¿El
agua también es inversión?
¿Cuál
será la siguiente materia prima que entrará en la espiral alcista
catalizada por el sentimiento de escasez? Sin negar que existen
argumentos más que sólidos para defender la continuidad de la
fuerte tendencia experimentada por el crudo y el oro, debemos aceptar
el reto de buscar nuevas alternativas para comenzar a diversificar.
La comunidad inversora está de acuerdo en estimar un fuerte
crecimiento de la población mundial (ocho billones para el 2025) y
que las economías emergentes, especialmente China, están viviendo
un proceso de urbanización. ¿Por dónde empezarían si tuvieran que
urbanizar y garantizar la calidad de vida de una población
creciente? ¿Cuál es la materia imprescindible para cualquier urbe,
que hoy sólo el 10 % de la población recibe de forma automática y
que es tremendamente volátil en cantidad y calidad? El agua.
Se
pierde entre un 20% y un 40% del agua en su transporte según se
trate de una economía desarrollada o en vías de ello y esto se
agrava por el hecho de ser necesarios, por ejemplo, 1000 litros de
agua para lograr un kilogramo de pan. La antigüedad de las
infraestructuras ronda los 100 años y la tasa de revisión, es
mínima. Además, las catástrofes naturales, cuyos costes no son
cubiertos por los seguros y cada vez más frecuentes por el mayor
grado de concentración de la población, nos han enseñado que el
control del nivel del agua, los sistemas descentralizados de
potabilización y la tecnología para evitar las terribles epidemias
generadas hacen de los fondos de inversión de agua una de las
alternativas de inversión más prometedoras.
Juan
Ramón Caridad - El
Mundo.
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