Corrección
de la Opción B de la PAU de junio 2009-2010. Parte de comentario de texto
TEXTO
La
introducción del uniforme escolar en los centros públicos no es una medida
anodina. Puede herir sensiblidades, dar lugar a conflictos o abrir un debate
más amplio sobre un orden social dado. Desde un punto de vista psicológico,
atañe a la sempiterna tensión entre la necesidad de ser al mismo tiempo
semejante y diferente de los demás. Los argumentos a favor del uniforme son
numerosos y conocidos. Se imagina como un freno al marquismo, a ver los centros
escolares como una pasarela. Desde una perspectiva psicosocial, se añade que el
uniforme acabaría con la comparación entre los alumnos, se destronaría el
estilo de vestir como signo de diferencias sociales, económicas, étnicas,
religiosas, nacionales o incluso entre pandillas. Se cree también que favorece
la disciplina, y la concentración. No faltan tampoco razones de tipo económico
o de sentido práctico.
Pero
vestir de uniforme tiene tras sí una larga historia. Recordemos, por ejemplo,
cómo el cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes. El uniforme ha sido
un instrumento para establecer jerarquías y distancias entre clases o entre
castas. En suma, el uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, la
hospitalización, el internado. Evoca la despersonalización, lo homogéneo, la
falta de iniciativa y de autonomía o la ausencia de sensibilidad estética.
Suele oponerse a modernidad, innovación y juventud.
(Juan
Antonio Pérez, “Una reflexión psicosocial”, El País, 17 de junio de 2008.)
1. Enuncia el tema.
Polémica
por el empleo del uniforme escolar en los centros educativos públicos.
2. Comenta las características lingüísticas y
estilísticas del texto.
Desde
el punto de vista organizativo, este artículo presenta una estructura de
problema y consecuencia (sin solución) al principio del texto, pues el problema
es la posible implantación de la uniformidad en los centros escolares públicos
y la consecuencia inmediata es la polémica que ha generado en el seno de la
sociedad. En este sentido la idea principal se encuentra también al principio
del texto, de tal manera que podríamos hablar de una organización o estructura
deductiva.
En
cuanto a la estructura externa, el texto se puede dividir en dos partes, que
corresponden a una introducción o planteamiento inicial en donde se plantea la
tesis (l. 1-4) y el cuerpo de la argumentación (l. 4-13), en donde el
articulista expone los “pros” (l. 4-8): motivos económicos, eliminación del
“marquismo” en las aulas y de cualquier otro tipo de diferencia, y fomento de
la disciplina derivada del uso de la uniformidad, y los “contras” (l. 9-13): la
uniformidad es una aliada de las diferencias sociales y de determinadas
ideologías, recuerda lo carcelario, lo militar, la imposición dictatorial del
pueblo de Mao o la reclusión de un internado, representa la privación de
libertad y se opone a lo moderno y juvenil. Si observamos detenidamente el texto,
el autor nos va conduciendo de forma hábil hacia la postura que él comparte,
que no otra que aquella que está en contra de la implantación de la uniformidad
en la enseñanza pública. Y esto se confirma cuando, a modo de conclusión
empieza a cerrar el texto y recapitula los argumentos anteriormente expuestos,
recalcando los argumentos en contra: "En suma, el uniforme trae a la
memoria lo militar, la penitenciaría, la hospitalización, el internado. Evoca
la despersonalización, lo homogéneo, la falta de iniciativa y de autonomía o la
ausencia de sensibilidad estética. Suele oponerse a modernidad, innovación y
juventud". Sobre el cuerpo argumentativo hay que añadir que
fundamentalmente utiliza argumentos de ejemplificación y hace referencia a un
hecho histórico constatado: la imposición del cuello Mao a todos los chinos
durante la época de gobierno de Mao Zedong para reforzar la idea de ausencia de
libertad.
En
cuanto al nivel lingüístico del texto, el autor se sitúa en el nivel
culto-estándar de la lengua, ya que, aunque en el texto aparecen algunos
cultismos como “sempiterna” (l. 3) (adj. Que durará siempre; que, habiendo
tenido principio, no tendrá fin) o “psicosocial” (l. 5), aparecen, en general,
construcciones sencillas y un lenguaje al alcance de cualquier lector medio,
incluso se permite (en cursiva) incorporar palabras nuevas, aunque no recogidas
en el DRAE, como “marquismo” (l. 4).
Relacionado con las funciones lingüísticas, se
puede apreciar una diferencia notable entre el primer y el segundo párrafo. Mientras que en el primer párrafo hay un
predominio casi absoluto de la función referencial, dado el carácter de
impersonalidad que tiene el texto y que más adelante comentaré (“se imagina”,
línea 4; “se añade”, línea 5); en el segundo párrafo aparecen tanto la función
apelativa, a través del plural asociativo “recordemos” (l. 9) que produce un
acercamiento a los lectores, como la función expresiva, ya que el uniforme
escolar parece cobrar vida y es continua la figura literaria de la
personificación (“trae a la memoria”, línea 11; “evoca”, l. 12; “suele
oponerse”, l. 13). Por tanto, en cuanto a la función poética, a pesar de que no
estamos ante un texto literario el emisor recurre a figuras propias del
lenguaje literario.
Dentro
del plano morfológico-sintáctico, es importante destacar el diferente uso de
construcciones sintácticas en los argumentos en pro y en contra, lo que
reafirma que el articulista está en contra de la implantación de la
uniformidad. Si observamos los
argumentos a favor, veremos que el autor utiliza impersonales con
"se", típicas de los ensayos, ("se imagina", línea 4;
"se cree", línea 7; o "se
añade", línea 5) de tal forma que indirectamente despersonaliza esta
postura y la opinión resulta como más indeterminada; sin embargo cuando enumera
los argumentos en contra cambia la estructura sintáctica, abandona la
impersonal con "se" y las afirmaciones que expone cobran más fuerza
con el uso de los presentes ("tiene", línea 9; "recordemos", línea 9;
"evoca", línea 12; "suele", línea 13; "trae",
línea 11) y del pretérito perfecto ("ha sido", línea 10) al hacer
referencia al ejemplo del "cuello Mao". Todo ello confirma su postura
en contra de la uniformidad en los centros escolares de titularidad pública, a
pesar de una supuesta objetividad que pretende mostrarnos. En el texto, el
autor emplea el presente para hablar de generalidades (presente con valor
atemporal), en tercera persona: “es”, línea 1; “puede”, l. 1; “atañe”, l. 3;
“son”, l. 4… No es un texto excesivamente complejo a nivel sintáctico, ya que
emplea frases cortas, con abundancia de simples (“La introducción del uniforme
escolar en los centros públicos no es una medida anodina.”, línea 1; o “Los argumentos a favor del uniforme son
numerosos y conocidos.”, línea 4), coordinadas (“Puede herir sensiblidades, dar
lugar a conflictos o abrir un debate más amplio sobre un orden social dado.”,
línea 1-2) y yuxtapuestas (“se añade que el uniforme acabaría con la
comparación entre los alumnos, se destronaría el estilo de vestir como signo de
diferencias sociales, económicas, étnicas, religiosas, nacionales o incluso
entre pandillas.”, línea 5), que son enumeraciones que explican y redundan en
el significado que propone el articulista en cada caso. En cuanto a los escasos
ejemplos de subordinación, aparece alguna subordinada sustantiva, de CD (“Se
cree también que favorece la disciplina, y la concentración.”, en la línea 7) o
la interrogativa indirecta, también de CD, “Recordemos, por ejemplo, cómo el
cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes.”, en la línea 9.
En
cuanto al plano léxico-semántico, el texto utiliza un lenguaje connotativo,
propio de los textos de carácter argumentativo, con adjetivos explicativos
antepuestos al nombre como “sempiterna” (l. 3), referida a la tensión, o
“larga” (l. 9), referida a la historia, que reflejan, bajo mi punto de vista,
cierto cansancio o agotamiento por parte del autor ante un debate demasiado recurrente.
Relacionado con la connotación, es el uso tan peculiar que el autor hace de la
lengua, empleando palabras nada complicadas, destacando dos que pertenecen un
ámbito más coloquial como son “pandillas” (línea 7) y la construcción
“marquismo” (gusto por llevar marcas), en la línea 4. Estilísticamente, destaca
el uso del artículo “lo” (“lo militar”, línea 11, (…) “lo homogéneo”, línea 12)
que sustantiviza esos adjetivos. Recurre también al empleo de un infinitivo
como nombre (“vestir de uniforme”, línea 9). Utiliza frecuentes términos
abstractos como es propio del lenguaje de los textos de las disciplinas
humanísticas: “argumentos” (4), “disciplina” (7), “concentración” (7),
“modernidad” (13)… Además, con el fin de dar cohesión al texto, aparecen diferentes
isotopías como recurrencias léxicas: “uniforme” (líneas 1, 4 y 9) o
“escolar”-“escolares” (l. 1 y 5); parejas de sinónimos: “clases”-“castas”
(línea 11) o antónimos: “semejante”-“diferente” (línea 3). Por último, dado el
carácter literario de los textos ensayísticos, no podía faltar el uso de
figuras literarias como la metáfora (“se
destronaría el estilo…”, línea 6), la
comparación (“centros escolares como una pasarela”, línea 5), la antítesis (“ser al mismo tiempo semejante
y diferente de los demás”, línea 3) o la metonimia (“el cuello de Mao”, línea
9).
Para
terminar, dentro del nivel textual, no se encuentran ejemplos de anáfora o de
catáfora, y son muy escasos los de deixis (“más”, línea 2) o elipsis
(“(razones) de sentido práctico”, línea 8). Sí destaca el texto por el uso de
marcadores del discurso o conectores. Aparecen ordenadores del discurso como
“Desde un punto de vista psicológico” (línea 2) o “desde una perspectiva
psicosocial” (línea 5); el contraargumentativo “pero” (l. 9), para contraponer
los pros y los contras; el ejemplificador clásico “por ejemplo” (l. 9) y el de
recapitulación o resumen “en suma” (l. 11), que concluye el texto.
3. Resumen del texto (0,75 puntos):
El autor comenta el conflicto que crea desde
hace mucho tiempo la incorporación del uniforme en las escuelas públicas.
Señala, en primer lugar, los beneficios que puede generar, que tienen que ver
con aspectos económicos, sociales o religiosos. A continuación, incide en lo
negativo, fundamentalmente en que resta autonomías, libertad y personalidad al
que lo lleva.
4. Tipo de texto (0,75 puntos):
Se
trata de un artículo de opinión del diario El País, que por tanto se engloba
dentro de los textos periodísticos y también de los textos de las disciplinas
humanísticas, ya que está próximo al ensayo por su carácter persuasivo, su
estructura libre y por el propósito de reflexionar sobre los problemas que
atañen al ser humano. Por esto último y porque se centra en un problema que
genera debate dentro de la sociedad es un texto sociológico. También es un
texto argumentativo puesto que el autor pretende darnos un punto de vista
personal y subjetivo sobre el tema tratado. Según el receptor a quien va
dirigido, es un texto de carácter divulgativo, puesto que utiliza un lenguaje
sencillo, no demasiado elaborado, que pretende llegar a un amplio número de
personas.
Gracias , gran texto, mejor comentario
ResponderEliminarNo eres calle
ResponderEliminaryo tambien lo quiero saber
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