LA CELESTINA, FERNANDO DE ROJAS.
CELESTINA: Y empós desto mill amortescimientos y desmayos, mill milagros y espantos, turbado el sentido, bulliendo fuertemente los miembros todos a vna parte y a otra, herida de aquella dorada frecha, que del sonido de tu nombre le tocó, retorciendo el cuerpo, las manos enclauijadas, como quien se despereza, que parecía que las despedaçaua, mirando con los ojos a todas partes, acoceando con los pies el suelo duro. Y yo a todo esto arrinconada, encogida, callando, muy gozosa con su ferocidad. Mientra más vasqueaua, ⁿ más yo me alegraua, porque más cerca estaua el rendirse y su cayda. Pero entre tanto que gastaua aquel espumajoso almazén su yra, yo no dexaua mis pensamientos estar vagos ni ociosos, de manera que toue tiempo para saluar lo dicho. ⁿ
EL MIÉRCOLES 3 DE OCTUBRE DEBERÁ LLEVARSE IMPRESO ESTE TEXTO PARA REALIZARLO EN CLASE DEBIDO A QUE YO NO ASISTIRÉ POR ESTAR EN LAS CONVIVENCIAS CON MIS TUTELADOS.
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