a actuar, como cuando mata a Polonio; otras, la reflexión lo detiene. Vacila pero no se resiste a tomar venganza.
            Es, pues, en contraposición a Don Alonso, tendente a la inacción. El caballero de Olmedo, a pesar de temer el presagio de su muerte al final de la obra, no puede ser cobarde y se adentra en la noche. De hecho, cuando después se da cuenta de que está en medio de una emboscada, se arrepentirá de su osadía y de no escuchar el mensaje funesto. Además, su amor hacia Inés también le impulsa a tomar decisiones: va continuamente de Medina a Olmedo a ver a Inés e intenta evitar que se case con Rodrigo, pero la forma en que lo hace es su perdición. Y fuera de la relación amorosa, le vemos en las fiestas de Medina lidiando toros, aparte de la valentía de la que habla incluso el propio Rey.
            La aparición del espíritu del espectro del padre de Hamlet le revela la verdad y le supone una dura carga: la venganza. A partir de ahí, empieza a dudar de todos (amigos, de la propia Ofelia, a quien ama...). Se refugia entonces en su fingida  locura.
            Hamlet tenía un buen motivo para llevar a cabo su acción: vengar la muerte de su padre y recuperar el trono de Dinamarca que ocupa un asesino traidor, de ahí que su duda resulte bastante chocante. En lugar de actuar con rapidez y firmeza (algo que sí hará Claudio cuando ve que Hamlet representa una amenaza), demora su venganza hasta estar casi moribundo y necesita cerciorarse de que es verdad aquello que el fantasma de su padre le comunicó. El único momento en el que cree que ha ejecutado su acción, comete un error y asesina a Polonio, lo que desencadenará los deseos de venganza de otro hombre, de Laertes. 
            Va más allá de otras tragedias centradas en la venganza, pues retrata de un modo escalofriante la mezcla           de gloria y sordidez que caracteriza a la naturaleza humana. El príncipe siente que vive en un mundo de engaños y corrupción, sentimiento que le viene confirmado por el asesinato de su padre y por la sensualidad desenfrenada de su madre. Estas revelaciones lo conducen a un estado en el que los momentos de angustia e indecisión (duda) se atropellan con frenéticas actuaciones, situación cuyas             profundas razones continúan hoy siendo motivo de distintas interpretaciones.
            Se le puede considerar como una conciencia sin acción. Durante toda la obra delibera acerca de los actos que podría cometer. Su dilema, la razón de su parálisis, consistiría en: si no actúa, se convertiría en cómplice de un criminal; pero actuar no es más que convertirse en el servidor de un muerto. Laertes, por el contrario, sería una acción sin conciencia, quien desencadena el desenlace de la obra (por el deseo de vengar a su padre).
            Hamlet está marcado por un destino trágico en el que se ve envuelto y por el que se siente angustiado. Dominado por sus pasiones actúa como un loco irracional (fatalismo).
4.     Personajes femeninos: Inés y Ofelia.
            Inés reúne los rasgos tópicos de la dama de las comedias barrocas: condición aristocrática, belleza y apasionamiento en el amor. Es hija de Don Pedro, ilustre caballero premiado por el rey, por tanto, de una nobleza equiparable o superior a la de Don Alonso. Al igual que Alonso, será la ceguera de la pasión la que la lleve a realizar actos indignos para una dama de su alcurnia, al aceptar la mediación y actuación de una alcahueta. Pero tanto esto como engañar a su padre fingiendo una falsa vocación religiosa, nos muestran a una mujer firme que toma sus propias decisiones con tal de conseguir lo que quiere: casarse con Don Alonso y no con Don Rodrigo. Ya hemos apuntado, que esos actos harán que al final todo se desencadene hacia la tragedia. La justicia poética alcanza también a Inés quien, frustrado su deseo de matrimonio y muerto su amado, decide hacer lo que antes sólo fue un engaño: meterse a monja.
            Ofelia, es hija de Polonio, sumiller de corps (un personaje que intenta ganarse constantemente el favor del rey). A diferencia de Inés, Ofelia se nos muestra como una joven sumisa: enamorada de Hamlet, pues permite que la visite y le entregue cartas y poemas, obedece en todo momento a su padre y se distancia del príncipe entregándole lo que de él había recibido, ya que éste está convencido de que el príncipe, caprichoso, puede poner en peligro su virtud y su honor. Pero esto es interpretado por Hamlet como una traición y la rechaza duramente diciéndole que lo mejor que puede hacer es irse a un convento. Ofelia, destrozada por la muerte de su padre y tras el rechazo de Hamlet, se ve totalmente superada por las circunstancias, enloquece y se suicida. Respecto a su belleza, Gerturdis afirma: “¡Cuánto desearía que tu rara belleza fuese el dichoso origen de la demencia de Hamlet!
5.     El gracioso.
            Tello encarna las características del gracioso o donaire típico de las piezas del siglo de Oro: criado servicial y leal consejero de su amo. Provoca la hilaridad del público con sus comentarios, personalidad y actuaciones. Siente un profundo afecto por su señor y su sentido de la realidad le hace aconsejarle prudencia en sus actos, ya que Don Alonso no es consciente de los peligros que le acechan. Es contrafigura de su amo al oponerse las virtudes de aquél a las debilidades de éste, principalmente la cobardía.
            El humor también es importante en Hamlet. Puede servir para aliviar la tensión dramática en escenas como en el asesinato de Polonio o de contraste con el final trágico de la obra con la escena del cementerio. Apreciamos el humor en algunas escenas como en el lenguaje irónico que utiliza Hamlet al insultar a Polonio en el acto II (sólo a un loco se le permite decir lo que Hamlet dice) o al describir dónde yace el cuerpo de Polonio (IV), así como la conversación de Hamlet con los sepultureros que escavan la tumba a Ofelia (V).
6.     Temas de la obra.
El amor.
            En El Caballero de Olmedo la acción dramática es una trágica historia de amor movida por el azar y los celos. Se establece un triángulo amoroso en el que dos galanes pretenden a la misma dama. Tanto Alonso como Rodrigo son víctimas del amor: para Alonso, el amor es una especie de fiebre que lo irá consumiendo y enajenando, de manera que pierde un tanto el sentido de la realidad y de la moral, de ahí la decisión de recurrir a Fabia, algo que Inés acepta desde le principio. Rodrigo, su rival, también es destruido por la pasión amorosa y llevado al desastre por la acción de los celos. El amor, por tanto, está estrechamente ligado a la muerte.
            En Hamlet el amor plantea muchas reflexiones, como el “complejo de Edipo” que se ha señalado en múltiples ocasiones. Pero no tenemos tiempo ni espacio: sólo diremos que le caracteriza un profundo amor hacia su madre, que a la vez es objeto de deseo y menosprecio. Respecto a Ofelia, Hamlet renunciará a su amor al convertirse la venganza en el único fin de su vida.
Honor y venganza.
            En la tragicomedia de Lope Don Rodrigo posee también grandes virtudes, algo que Inés no deja de reconocer, pero no es el elegido y los celos le transformarán en un envidioso primero, después en un resentido y por último en un criminal, cuando al principio no era más que un simple enamorado sin favor. La ingratitud de Rodrigo, que olvida que le debe a Alonso la vida, lo envilece hasta extremos inusitados en un noble. Como caballero, también es herido en su honor pues sabe por la capa que Inés y Alonso se aman y descubre el engaño de Fabia y Tello, cuando Don Pedro ya ha mantenido conversaciones con él para que tome a Inés por esposa. Su “venganza” es un acto ruin: de noche, acompañado, con armas de fuego...
            Sobre la venganza en Hamlet ya hemos tratado en el apartado de los personajes. Inevitablemente se haya unido al honor trasgredido.

            Muerte.
            Ya hemos señalado que el punto de partida de El Caballero de Olmedo era una seguidilla tradicional que cantaba la muerte de un caballero. La muerte del héroe puede implicar alguna merma en su valía: Alonso muere por efecto del destino, lo que no le restaría ninguno de sus valores como arquetipo, o bien su muerte es una forma de castigo por algún yerro, lo que podría estar reñido con la ejemplaridad del noble. Una línea de interpretación sostiene que la obra es la tragedia de un caballero condenado de antemano a la muerte por un sino aciago: la fatalidad se ceba inmotivadamente sobre el personaje, que no podrá escapar a su fatalidad. La otra línea atribuye la muerte a la justicia que castiga un comportamiento equivocado del héroe, con lo que sería la manifestación del principio de justicia poética. Lo que está fuera de toda duda es que Lope de Vega hace morir violentamente a su personaje por cuanto él y los espectadores conocen un cantar en el que se da noticia de la misma. Las razones de la muerte están en los poderosos celos de Don Rodrigo.
            En Hamlet  el héroe se ve envuelto en un destino trágico que contempla reflexivamente, angustiado siempre por la conciencia exacta de su infatuación, de lo vano de su ambición o de la vanidad de todas las ambiciones. Los más hondos temores de Shakespeare son los que expresaba el príncipe ante un estilete. Miedo de morirse, ése es el término. Así se expresa Hamlet:
            ¡Morir…, dormir; no más! ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir…, dormir! ¡Dormir!… ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte cuando nos hayamos librado del torbellino de la vida! ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio! Porque ¿quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos confines no vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos?
            La idea de vivir en este mundo lleno de corrupción y soportar el sufrimiento que esto acarrea, o, por el contrario, suicidarse para acabar con esa agonía atormenta a Hamlet. La tragedia de Hamlet es que es incapaz de ser.
            La idea de la muerte en esta obra está muy ligada a la venganza, ya que aquélla se concibe como el castigo a un crimen.