lunes, 29 de febrero de 2016

2º BACHILLERATO. PRÁCTICA DE MECANISMOS DE COHESIÓN LÉXICA Y GRAMATICAL.


EJERCICIOS COHESIÓN LÉXICA Y GRAMATICAL 2º BACHILLERATO.

1.      Localiza los mecanismos de cohesión léxica que aparecen en los ejemplos siguientes:

“Las transformaciones del cuerpo son aloplásticas cuando se deben a objetos y materiales exteriores, como las máscaras, vestidos y adornos, o a artificios poco duraderos como el maquillaje, el peinado y las pinturas aplicadas al cuerpo. Estas modificaciones son las más frecuentes en nuestra cultura”.
“Aquejado por una molesta tos, visitó a un médico amigo. Luego de examinarlo, el facultativo le recetó un jarabe...”
“Regresa todos los años a su país; casi siempre lo hace en el mes de enero”.
“Fuimos a la presentación del nuevo libro de H.G y la sala estaba llena de intelectuales de renombre. ¿No han visto nunca ustedes a esos cráneos privilegiados en la presentación de algún libro o de alguna conferencia?”
“Se perdió entre la espesura de aquellos inmensos árboles. Después de una larga caminata se sentó a la sombra de un gran abedul y comenzó a leer en voz alta sus versos preferidos.”
“El gobierno aspira a que los locales públicos se conviertan en espacios sin humo, pero la mayoría de restaurantes ha optado por la reforma para dar cabida a los fumadores.”
“Un único actor ha brillado entre todas las estrellas de Holliwood. El actor del que hablamos no les resultará desconocido.”
“David quería organizarse mejor y decidió por su cuenta comprar una mesita para la sala, unos estantes para el recibidor y un par de sillas para su cuarto. Cuando Marta vio todos esos muebles le dijo que no había cumplido con su palabra y que ella no estaba ahorrando para comprar cosas de la casa, sino para irse de viaje a Laponia.”

2.     Localiza los mecanismos de cohesión gramatical que aparecen en los ejemplos siguientes:

“Alicia esta sentada frente al espejo. Contempló su rostro, pero no le gustaba lo que veía. Sus ojos habían perdido el brillo de la juventud. Ella era consciente de que ya habían pasado quince años desde su último encuentro con él, pero hasta ese momento no había sido consciente de que el tiempo la había transformado en otra persona. Se sintió decepcionada y empezó a pensar en anular aquella cita disparatada. Ni siquiera sabía si Marc lo sentiría de verdad.”
“Flora se sentó a la mesa, junto a nosotros. Entendí que aquella tarde, antes de que yo apareciera en el vestíbulo, debía de haber contado que era precisamente allí donde solía sentarse con sus amigos. Pero su relativa insistencia en hablar de ellos, de sus amigos, en sorprenderse de que no hubieran llegado todavía, en aventurar que ella era quizá quien aparecía demasiado tarde, o en concluir, por extraños mecanismos, que la cita era en otro lugar  y que en estos momentos debían de estar buscándola desesperadamente, me pareció un tanto infantil.”
“Despidieron a los trabajadores sin avisarlos con anterioridad. Sus contratos estaban en regla, pero la empresa decidió cerrar la fábrica y retrasar el pago de sus indemnizaciones.”
“Nunca lo hubiese creído. Aceptaron todos los puntos de nuestra propuesta sin poner ningún inconveniente.”
“En el período estival, niños y adultos disfrutaban de sus vacaciones: los primeros participando de desopilantes aventuras y los segundos gozando del merecido descanso.”
“Él se agazapó detrás del arbusto y esperó hasta que el último guardia hubiera desaparecido de su vista. Recién entonces, hizo una señal a sus hombres para que lo siguieran. Robin Hood siempre iba al frente y cuidaba amorosamente a sus compañeros.”

3.     Localiza los mecanismo de cohesión léxica y gramatical que aparecen en los siguientes textos:
“Hace dos semanas Rafael Cedro trabajaba al aire libre arreglando unos cables en la refinería de Santiago de Cuba. Como suele ocurrir en Santiago por estas fechas, el calor era húmedo y pegajoso, insoportables; y él recuerda que ese día zumbaba sobre su cabeza una nube de mosquitos. No le dio mayor importancia. En el caribe, aprender a convivir con los mosquitos es algo más que necesario. Rafael regresó a su casa y tres o cuatro días después empezó a sentirse mal. Todo comenzó con un tenue dolor de cabeza que pronto fue aumentando. Enseguida el malestar se regó por todo su cuerpo. Tuvo fiebre, mareos, diarrea y decaimiento, y eso bastó para que una prima suya médica lo llevara al hospital con urgencia. Rafael Cedro, de 33 años, tenía dengue.”

El paparazzi vendería a su queridísima y anciana madre por una exclusiva. Pero, mientras tanto, tiene que trabajar. Su feudo son las islas del Mediterráneo, sobre todo Mallorca, que tiene, además de paisajes lindos, todos los ingredientes para estos profesionales de la liturgia mundana. Su oficio es arriesgado, ya que, para lograr una fotografía rentable de un famoso, igual hay que escalar una montaña, subirse a un globo, disfrazarse de empleado de la Telefónica o de lagarterana o enfundarse un traje de buzo. Y los riesgos no acaban aquí. Entre los miembros de este gremio, casi tan excéntrico como el de los corresponsales de guerra, circulan leyendas de fotógrafos que fueron atacados por los doberman de un traficante de armas, por los guardaespaldas de una top model que pretendía destruir el carrete con las valiosas fotos o por los puños de una estrella de cine más agresiva de lo normal.”

EJERCICIOS SEMÁNTICA 2º BACHILLERATO

1.      Busca un sinónimo para las siguientes palabras: (obviamente existe una “cosa” llamada diccionario de la RAE o Diccionario de sinónimos donde podéis consultar)
—abundantemente
—cábalas
—terco
—breve
—crítico
—inerte
—lozano
2.     Busca un antónimo para las siguientes palabras:
—persuadir
—nocivo
—vasto
—vespertino
—humilde
—prolijo

3.     Lee atentamente los siguientes textos:
Mientras Macondo celebraba la reconquista de los recuerdos, José Arcadio Buendía y Melquíades le sacudieron el polvo a su vieja amistad. El gitano iba dispuesto a quedarse en el pueblo. Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad. Repudiado por su tribu, desprovisto de toda facultad sobrenatural como castigo por su fidelidad a la vida, decidió refugiarse en aquel rincón del mundo todavía no descubierto por la muerte, dedicado a la explotación de un laboratorio de daguerrotipia. José Arcadio Buendía no había oído hablar nunca de ese invento. Pero cuando se vio a sí mismo y a toda su familia plasmados en una edad eterna sobre una lámina de metal tornasol, se quedó mudo de estupor. De esa época databa el oxidado daguerrotipo en el que apareció José Arcadio Buendía con el pelo erizado y ceniciento, el acartonado cuello de la camisa prendido con un botón de cobre, y una expresión de solemnidad asombrada, y que Úrsula describía muerta de risa como “un general asustado”. En verdad, José Arcadio Buendía estaba asustado la diáfana mañana de diciembre en que le hicieron el daguerrotipo, porque pensaba que la gente se iba gastando poco a poco a medida que su imagen pasaba a las placas metálicas.

Gabriel García Márquez, Cien años de soledad

4.b. Defina el concepto de sinonimia. Indique un sinónimo de estupor y otro de ceniciento. (1 punto)
(Tomado de examen selectividad”

            Fui a la boda con el alma escarchada de odio, el corazón garrapiñado en hielo agrio, pero sobrecogigo de un mortal temor, temiendo que, al oír el sí de ellos, el hielo se me resquebrajara y, hendido el corazón, quedase allí muerto o imbécil. Fui a ella como quien va a la muerte. Y lo que me ocurrió fue más mortal que la muerte misma; fue peor, mucho peor que morirse. Ojalá me hubiese entonces muerto allí.

4.b. Proponga un sinónimo para escarchada y hendido teniendo en cuenta el significado de ambas palabras en el texto. Busca también un antónimo para sobrecogido.







2º BACHILLERATO. SOLUCIÓN AL COMENTARIO UNA REFLEXIÓN PSICOSOCIAL.

1.    Enuncia el tema.
Polémica por el empleo del uniforme escolar en los centros educativos públicos.
2.    Comenta las características lingüísticas y estilísticas del texto.
Estamos ante un texto argumentativo (expositivo-argumentativo también sería aceptado). Desde el punto de vista organizativo, este artículo presenta una estructura de problema y consecuencia (sin solución) al principio del texto, pues el problema es la posible implantación de la uniformidad en los centros escolares públicos y la consecuencia inmediata es la polémica que ha generado en el seno de la sociedad. En este sentido la idea principal se encuentra también al principio del texto, de tal manera que podríamos hablar de una organización o estructura deductiva.
En cuanto a la estructura externa, el texto se puede dividir en dos partes, que corresponden a una introducción o planteamiento inicial en donde se plantea la tesis (l. 1-4) y el cuerpo de la argumentación (l. 4-13), en donde el articulista expone los “pros” (l. 4-8): motivos económicos, eliminación del “marquismo” en las aulas y de cualquier otro tipo de diferencia, y fomento de la disciplina derivada del uso de la uniformidad, y los “contras” (l. 9-13): la uniformidad es una aliada de las diferencias sociales y de determinadas ideologías, recuerda lo carcelario, lo militar, la imposición dictatorial del pueblo de Mao o la reclusión de un internado, representa la privación de libertad y se opone a lo moderno y juvenil. Si observamos detenidamente el texto, el autor nos va conduciendo de forma hábil hacia la postura que él comparte, que no es otra que aquella que está en contra de la implantación de la uniformidad en la enseñanza pública. Y esto se confirma cuando, a modo de conclusión empieza a cerrar el texto y recapitula los argumentos anteriormente expuestos, recalcando los argumentos en contra: "En suma, el uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, la hospitalización, el internado. Evoca la despersonalización, lo homogéneo, la falta de iniciativa y de autonomía o la ausencia de sensibilidad estética. Suele oponerse a modernidad, innovación y juventud". Sobre el cuerpo argumentativo hay que añadir que fundamentalmente utiliza argumentos de ejemplificación y hace referencia a un hecho histórico constatado: la imposición del cuello Mao a todos los chinos durante la época de gobierno de Mao Zedong para reforzar la idea de ausencia de libertad.

 Relacionado con las funciones de la lengua, se puede apreciar una diferencia notable entre el primer y el segundo párrafo.  Mientras que en el primer párrafo hay un predominio casi absoluto de la función referencial, dado el carácter de impersonalidad que tiene el texto y que más adelante comentaré (“se imagina”, línea 4; “se añade”, línea 5); en el segundo párrafo aparecen tanto la función apelativa, a través del plural sociativo “recordemos” (l. 9) que produce un acercamiento a los lectores, como la función expresiva ya que se trata de un texto subjetivo en el que el autor expresa su opinión. En cuanto a la función poética, a pesar de que no estamos ante un texto literario el emisor recurre a figuras propias del lenguaje literario, principalmente la personificación: el uniforme escolar parece cobrar vida.(“trae a la memoria”, línea 11; “evoca”, l. 12; “suele oponerse”, l. 13)
Dentro del plano morfosintáctico, es importante destacar el diferente uso de construcciones sintácticas en los argumentos en pro y en contra, lo que reafirma que el articulista está en contra de la implantación de la uniformidad.  Si observamos los argumentos a favor, veremos que el autor utiliza impersonales con "se", típicas de los ensayos, ("se imagina", línea 4; "se cree", línea 7;  o "se añade", línea 5) de tal forma que indirectamente despersonaliza esta postura y la opinión resulta como más indeterminada; sin embargo, cuando enumera los argumentos en contra cambia la estructura sintáctica, abandona la impersonal con "se" y las afirmaciones que expone cobran más fuerza con el uso de los presentes ("tiene", línea 9;  "recordemos", línea 9; "evoca", línea 12; "suele", línea 13; "trae", línea 11) y del pretérito perfecto ("ha sido", línea 10) al hacer referencia al ejemplo del "cuello Mao". Todo ello confirma su postura en contra de la uniformidad en los centros escolares de titularidad pública, a pesar de una supuesta objetividad que pretende mostrarnos. En el texto, el autor emplea el presente para hablar de generalidades (presente con valor atemporal), en tercera persona: “es”, línea 1; “puede”, l. 1; “atañe”, l. 3; “son”, l. 4… No es un texto excesivamente complejo a nivel sintáctico, ya que emplea frases cortas, con abundancia de simples (“La introducción del uniforme escolar en los centros públicos no es una medida anodina.”, línea 1; o  “Los argumentos a favor del uniforme son numerosos y conocidos.”, línea 4), coordinadas (“Puede herir sensiblidades, dar lugar a conflictos o abrir un debate más amplio sobre un orden social dado.”, línea 1-2) y yuxtapuestas (“se añade que el uniforme acabaría con la comparación entre los alumnos, se destronaría el estilo de vestir como signo de diferencias sociales, económicas, étnicas, religiosas, nacionales o incluso entre pandillas.”, línea 5), que son enumeraciones que explican y redundan en el significado que propone el articulista en cada caso. En cuanto a los escasos ejemplos de subordinación, aparece alguna subordinada sustantiva, de Sujeto (“Se cree también que favorece la disciplina, y la concentración.”, en la línea 7) o la interrogativa indirecta de CD, “Recordemos, por ejemplo, cómo el cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes.”, en la línea 9.
Destaca el uso del artículo “lo” (“lo militar”, línea 11, (…) “lo homogéneo”, línea 12) que sustantiviza adjetivos. Recurre también al empleo de un infinitivo como nombre (“vestir de uniforme”, línea 9). Utiliza frecuentes sustantivos abstractos como es propio del lenguaje de los textos de las disciplinas humanísticas: “argumentos” (4), “disciplina” (7), “concentración” (7), “modernidad” (13)…
En cuanto al plano léxico-semántico, el texto utiliza un lenguaje connotativo, propio de los textos de carácter argumentativo, con adjetivos explicativos antepuestos al nombre como “sempiterna” (l. 3), referida a la tensión, o “larga” (l. 9), referida a la historia, que reflejan, bajo mi punto de vista, cierto cansancio o agotamiento por parte del autor ante un debate demasiado recurrente. Relacionado con la connotación, es el uso tan peculiar que el autor hace de la lengua, empleando palabras nada complicadas, destacando dos que pertenecen un ámbito más coloquial como son “pandillas” (línea 7) y la construcción “marquismo” (gusto por llevar marcas), en la línea 4. Además, con el fin de dar cohesión al texto, aparecen diferentes isotopías como recurrencias léxicas: “uniforme” (líneas 1, 4 y 9) o “escolar”-“escolares” (l. 1 y 5); parejas de sinónimos: “clases”-“castas” (línea 11) o antónimos: “semejante”-“diferente” (línea 3). Por último, dado el carácter literario de los textos ensayísticos, no podía faltar el uso de figuras literarias como la metáfora  (“se destronaría el estilo…”,  línea 6), la comparación (“centros escolares como una pasarela”, línea 5),  la antítesis (“ser al mismo tiempo semejante y diferente de los demás”, línea 3) o la metonimia (“el cuello de Mao”, línea 9).
 El autor se sitúa en el nivel culto-estándar de la lengua, ya que, aunque en el texto aparecen algunos cultismos como “sempiterna” (l. 3) (adj. Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin) o “psicosocial” (l. 5), aparecen, en general, construcciones sencillas y un lenguaje al alcance de cualquier lector medio, incluso se permite (en cursiva) incorporar palabras nuevas, aunque no recogidas en el DRAE, como “marquismo” (l. 4).
Para terminar, dentro del nivel textual, no se encuentran ejemplos de anáfora o de catáfora, y son muy escasos los de deixis (“más”, línea 2) o elipsis (“(razones) de sentido práctico”, línea 8). Sí destaca el texto por el uso de marcadores del discurso o conectores. Aparecen ordenadores del discurso como “Desde un punto de vista psicológico” (línea 2) o “desde una perspectiva psicosocial” (línea 5); el contraargumentativo “pero” (l. 9), para contraponer los pros y los contras; el ejemplificador clásico “por ejemplo” (l. 9) y el de recapitulación o resumen “en suma” (l. 11), que concluye el texto.

c) Tipo de texto:
Se trata de un artículo de opinión del diario El País, que por tanto se engloba dentro de los textos periodísticos y también de los textos de las disciplinas humanísticas, ya que está próximo al ensayo por su carácter persuasivo, su estructura libre y por el propósito de reflexionar sobre los problemas que atañen al ser humano. Por esto último y porque se centra en un problema que genera debate dentro de la sociedad es un texto sociológico. También es un texto argumentativo puesto que el autor pretende darnos un punto de vista personal y subjetivo sobre el tema tratado. Según el receptor a quien va dirigido, es un texto de carácter divulgativo, puesto que utiliza un lenguaje sencillo, no demasiado elaborado, que pretende llegar a un amplio número de personas.
2.    Resumen del texto:
 El autor comenta el conflicto que crea desde hace mucho tiempo la incorporación del uniforme en las escuelas públicas. Señala, en primer lugar, los beneficios que puede generar, que tienen que ver con aspectos económicos, sociales o religiosos. A continuación, incide en lo negativo, fundamentalmente en que resta autonomías, libertad y personalidad al que lo lleva.

2º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTO PAU. UNA REFLEXIÓN PSICOSOCIAL.

TEXTO

La introducción del uniforme escolar en los centros públicos no es una medida anodina. Puede herir sensiblidades, dar lugar a conflictos o abrir un debate más amplio sobre un orden social dado. Desde un punto de vista psicológico, atañe a la sempiterna tensión entre la necesidad de ser al mismo tiempo semejante y diferente de los demás. Los argumentos a favor del uniforme son numerosos y conocidos. Se imagina como un freno al marquismo, a ver los centros escolares como una pasarela. Desde una perspectiva psicosocial, se añade que el uniforme acabaría con la comparación entre los alumnos, se destronaría el estilo de vestir como signo de diferencias sociales, económicas, étnicas, religiosas, nacionales o incluso entre pandillas. Se cree también que favorece la disciplina, y la concentración. No faltan tampoco razones de tipo económico o de sentido práctico.
Pero vestir de uniforme tiene tras sí una larga historia. Recordemos, por ejemplo, cómo el cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes. El uniforme ha sido un instrumento para establecer jerarquías y distancias entre clases o entre castas. En suma, el uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, la hospitalización, el internado. Evoca la despersonalización, lo homogéneo, la falta de iniciativa y de autonomía o la ausencia de sensibilidad estética. Suele oponerse a modernidad, innovación y juventud.
(Juan Antonio Pérez, “Una reflexión psicosocial”, El País, 17 de junio de 2008.)

domingo, 28 de febrero de 2016

2º BACHILLERATO. GUIÓN DE LECTURAS TERCERA EVALUACIÓN.

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GUIÓN DE LECTURAS 3ª EVALUACIÓN. 2º BACHILLERATO.

LA COLMENA, CAMILO JOSÉ CELA.
Cela concibe en 1945 una serie novelesca a la que da el título de “Caminos inciertos”. La colmena será la primera y la única obra de tal ciclo. La comenzó en 1945 en Madrid y la remató en el verano del 48, aunque ya había entregado a la censura una versión más corta en 1946, pero ésta la rechazó por “inmoral y pornográfica”. Por fin verá la luz en Buenos Aires en 1951. Aún pasarían unos años hasta su publicación en España, pero pronto circuló entre los lectores y hoy es una obra clave en la novelística española contemporánea.
ESTRUCTURA Y CONTENIDO.
Cela señaló la complejidad de su arquitectura y la denominó “novela reloj”.
Desde el punto de vista más externo, la novela se compone de seis capítulos y un “Final”. Cada capítulo está integrado por una serie de secuencias separadas por un espacio en blanco de longitud variable. Cada una de ellas se centra, en general, en un personaje o en varios relacionados. A menudo se trata de una composición simultánea: varias secuencias transcurren en un mismo momento. La suma de esas secuencias (213 en total), es el conjunto de las “celdillas” de la colmena. El resultado es un ir y venir de personajes, que el autor va tomando, dejando y volviendo a tomar en rápidos apuntes (es lo que se conoce como estructura caleidoscópica). Son vidas que transcurren paralelas o entrecruzadas: la vida de cada uno podría considerarse como un cuento si fueran independientes, de hecho, podría considerarse la obra como una serie de cuentos imbricados gracias a un hábil montaje.
Todas ellas tejen un vivir colectivo, que es el objetivo primordial del novelista: la vida de Madrid en 1942 o 1943.
La unidad de la novela viene dada por las múltiples relaciones que el autor establece entre los personajes y por la impresión dominante del ambiente social y moral, así como por la reducción espacial y temporal.
En cuanto al tiempo, abarca poco más de dos días invernales del año 42 o 43. Su disposición se ha prestado a diversas interpretaciones, en las que no nos vamos a detener (hoy se ha impuesto la de Sobejano). Lo importante es que esta organización del tiempo, indisolublemente unida al entrecruzamiento de personajes, se debe la impresión de laberinto o caos humano que produce la novela. En ella las cosas van, como dijo el autor, “como van por la vida”.
Responde, por tanto, su estructura, al modelo llamado “novel abierta”, que se opone a la “novela cerrada”, que cuenta con un argumento sólido y un final cerrado, de acuerdo con un plan previo. La colmena carece de “argumento” y de desenlace. No sabemos qué será de los personajes más allá de la última página, todo queda inconcluso, y la incertidumbre es un elemento decisivo tanto de la estructura como de aquellas vidas.
PROTAGONISTA COLECTIVO.
La novela llamada colectiva no era nueva: Dos Passos, Thomas Mann, Huxley o Sartre, y en España, “El ruedo ibérico” de Valle Inclán, habían escrito obras en esta línea, pero Cela no sigue exactamente ninguno de estos modelos.
En la obra 296 personajes (además de 50 personas reales) bullen por sus páginas. Los que alcanzan cierto relieve son 45, y de éstos hay todavía algunos que destacan aún más. Ante todos, Martín Marco “no es uno de tantos, no es un hombre vulgar”. Pero ello es irónico: en realidad, ese escritor no pasa de ser un pobre hombre que va dando tumbos por la vida. Asistimos a su desvalimiento, sus miedos, sus preocupaciones, sus mezquindades... Y es él el centro del capítulo central, en el que se refuerza aquella sensación de incertidumbre propia de esta novela abierta.
Destacan igualmente doña Rosa, la intemperante y despreciable dueña del café; la hermana de Martín Marco, Filo, ejemplo de mujer sacrificada por las estrecheces económicas, y su marido, don Roberto, el pobre pluriempleado; la familia de los Moisés, con doña Visi, beata y ciega para lo que la rodea; su marido, el rijoso don Roque, y sus hijas, especialmente Julita, que se reúne con su novio en la casa de citas; la señorita Margarita, buscona marchita condenada a la soledad; Victorita, la muchacha que se vende para llevarle medicamentos y comida a su novio enfermo de tuberculosis; o Petrita, criada de pobres...
En torno a ellos pululan el poeta joven, el ridículo, el señorito vividor, el pedantón...., y las mujeres de todas clases: beatas, prostitutas del más variado nivel, dueñas de casas de citas, alcahuetas....
En general se trata de gentes mediocres y , a menudo, de baja talla moral. Pocos se salvan de la vulgaridad. Abundan los despreciables (especialmente entre los acomodados). Son frecuentes lo hipócritas y ridículos. Pero también hay figuras conmovedoras, desvalidas, apaleadas por la vida; a veces, con una chispita de nobleza.
Como ya hemos señalado, las relaciones que se van estableciendo son fundamentales y responsables de esa “novela reloj” “de múltiples ruedas y piececitas que se precisan las unas a las otras para que aquello marche”.
En cuanto a la caracterización de los personajes, la técnica dominante es la de la novela “behaviorista”: conocemos a los personajes por fuera, a través de sus propios actos y de sus palabras. Es, por tanto, el diálogo, el que ocupa un lugar eminente en su caracterización: lo que dicen y cómo lo dicen, de ahí la variedad de registros y la adaptación del habla a la índole del personaje. Sin embargo, no es procedimiento exclusivo: hay también verdaderos retratos hechos de prosopografía y etopeya, principalmente en el caso de los personajes poco desarrollados.
El ambiente de la obra es, sobre todo, humano: la suma de personajes. Pero, aunque menos que éstos, también interesa el marco en que se mueven: una precisa geografía urbana, el Madrid de la época, dentro de la que destacan ciertos bares y cafés, algunas casas particulares y casas de citas...
Las técnicas de descripción o ambientación son variadas: la mayoría de las veces recurre a la técnica impresionista para lograr el ambiente que persigue con pinceladas precisas (el café de doña Rosa, varias casas particulares...). En algunas ocasiones hay descripciones relativamente detalladas, aunque nunca largas (la habitación de la casa de la citas).
LA ACTITUD DEL AUTOR Y EL PROBLEMA DEL REALISMO.
Cela se considera un “autor oculto”, acorde con el enfoque objetivista o behaviorista, aunque algún crítico lo sigue considerando presente y omnisciente. Lo que ocurre es que en la obra no faltan las intervenciones del autor (ya dijimos), se dirige a los lectores (ya sabéis) y son frecuentes las reflexiones sobre el comportamiento o la índole de los personajes y de la vida en general; su presencia se percibe además en los rasgos humorísticos o lúdicos y en el sarcasmo o ternura que le inspiran unos y otros.
Es, pues, un autor omnipresente, por ello no podemos hablar de objetivismo en sentido estricto, y esto nos plantea el problema del realismo. ¿Hasta qué punto puede considerarse realista la novela de Cela? El propio autor afirma que La colmena “no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sobra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad”. Abundan, entre la crítica, opiniones contrarias al autor que pueden resumirse en dos posturas: a) Cela opera una selección de la realidad, por tanto, no es parcial; b) Cela realiza una estilización deformante, con rasgos muy cercanos al esperpento (animalización, cosificación, contraste, mordacidad...).
Sin embargo, llevar a cabo una selección resulta forzoso en toda novela, así como una estilización deformante resulta legítimo artísticamente.
ALCANCE SOCIAL Y EXISTENCIAL DE LA OBRA.
El tema central de la obra es la incertidumbre de los destinos humanos. En torno a ello, hay otros temas o motivos dominantes: el hambre, el dinero, el sexo, el recuerdo de la guerra... Y todos ellos confluyen en una misma idea: la alienación.
La obra es un testimonio social, a pesar de que algunos críticos hayan señalado que no hay en ella un enfoque dialéctico propio de la novela “social” en el sentido más estricto. Sus personajes pertenecen a diferentes estratos sociales: los ricos y triunfadores, que son los avasalladores, insolentes o inconscientes; y por debajo, diferentes escalones: desde los del “quiero y no puedo” hasta la pura miseria.
Dentro de los temas sociales, con frecuencia se habla del hambre y la penuria económica, y entre las miserias morales, resultan claras los casos en que la degradación tiene causas sociales concretas.
Con lo social también se enlazan las alusiones políticas y la sátira a la moral conservadora, rayana en la batería o aliada con la hipocresía social.
Las notas comunes al mundo de La colmena serían la insolidaridad y la impotencia (nadie parece rebelarse), por lo que estamos ante una masa alienada.
Cela ha paseado su espejo (deformante, si se quiere) ante la sociedad madrileña de la posguerra, y aun deformada, esa sociedad está en la novela.
Junto a la significación social, la obra posee un amplio alcance existencial cuya raíz estaría en la desesperanza del autor, en su desolada concepción del mundo. El enfoque existencial amplía el alcance de La colmena, a la vez que restringe su alcance o enfoque social: lo social existe como contenido ineludible, no como actitud dialéctica ni como propósito explícito de reforma.

La colmena es la precursora de la NOVELA SOCIAL DE LOS AÑOS 50, aunque, como acabamos de explicar, se encuentra en el gozne entre lo existencial y lo social. Además, en el plano técnico, su papel fue innovador y su influencia indiscutible.



EL TRAGALUZ, BUERO VALLEJO.
El tragaluz se estrenó en octubre de 1967 y su éxito superó ámpliamente el de las anteriores obras del autor: la crítica fue elogiosa, con escasas salvedades.
La obra se sitúa en la segunda época del autor, que abarca obras que van de 1958 a 1970. El predominio del enfoque social corresponde a esta época, pero esto no supone un descenso en la atención por el individuo concreto o por las facetas morales, aunque se insiste más en las relaciones entre el individuo y su entorno. Los actos individuales quedan enmarcados en un tiempo y unas estructuras sociales concretas, con sus tensiones, sus formas de explotación o de opresión. Y se hace hincapié en las raíces y las consecuencias sociales de los actos. Así, los problemas de la justicia, de la libertad, de la responsabilidad, etc, adquieren dimensiones nuevas y más precisas. Por tanto, lo social cobra una importancia vital, sin merma de lo existencial y siempre entrelazado fuertemente con el enfoque moral. Además, la obra ilustrará las novedades técnicas de aquella época.
EL EXPERIMENTO.
El tragaluz es, en cierto sentido, una obra “histórica”: desde un momento del futuro (el siglo XXV o XXX, según Buero), “dos investigadores” proponen al espectador un experimento: volver a una época pasada, el siglo XX, para estudiar el drama de una familia cuyos miembros sufrieron una guerra civil con sus secuelas.
El espectador se ve obligado a adoptar, en cierto modo, una perspectiva futura para enfrentarse con una época que es la suya. Y los investigadores dicen que “debemos recordar..., para que el pasado no nos envenene”, palabras que juegan una función esencial de la Historia: conocer el pasado para asumirlo y superarlo, desechando odios, venciendo tendencias nocivas y extrayendo lecciones para caminar hacia el futuro. En este sentido, pues, estamos ante un drama “histórico”, aunque nos traslade al mismo momento en que se estrena la obra y evoque nuestra historia cercana: la guerra civil.
En este “experimento”, Buero ha recurrido a conocidos elementos de la ciencia ficción: se habla de “detectores” de hechos pretéritos y de “proyectores espaciales”. Asistimos, pues, a un montaje de imágenes traídas del pasado y a su proyección estereoscópica (hoy hablaríamos, tal vez, de un vídeo tridimensional). La reconstrucción de los diálogos es importantísima, pero no sólo se nos van a dar imágenes reales, sino también pensamientos, cosas imaginadas por algún personaje: fundamental será el ruido del tren, que traduce un recuerdo y una obsesión claves.
La “proyección” será interrumpida por los investigadores con diversos comentarios. Para Buero, estos personajes eran fundamentales para conseguir del público determinada actitud y dar a la obra la significación que se proponía.
LA “HISTORIA”.
Se nos presentan unas vidas doblemente marcadas por la guerra: por sus secuelas (muerte de una hija, pobreza...), pero, sobre todo, por un dramático episodio del final de la guerra que separó al hijo mayor, Vicente, de los demás: fue el único que pudo escapar en un tren hacia Madrid. Las consecuencias de tal hecho serán funestas. Y pronto surgirá ante el espectador la duda acerca de la responsabilidad de Vicente. En cualquier caso, las vidas de todos han ido por caminos muy distintos desde entonces: en los años 60, cuando comienza la obra (el “experimento”), Vicente estará bien situado, “instalado” en la sociedad; en cambio Mario, el hermano menor, vive pobremente en un semisótano con sus padres: una madre resignada y un padre que ha perdido la razón. Las relaciones de los dos hermanos con Encarna -secretaria y amante de Vicente, pero enamorada de Mario- completarán el tejido de estas vidas.
En las raíces del drama se articulan lo público (la guerra, las circunstancias políticas) y lo privado ( la conducta de Vicente, la situación de la familia). Lo primero seguirá en la obra hasta donde podía tolerar la censura: está claro que la diferencia de posición de Vicente y los demás reproduce la división entre vencedores y vencidos, entre integrados en el sistema y marginados. Lo privado, será la base del proceso dramático: el suceso del tren es el hecho desencadenante, y la obra consiste en el lento descubrimiento de la verdad que aquel hecho encierra, con las terribles tensiones que conlleva tal proceso y la trágica consecuencia de la revelación final.
TEMAS FUNDAMENTALES.
    • La interrelación entre lo individual y lo social. Vemos cómo se pasa del plano singular al plano colectivo.
    • La insistente pregunta que hace el padre, “Quién es ése?”. Poco a poco vamos descubriendo el sentido profundo de lo que en un principio parecía una obsesión fruto de la locura. Se tratará precisamente de la atención al “caso singular”, el afán por conocer y valorar a cada hombre en concreto. Pero, como dirán al final los investigadores, esa pregunta conduce a descubrir al otro como prójimo, como “otro yo”: “Ése eres tú, y tú y tú.” Y ello, a su vez, nos descubre el imperativo de solidaridad.
    • Buero introduce con los “investigadores” lo que podría llamarse un horizonte utópico: nos hablan de un mundo solidario y, además, de un mundo que ha vencido la guerra, la injusticia y demás lacras del pasado, o sea, del siglo XX.
    • Otros temas se entretejen con éstos: la confrontación entre dos actitudes frente al mundo, la acción y la contemplación, procedente de la dicotomía de Schopenhauer y algo que ya conocemos de El árbol de la ciencia.
      Ligada también al tema central, la problemática de la libertad y de la responsabilidad tan característica del autor. En la raíz de la obra hay una transgresión moral, de ahí la fuerza que cobra la idea de culpa, la cual lleva aparejada las de juicio y castigo o expiación.
      Pero todo ello se encarna en unos personajes y en los conflictos que los enfrentan.
    LOS PERSONAJES.
      Son piezas bastante esquemáticas, pues están concebidas como piezas de la dialéctica dramática que le interesa a Buero. Podrían dividirse en dos categorías: los que han cogido el tren y quienes lo han perdido.
    • Vicente: representa, por un lado, la acción. Es el que ha cogido el tren en muchos sentidos: se ha integrado en el sistema, está al servicio (o es cómplice) de los sectores dominantes. Puede tachársele de egoísta, de oportunista. Su comportamiento con el escritor Beltrán y, sobre todo, con Encarna, inspirará toda nuestra reprobación. Pero atenderemos también a otro rasgos suyos: ciertos síntomas de tormento íntimo, entre los que se haya, el ruido del tren: la culpa. ¿Por qué, por ejemplo, se siente atraído de modo creciente hacia el sótano?
    • Mario encarna, frente a su hermano, la contemplación. Se sitúa, además, al margen del sistema, se niega a ingresar en una sociedad cuya estructura rechaza; escoge ser víctima. Y frente al supuesto culpable, se erige como acusador y juez. Pero su pretendida pureza contemplativa, ¿no permite que el mundo siga siendo como es? Por otra parte, ¿no cabe hacer reservas ante su rigidez moral, ante su comportamiento implacable con su hermano? Buero no quería hacer una obra de buenos y malos: su ideal sería una mezcla de los dos, de acción y contemplación.
    • El padre es uno de esos personajes “anormales” que desempeñan papeles clave en las obras de Buero. Su locura se presenta, de una parte, como producto de los sufrimientos de la guerra, concrétamente del suceso del tren y sus consecuencias; es pues, otra víctima; pero el autor lo ha elegido para lanzar insistentemente la pregunta ¿Quién es ése?, cuya importancia es fundamental. Y con ello se relaciona su manía de recortar figuras de postales: “al que puedo, lo salvo”, es decir, lo hace subir al tren. Otras frases análogas nos conducirán a plantear la significación última de este personaje. ¿es Dios? ¿Es algo así como el super-yo, especie de conciencia moral superior. ¿Es, en un plano más abstracto, el Juicio que toda acción humana merecerá de otros hombres, presentes o futuros, como los investigadores? Nos movemos en las dimensiones simbólicas que abundan en la obra de Buero.
    • La madre, víctima como el padre, es, sin embargo, su antítesis. Frete al Juicio o la Justicia, ella encarna el amor y el perdón.
    • Encarna, al igual que su madre, dice que “hay que vivir”, y aunque la frase tenga en ella otros matices, es también una justificación de la vida -con sus impurezas- ante la pureza radical de Mario.
    • Beltrán no aparece mucho en escena, pero de él se habla mucho. Representa al escritor disconforme e íntegro, pero su principal función es la de contribuir a la caracterización de los dos hermanos. Para Mario, es un modelo. Y Vicente queda definido desde la primera línea por su comportamiento con Beltrán.
        ESTRUCTURA, TÉCNICAS ESCÉNICAS Y LENGUAJE.
                      El desarrollo de la obra es una avance paulatino , gradual, hacia el descubrimiento de la raíz secreta del drama (aquel “pecado original”). Buero va descubriendo progresivamente el fondo del asunto: la guerra, el tren, la muerte de Elvirita, la locura del padre.... y así hasta la revelación última, estructura emparentada con la del relato policiaco. A ello se une la índole de drama judicial, que la obra adquiere en sus últimas escenas.
                      Por lo demás, la construcción de la obra se presenta en sus dos Partes, como una sucesión de grandes bloques separados por por intervenciones de los investigadores en las que, entre otras cosas, se marcan unas elipsis temporales.
                      La acción, que dura en total algo menos de un mes, se articula como una sucesión de confrontaciones diversas: Vicente-Encarna, Vicente-Mario, Mario-Encarna... Así hasta culminar en la escena conjunta que precede al desenlace. Al hilo de tales confrontaciones se van perfilando los personajes y aumenta la tensión dramática que conduce inexorablemente a la tragedia.
                      El espacio escénico es un escenario múltiple (construcción abierta en la que Buero renuncia a los espacios únicos trazados con criterio realista) en el que se suscita la impresión de varios lugares: el semisótano, la oficina... Esta disposición tiene un alcance simbólico: la oficina es el ámbito del sistema, la conexión con el ámbito de los sectores dominantes. A ella se opone el sótano, ámbito de las víctimas, de los sojuzgados o marginados, “los de abajo”. Y el tragaluz es la metáfora escénica fundamental: comunicación de “los de abajo” con el mundo (y con los espectadores), lugar sobre el que cada personaje proyecta sus obsesiones.
                      Otros aspectos técnicos merecen ser destacados: los efectos luminotécnicos y los efectos sonoros (metáfora escénica: el ruido del tren) son efectos de inmersión, pues nos hacen penetrar en las obsesiones de los personajes.
                      SIGNIFICACIÓN DE EL TRAGALUZ.
                      La significación de la obra es compleja y debemos unir varios planos:
                      1. En el plano más concreto, el histórico, hay un testimonio y protesta ante nuestra guerra civil y sus secuelas, apuntando especialmente a quienes “tomaron el tren” de los vencedores. Fue la primera obra teatral que, dentro de España, enfocaba la guerra desde el lado de quienes la perdieron.
                      2. En un plano social más amplio, la obra contiene un juicio de nuestra época, de la sociedad actual -no sólo española- dividida en dominadores y dominados, con las frustraciones y sufrimientos que ello conlleva.
                      3. En un plano más general (a la vez social, ético y filosófico), es una llamada a armonizar lo individual y lo colectivo, una exigencia de atender al caso “singular” con un talante fraterno que conlleva el deber de solidaridad. Y ello con la mirada puesta en un mundo de paz y de justicia hacia el que hay que avanzar, aunque esté lejano.

El papel de los investigadores y el propósito del experimento se entenderá con estas palabras: “Si no os habéis sentido en algún instante verdaderos seres del siglo XX, pero observados y juzgados por una especie de conciencia futura; si no os habéis sentido en algún otro momento como seres de un futuro hecho ya presente que juzgan, con rigor y piedad, a gentes muy antiguas y acaso iguales a vosotros, el experimento ha fracasado”. Estas palabras apuntan a esa participación del espectador que siempre busca Buero: invitación, con actitud crítica, a que éste juzgue y se juzgue, y a saber que seremos juzgados por el futuro. Tal es la justificación del experimento.
El final es un buen ejemplo de final abierto, tendente a que el espectador prolongue con su reflexión la obra. Las últimas palabras de Mario: “Quizá ellos algún día, Encarna... Ellos... sí, algún día”, son interrogantes lanzados al espectador, ¿quiénes son ellos? ¿Nosotros mismos? ¿y qué se espera quizá de ellos? Este final encierra una llamada a la esperanza. Y junto a ello, Buero busca una respuesta: un esfuerzo de superación moral y una voluntad de caminar hacia un mundo mejor.


PIDO LA PAZ Y LA PALABRA, BLAS DE OTERO.
Blas de Otero nació en Bilbao en 1916. Recibió una educación religiosa con la que luego rompería. Cursó Bachillerato en Madrid y Derecho en Valladolid, pero nunca ejerció la carrera. Durante algún tiempo se dedica a la enseñanza, tarea que abandona cuando es un poeta reconocido internacionalmente para dedicarse a su obra y a sus actividades de conferenciante. Viajó por toda España y reside temporadas en Francia, Rusia, China,Cuba... El resto del tiempo vive en Madrid, donde muere en junio de 1979.
La obra de Blas de Otero resume las etapas cubiertas por nuestra poesía durante varias décadas: nos hablará en un primer momento de sus problemas personales, existenciales y religiosos; después se enfrentará desde postulados marxistas con los problemas colectivos (etapa de poesía social) y tras 1965 se advertirá en su obra la búsqueda de nuevos caminos.
Su primera etapa de poesía existencial está representada por obras como Ángel fieramente humano (1050) y Redoble de conciencia (1951), cuyos poemas aparecerán fundidos en 1958 en un solo volumen titulado Ancia.
Pido la paz y la palabra (1955) pertenece ya a la segunda época del autor, la de la poesía social, junto con En castellano (1959) y Que trata de España (1964).
En esta etapa el poeta abandona sus angustias y sus preocupaciones metafísicas. El camino que no encontró en la religión lo busca ahora en la solidaridad con los que sufren. La tarea inmediata es “demostrar hermandad con la tragedia viva, y luego, lo antes posible, superarla”. Y añade: “Creo en la poesía social a condición de que el poeta, el hombre, sienta estos temas con la misma sinceridad y la misma fuerza que los tradicionales”. Por supuesto, esta poesía estará centrada en su ámbito concreto: España.
A estas orientaciones responde el hecho de que Otero se dirija ahora “a la inmensa mayoría”, por lo que buscará un lenguaje más sencillo, aunque esa sencillez sea muchas veces sólo aparente y pueda encubrir una considerable concentración. También puede apreciarse una menor tensión poética, por el deseo de ser más accesible y contribuir, así, “a transformar el mundo con la poesía”.
Pido la paz y la palabra se haya presidido por unas palabras de Sancho Panza a Don Quijote: “No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo”. Suponen una invitación del pueblo a que el poeta supere sus angustias. En el primer poema del libro A la inmensa mayoría anuncia el abandono de su anterior poesía angustiada y declara “Yo doy todos mis versos por un hombre / en paz”. Es la solidaridad, el volcarse en lo demás, lo que le ha permitido superar su angustia, como bien dicen algunos versos del poema Juntos: “¡(...) jamás podrán vencerme, / porque mi mano se me va y se agarra / a otra mano de hombre y a otra mano, / que me encadenan, madre inmensa, a ti!”
De esa “madre inmensa”, España, se propone el poeta ser testigo; ella será la piedra sobre la que se edifique su obra. Como en Machado, los sentimientos de Otero sobre España son amor y dolor, como se aprecia en estos versos “porque soy hijo de una patria triste / y hermosa”. Con dolor evoca en el poema Hija de Yago su pasado remoto (“la más ardua historia que la historia registre”) o su pasado cercano: el odio, la sangre, la guerra. Y con amor evoca sus tierras, evocación que se hará aún más intensa en Que trata de España.
Ante todo el poeta concibe la poesía como lucha y como construcción. Pide, reclama, la paz, la justicia, la libertad. Y proclama su esperanza en una España mejor (“Creo en ti, patria”, dirá en Fidelidad). Una nota optimista, a pesar de los pesares, domina su poesía: “No esperéis que me dé por vencido”.
En cuanto al estilo, pasa de los tonos dramáticos de los libros anteriores a tonos más transparentes y sencillos. Aunque, insistimos, esta sencillez esconde a menudo un trabajo férreo visible en la rigurosa construcción de algunos poemas por la presencia de paralelismos, de juegos fonéticos y léxicos...
Los mismos rasgos de contenido y de estilo se prolongan en los siguientes libros de este ciclo: En castellano y Que trata de España.

2º BACHILLERATO. ANEXO MARCADORES DISCURSIVOS.


MARCADORES DISCURSIVOS
Tres versiones de los marcadores del discurso:

    Los marcadores del discurso, también llamados "enlaces extraoracionales" por Gili Gaya o Fuentes, o "conectores argumentativos", "extraoracionales", "procesadores textuales" etc., son "unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional -son, pues, elementos marginales- y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación", Gramática descriptiva, p. 4057.

    Gili Gaya señalaba ya algunas de las características propias de estas partículas:

a) Su vinculación a  nociones externas a la predicación oracional.

b) Su carácter invariable.

c) La heterogeneidad de su entidad categorial: conjunciones, frases conjuntivas, interjecciones, etc...

d) La versatilidad distribucional de muchos de ellos (ocupan la posición inicial, medial o final del miembro discursivo en el que comparecen).

e) Su peculiaridad significativa: contribuyen a establecer lo que el autor denomina 'coherencia', y alcanzan una pluralidad de valores semánticos en combinación, frecuentemente, con los rasgos suprasegmentales adecuados ( la entonación, sobre todo).

f) Pueden asignarse a registros distintos (en unos casos son más propios del discurso escrito -"sin embargo", "no obstante", "por consiguiente"... y en otros son más bien propios del discurso oral: pues, así que, etc...)

g) Llegan  a constituir meros apoyos de la elocución o "muletillas" en el habla coloquial.

    Que es invariable, puede verse en que no es lo mismo decir:

    "Lucía está lesionada y, por consiguiente, no puede jugar"

que "Lucía está lesionada y, por este motivo, no puede jugar", ya que "por consiguiente" no desempeña función sintáctica alguna ni admite flexión (*por consiguientes) o complementos, como sí puede hacerlo "por este motivo", que admite plural o puede reformularse con complementos "hasta por estos pequeños motivos". En consecuencia, No puede decirse que "por este motivo" y expresiones semejantes sean verdaderos marcadores del discurso.

    Ahora bien, los marcadores del discurso pueden aparecer desempeñando funciones sintácticas, pero ya no como marcadores del discurso: "Lo haré bien / Bien, lo haré. Lo haré en cualquier caso / En cualquier caso, lo haré. No tiene por qué responder así / Así, no tiene por qué responder. Lo dijo en una palabra / En una palabra, lo dijo.

    Los marcadores del discurso se diferencian de las conjunciones en que no siempre se sitúan al principio del texto, sino que poseen una mayor movilidad, si bien muchos de ellos se sitúan allí obligatoriamente; por otra parte, no admiten negación, ni -entre sí- coordinación: *bueno y por tanto, aunque pueden coordinarse con sintagmas ubicados en inciso en el caso de que sean adverbios marcadores: "La cultura es además, y sobre todo, actualidad". "De hecho, y a pesar de que se verían infinidad de veces, nunca se referirían a aquel hecho sobrenatural"

    María Antonia Martín y José Portolés distinguen cinco tipos de marcadores discursivos, cada uno con sus diversos subtipos: estructuradores de la información, concectores, reformuladores, operadores argumentativos y marcadores conversacionales.

1.º Estructuradores de información. Para desarrollar la información contenida en un discurso

    1.1 Comentadores, que "presentan un nuevo comentario": pues (en posición inicial y no seguido de pausa, que presenta un comentario nuevo informativamente valioso), pues bien (que quiere hacer asumir lo anterior para lo que sigue y va seguido de pausa), así las cosas (que no asume lo anterior para lo que sigue), dicho esto/eso (con menor grado de gramaticalidad), etc.

    -¿Conocía a Soleiro?
    -¿Un cojo que iba a Mondoñedo al mercado?
    -El mismo. Pues se le apareció a su mujer en forma de cuervo.

    1.2 Ordenadores, que "agrupan varios miembros discursivos como partes de un solo comentario", y poseen dos funciones primordiales: indican el lugar que ocupa un miembro del discurso en el conjunto de una secuencia discursiva ordenada por partes, y en segundo lugar presentan el conjunto de esta secuencia  como un único comentario y cada parte como un subcomentario; son de uso más frecuente en el texto escrito que en el oral. Por lo general se basan en la numeración (primero.. segundo) en el espacio (por un lado, por otro lado..., por una parte... por otra; de un lado... de otro) o en el tiempo (después, luego, en fin, finalmente...). Algunos de ellos forman pares correlativos, incluso mixtos de espacio y número o tiempo. 

    Ejemplos: En primer lugar... En segundo lugar. Por una parte... Por otra parte. De un lado... De otro lado, etc.

    Hay de tres tipos:

        1.2.1 Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...

        1.2.2 Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...

        1.2.3 Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.

    Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.

    "Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.

    El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.

    "En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.

    "De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.

    1.3 Digresores, "marcan un miembro del discurso como un comentario lateral con respecto a la planificación de del discurso anterior", esto es "introducen un comentario lateral en relación con el tópico principal del discurso": Por cierto (el más frecuente), a propósito, a todo esto (que introduce un miembro que pide información que en ese momento del discurso ya se debería conocer), y, menos gramaticalizados, "dicho sea de paso", "dicho sea", "entre paréntesis", "otra cosa" (que sirve para introducir otro tema sin ceder el turno de palabra: "Al verles, creí que me moría... Otra cosa, ¿cómo te llamas?"), etc.

    2.º Conectores, "unos marcadores discursivos que vinculan semántica- y pragmáticamente un miembro del discurso con otro miembro anterior. El significado del conector proporciona una serie de instrucciones que guían las inferencias que se han de obtener del conjunto de los dos miembros relacionados", p. 4093.

    A veces, el primer miembro puede ser situacional o contextual, implícito. Un niño puede mostrarle a otro su coche de juguete y decirle "Además, tiene sirena".

        -2.1 Conectores aditivos, que "unen a un miembro discursivo anterior otro con la misma orientación argumentativa", lo que permite inferir conclusiones que de otro modo no se alcanzarían. Hay de dos tipos:

  1. Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa ("incluso" -que indica que el argumento que sigue es más fuerte que el primero: por eso puede decirse: "Debemos llevar al niño al hospital. Tiene mucha fiebre e, incluso, ha comenzado a delirar", pero no *"Debemos llevar al niño al hospital, ha comenzado a delirar e, incluso, tiene mucha fiebre"-, "inclusive" y "es más" -que también potencia el argumento siguiente respecto al que precede-)

  1. Los que no cumplen esta condición ("además" -que puede recibir complementos y ocupar el solo un turno de palabra-, "encima" -que presentra el miembro anterior como argumento suficiente para una conclusión determinada y, a diferencia de además, puede incluir una conclusión opuesta: "Se te compra una cosa y, encima, lloras"-, "aparte" -propio de la lengua coloquial: "No iré a ver esa película. Es larga y aburrida. Aparte, he quedado para ir a la disco", "por añadidura" (que conecta con un miembro anterior y más frecuentemente con una serie anterior de ellos)

        -2.2 Conectores consecutivos, que "presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una consecuencia de un miembro anterior": pues y así pues (ambos, que "se limitan a mostrar el miembro en que se encuentran como un consecuente de un miembro anterior", por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí, ("que fundamentan su paso de un antecedente al consecuente en un razonamiento") en consecuencia y de resultas (donde el consecuente es un estado de cosas que se produce a partir de otro estado de cosas), así, entonces...

        -2.3 Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por contra (que muestran contraste o contradicción entre los miembros vinculados), antes bien (cuyo miembro discursivo comenta el mismo tópico que el miembro anterior), sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora (que introducen conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miembro), y "eso sí", que "muestra un miembro discursivo que atenúa la fuerza argumentativa del miembro anterior".

3.º Reformuladores, "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior", p. 4121. La reformulación va desde la explicitación de un miembro que pudiera haber sido mal comprendido hasta la rectificación, y se diferencian de los conectores en que no tienen en cuenta ambos miembros, sino más bien sólo el segundo. Puede tratarse, además, de una autorreformulación, si rectifica el mismo hablante, o una heterorreformulación, si rectifica otro.

        -3.1 Reformuladores explicativos: o sea, es decir (ambos pueden comentar el mismo tópico que precede o no), esto es, a saber -casi siempre en el discurso escrito este último y ambos referidos sólo al tópico que precede), y otros muchos menos gramaticalizados como "en otras palabras", "en otros términos", "dicho con/en otros términos", "(dicho) con otras palabras", "dicho de otra manera/modo/forma", etc...

        -3.2 Reformuladores rectificativos, que "sustituyen un primer miembro, que presentan como una formulación incorrecta, por otra que la corrige, o al menos la mejora": "mejor dicho", "mejor aún", "más bien" y "digo" -como inciso, menos gramaticalizado-, precedidos de "o" o no.

        -3.3 Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como no relevante un miembro del discurso anterior a aquel que los acoge. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha de condicionar la prosecución del discurso, al tiempo que se priva de pertinencia el miembro discursivo que le precede": en cualquier caso (que no comenta el mismo tópico anterior y en periodos complejos en los cuales es posible escoger entre varios miembros anteriores), en todo caso ( no equivalente al anterior y que, entre dos miembros del discurso, invalida la pertinencia del primero), de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)... Todos ellos, menos en "en todo caso", no comentan el mismo tópico que el miembro discursivo anterior.

        -3.4 Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos", p. 4133: en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras -que presentan el miembro como una condensación de miembros anteriores-; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin; total -que se usa de dos formas: sea para presentar la exposición antecedente como innecesariamente prolija, sea como operador discursivo para reformular miembros implícitos y reforzar como argumento el miembro discursivo que introduce- ; al fin y al cabo, después de todo (que indican que el miembro en que se encuentran tiene más fuerza argumentativa que otros miembros anteriores antiorientados con él, como algunas veces también "en realidad" y "en el fondo")...


4.º Operadores argumentativos, que "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".

        -4.1 Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran frente a otros posibles argumentos, sean estos explícitos o implícitos. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones": en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc...

        -4.2 Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.

5.º Marcadores conversacionales. Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor que favorece, por ejemplo, el despliegue de una serie de estrategias que señalan el enfoque o la posición que el hablante va adoptando con respecto al interlocutor (amigable, por caso, o distanciada) -función que cumplen los 'enfocadores de la alteridad'-  y se relacionan con las fórmulas de cortesía, o bien señalan el frecuente cambio de tema de conversación o indican que el hablante ha recibido el mensaje emitido por el oyente, o que ha comprendido dicho mensaje, o que desea mantener el contacto comunicativo o conservar su turno de palabra (ya, sí, bueno, eh, este...), marcadores metadiscursivos que sirven para estructurar la conversación y pueden transformarse en meros indicadores fáticos.

    En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza inlocutiva de los contenidos locutivos.

    Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:

    A) La modalidad 'epistémica', "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.

    Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."

    B) La modalidad 'deóntica', "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"

    Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."

    -5.1 De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-

        5.1.1 Marcadores de evidencia (es decir, reforzadores de la aserción, por lo que pueden reforzar a sí o a no, y algunos incluso tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc...- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...

        5.1.2 Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto -que excluye de responsabilidad ante el juicio que sigue al presentarlo como dicho por otros-, "al parecer", menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)

    -5.2 De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales copulativas del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc...).

    Ejemplos: "bueno" -que expresa menor convicción o un tipo de acuerdo menos decidido, entusiasta o completo que el siguiente en uso, "bien" y no admite como este la gradación con "muy", por estar mucho más gramaticalizado; bien puede señalar valoración positiva y aceptación, pero "bueno" sólo aceptación, anticipando el acuerdo con el interlocutor y reservándose una objeción; "vale" -de uso entre los jóvenes y censurado como muletilla-, de acuerdo -que admite gradación, cuantificación y modalidad interrogativa, al contrario que bueno o bien- y otros -conforme, perfectamente, cabalmente -arcaico-, y los hispanoamericanos "definitivamente" y "okey". No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc...

    -5.3 Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc... Con frecuencia son indicadores de la cortesía verbal. En cuanto al enfoque pragmático, "muestran la vinculación del marcador con el miembro del discurso al que este remite, enriqueciendo la trabazón pragmática entre este y lo que precede en el discurso". Se duplican con frecuencia: "Hombre, hombre..." "Hombre, mira, ...."

    Ejemplos: hombre -cuyo origen es el frecuente vocativo y puede emplearse también referido a mujeres, al contrario que 'mujer', término marcado y más bien usado como vocativo-, que indica complicidad incluso cuando no hay tuteo y transmite tono amistoso a la conversación. Tiene dos usos cuando encabeza la expresión, uno para atenuar un cierto desacuerdo que aparece después, y otro para expresar sorpresa y alegría ante un encuentro. Al final del segmento en que se integra, se empapa del valor ilocutivo del segmento anterior y se vuelve una expresión más atemperada: "No te apures, hombre".

    "Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", también formas verbales gramaticalizadas y desemantizadas para transformarse en llamadas de atención sobre un miembro del discurso considerado informativamente muy relevante, al paso que aproximan al hablante con cortesía positiva al modo de entender las cosas del interlocutor. Pospuesta es más autorreflexiva. "Oye", "oiga" se suele combinar frecuentemente con "mira", e introduden un miembro con información relevante que el que lo usa está ineresado en transmitir. También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. También tienen que ver con efocadores de la alteridad expresiones como ¿no? ¿verdad? ¿eh? etc... que demandan del oyente anuencia o corroboración respecto del segmento del discurso que remiten. "Por favor" en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.

    -5.4 Metadiscursivos conversacionales son los que "vienen a representar trazos del esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso. En ciertos casos, se los ha considerado también marcas que, en la oralidad, cumplen un papel parecido al de los signos de puntuación que se emplean en los textos escritos", p. 4191. En realidad, se relacionan mucho con los 'estructuradores de la información' y los 'reformuladores del discurso', pero al referirse sobre todo a la conversación los autores hacen de ellos un grupo aparte.

    Todas las unidades metadiscursivas participan de la función fática del lenguaje. "Ya", "sí", "bueno", "bien" (estos dos últimos son característicos del español por su polifuncionalidad), "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamerica- .


RESUMEN SOBRE LOS MARCADORES DEL DISCURSO

A- Estructuradores de la información (comentadores, ordenadores de apertura, de continuidad y de cierre, digresores, comentadores)
B- Conectores (aditivos, consecutivos y contraargumentativo)
C- Reformuladores (explicativos, rectificativos, distanciadores, recapitulativos)
D- Operadores argumentativos (de refuerzo y concreción)
E- Marcadores conversacionales (espistémicos –de evidencia o bien orientadores de fuente- y deónticos, enfocadores de alteridad y metadiscursivos conversacionales)

A. Estructuradores de información. Para desarrollar la información contenida en un discurso

    1.1 Comentadores, que "presentan un nuevo comentario": pues (sin pausa después), pues bien , (que asume lo anterior para lo que sigue) así las cosas (que no asume lo anterior para lo que sigue), dicho esto/eso , etc.

    -¿Conocía a Soleiro?
    -¿Un cojo que iba a Mondoñedo al mercado?
    -El mismo. Pues se le apareció a su mujer en forma de cuervo.

    1.2 Ordenadores, que "agrupan varios miembros como partes de un solo comentario; de uso más frecuente en el texto escrito que en el oral. Por lo general se basan en la numeración (primero.. segundo) en el espacio (por un lado, por otro lado..., por una parte... por otra; de un lado... de otro) o en el tiempo (después, luego, en fin, finalmente...). Algunos de ellos forman pares correlativos, incluso mixtos de espacio y número o tiempo. 
   
Hay de tres tipos:

        1.2.1 Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...

        1.2.2 Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...

        1.2.3 Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.

    Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.

    "Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.

    El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.

    "En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.

    "De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.

    1.3 Digresores, "introducen un comentario lateral en relación con el tópico principal del discurso": Por cierto, a propósito, a todo esto (que introduce un miembro que pide información que en ese momento del discurso ya se debería conocer), y, menos gramaticalizados, "dicho sea de paso", "dicho sea", "entre paréntesis", "otra cosa" (que sirve para introducir otro tema sin ceder el turno de palabra, etc.

    B Conectores, "unos marcadores discursivos que vinculan semántica- y pragmáticamente un miembro del discurso con otro anterior”.

    A veces, el primer miembro puede ser situacional o contextual, implícito. Un niño puede mostrarle a otro su coche de juguete y decirle "Además, tiene sirena".

        -2.1 Conectores aditivos, que "unen a un miembro discursivo anterior otro con la misma orientación argumentativa", lo que permite inferir conclusiones que de otro modo no se alcanzarían. Hay de dos tipos:

  1. Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa ("incluso" -que indica que el argumento que sigue es más fuerte que el primero: por eso puede decirse: "Debemos llevar al niño al hospital. Tiene mucha fiebre e, incluso, ha comenzado a delirar", pero no *"Debemos llevar al niño al hospital, ha comenzado a delirar e, incluso, tiene mucha fiebre"-, "inclusive" y "es más" -que también potencia el argumento siguiente respecto al que precede-)

  1. Los que no cumplen esta condición ("además", "y encima" -que presentra el miembro anterior como argumento suficiente para una conclusión determinada y, a diferencia de además, puede incluir una conclusión opuesta: "Se te compra una cosa y, encima, lloras"-, "aparte" -propio de la lengua coloquial: "No iré a ver esa película. Es larga y aburrida. Aparte, he quedado para ir a la disco", "por añadidura" (que conecta con un miembro anterior y más frecuentemente con una serie anterior de ellos)

        -2.2 Conectores consecutivos, que "presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una consecuencia de un miembro anterior": pues , así pues , por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí); en consecuencia y de resultas (donde el consecuente es un estado de cosas que se produce a partir de otro estado de cosas), así, entonces...

        -2.3 Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por contra (que muestran contraste o contradicción entre los miembros vinculados), antes bien (cuyo miembro discursivo comenta el mismo tópico que el miembro anterior), sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora (que introducen conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miembro), y "eso sí", que "muestra un miembro discursivo que atenúa la fuerza argumentativa del miembro anterior".

C- Reformuladores, "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior

        -3.1 Reformuladores explicativos: o sea, es decir , esto es, a saber; "en otras palabras", "en otros términos", "dicho con/en otros términos", "(dicho) con otras palabras", "dicho de otra manera/modo/forma", etc...

        -3.2 Reformuladores rectificativos, que "sustituyen un primer miembro, que presentan como una formulación incorrecta, por otra que la corrige, o al menos la mejora": "mejor dicho", "mejor aún", "más bien" y "digo" -como inciso, menos gramaticalizado-, precedidos de "o" o no.

        -3.3 Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como no relevante un miembro del discurso anterior a aquel que los acoge. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha de condicionar la prosecución del discurso, al tiempo que se priva de pertinencia el miembro discursivo que le precede": en cualquier caso , en todo caso, de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)...

        -3.4 Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos": en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras -que presentan el miembro como una condensación de miembros anteriores-; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin; total -que se usa de dos formas: sea para presentar la exposición antecedente como innecesariamente prolija, sea como operador discursivo para reformular miembros implícitos y reforzar como argumento el miembro discursivo que introduce- ; al fin y al cabo, después de todo (que indican que el miembro en que se encuentran tiene más fuerza argumentativa que otros miembros anteriores antiorientados con él, como algunas veces también "en realidad" y "en el fondo")...


D- Operadores argumentativos, que "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".

        -4.1 Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran”. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones: en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc...

        -4.2 Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.

E- Marcadores conversacionales. Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor.

    En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza inlocutiva de los contenidos locutivos.

    Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:

    A) La modalidad 'epistémica', "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.

    Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."

    B) La modalidad 'deóntica', "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"

    Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."

    -5.1 De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-

        5.1.1 Marcadores de evidencia (reforzadores de la aserción sí o no, y algunos tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc...- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...

        5.1.2 Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto , "al parecer", menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)

    -5.2 De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc...).

    Ejemplos: "bueno", "bien"; "vale", de acuerdo,conforme, perfectamente, cabalmente, y los hispanoamericanos "definitivamente" y "okey". No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc...

    -5.3 Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc...
  
    "Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", "oye", "oiga". También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. Expresiones como ¿no? ¿verdad? ¿eh? etc... Por favor" en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.

    -5.4 Metadiscursivos conversacionales trazan el esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso, como signos de puntuación para el descanso. 
    "Ya", "sí", "bueno", "bien", "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamerica- .


RESUMEN DE LOS EJEMPLOS

A. Estructuradores de información. Para desarrollar la información contenida en un discurso 
    1.1 Comentadores, : pues , pues bien , así las cosas , dicho esto/eso , etc.

    1.2 Ordenadores,
  
        1.2.1 Ordenadores que marcan apertura. Sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramente, por una parte, por un lado, de una parte, de un lado...

        1.2.2 Ordenadores que marcan continuidad. Indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie de la que no es ni el principio: en segundo/tercer/cuarto... lugar, por otra (parte), por otro (lado), por su parte, de otra (parte), de otro (lado), asimismo, igualmente, de igual forma/modo/manera, luego, después...

        1.2.3 Ordenadores que marcan cierre. Señalan el fin de una serie discursiva: Por último, en último lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente.

    Algunos ordenadores, si van en incisos, se aproximan a los digresores, como es el caso de por otra parte, por otro lado y por lo demás.

    "Por su parte" carece de marcador de apertura y no se encuentra totalmente gramaticalizado como tal.

    El marcador de cierre "por lo demás" jerarquiza su miembro como de menor importancia que los anteriores.

    "En parte" se repite en el discurso como marcador de apertura el primero y de continuidad el segundo.

    "De igual modo/forma/manera/suerte" están también poco gramaticalizados.

    1.3 Digresores, Por cierto, a propósito, a todo esto , "dicho sea de paso", "dicho sea", "entre paréntesis", "otra cosa", etc.

    B Conectores,

        -2.1 Conectores aditivos,
  1. Los que ordenan ambos miembros discursivos en la misma escala argumentativa "incluso" ,"inclusive" y "es más"

  1. Los que no cumplen esta condición ("además", "y encima" ,"aparte", "por añadidura"

        -2.2 Conectores consecutivos, : pues , así pues , por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuentemente, por ende y de ahí); en consecuencia y de resultas , así, entonces...

        -2.3 Conectores contraargumentativos, que "vinculan dos miembros del discurso de tal modo que el segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener del primero": en cambio, por el contrario y por contra, antes bien, sin embargo, no obstante, con todo, empero, ahora bien y ahora y "eso sí

C- Reformuladores, "marcadores que presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior

        -3.1 Reformuladores explicativos: o sea, es decir , esto es, a saber; "en otras palabras", "en otros términos", "dicho con/en otros términos", "(dicho) con otras palabras", "dicho de otra manera/modo/forma", etc...

        -3.2 Reformuladores rectificativos, :"mejor dicho", "mejor aún", "más bien" y "digo"

        -3.3 Reformuladores de distanciamiento, que "presentan como irrelevante un miembro del discurso: en cualquier caso , en todo caso, de todos modos/maneras/formas, de cualquier modo/manera/forma (menos frecuentes), de cualquier suerte, de todas suertes (arcaicos)...

        -3.4 Reformuladores recapitulativos, que "presentan su miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a partir de un miembro anterior o de una serie de ellos": en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras ; en resumidas cuentas, en definitiva y a fin de cuentas, en fin;; al fin y al cabo, después de todo, en realidad" y "en el fondo")...


D- Operadores argumentativos, que "son aquellos marcadores que por su significado condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en que se incluyen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior".

        -4.1 Operadores de refuerzo argumentativo, cuyo "significado consiste esencialmente en reforzar como argumento el miembro del discurso en el que se encuentran”. De este modo, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los otros como desencadenantes de posibles conclusiones: en realidad -que distingue a otro argumento como "apariencia"-, en el fondo -que presenta a un argumento con mayor fuerza que otro meramente "posible"-, de hecho -que presenta a un argumento como un hecho cierto, y por lo tanto con más fuerza que otro discutible o probable- etc...

        -4.2 Operadores de concreción, que "presentan el miembro del discurso que los incluye como una concreción o ejemplo de una expresión más general": por ejemplo, verbigracia, en concreto, en particular, por caso.

E- Marcadores conversacionales. Estos se distinguen de los de la lengua escrita en que a su función 'informativa' o 'transaccional' suman otra función 'interactiva' o 'interaccional' orientada hacia el interlocutor.

    En la conversación hay, pues, que distinguir 'modalidades' frente a 'contenidos proposicionales', o, en la terminología de los llamados 'actos de habla', la fuerza inlocutiva de los contenidos locutivos.

    Dos grandes tipos de modalidad establecen los autores:

    A) La modalidad 'epistémica', "que se refiere a nociones que guardan relación: a) con la posibilidad o con la necesidad, b) con la evidencia, sobre todo a través de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por otros, etc.

    Sus marcadores son del tipo de "en efecto, claro, por lo visto..."

    B) La modalidad 'deóntica', "que incluye actitudes que tienen que ver con la voluntad o con lo afectivo"

    Sus marcadores son del tipo de "bueno, bien..."

    -5.1 De modalidad epistémica -que se usan en enunciados declarativos-

        5.1.1 Marcadores de evidencia (reforzadores de la aserción sí o no, y algunos tematizándolos con "que"): claro, desde luego, por supuesto, naturalmente y sin duda -menos gramaticalizado, pues admite variantes como sin duda alguna / ninguna / de ningún género etc...- Otro grupo no puede hacerlo: en efecto, efectivamente...

        5.1.2 Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje (el hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien referirlo como algo que ha oído decir, que conoce a través de otros y que transmite como una opinión ajena): por lo visto , "al parecer", menos gramaticalizado y menos coloquial (tiene las variantes a mi parecer, al parecer de unos y de otros, según parece, a lo que parece...)

    -5.2 De modalidad deóntica (reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo): estos marcadores indican si el hablante acepta, admite consiente en o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten, van separados por una pausa más marcada y pueden alternar con otros procedimientos expresivos: los verbos realizativos acepto, consiento, admito, construcciones verbales del estilo de bien está, está bien, bueno está, etc...).

    Ejemplos: "bueno", "bien"; "vale", de acuerdo,conforme, perfectamente, cabalmente, y los hispanoamericanos "definitivamente" y "okey". No son marcadores del discurso expresiones como "venga", "en absoluto", "ni hablar" etc...

    -5.3 Enfocadores de alteridad, que apuntan al oyente (hombre, mira, oye) o menos frecuentemente a ambos interlocutores (vamos) y sirven, sí, para comentar el fragmento del discurso al que remiten -para mostrar la actitud del hablante respecto de este- pero sobre todo para señalar el enfoque de las relaciones que mantiene el hablante con el oyente: amistosas, corteses, etc...
  
    "Bueno" -en un uso distinto al deóntico y al metadiscursivo, pues sólo sirve para reforzar la imagen positiva del hablante-, "vamos", en similar uso y además para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, "mira", "mire", "oye", "oiga". También se suelen usar formas verbales en segunda persona: ves, verás, escucha, fíjate, sabes, entiendes, que reflejan signos claros de gramaticalización. Expresiones como ¿no? ¿verdad? ¿eh? etc... Por favor" en inciso es también un marcador del discurso enfocador de la alteridad muy gramaticalizado.

    -5.4 Metadiscursivos conversacionales trazan el esfuerzo que realizan los hablantes para formular e ir organizando su discurso, como signos de puntuación para el descanso. 
    "Ya", "sí", "bueno", "bien", "eh", "este" -más frecuente en Hispanoamerica- .