1º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTOS NARRATIVOS.
LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE. CAMILO JOSÉ CELA.
Cuando arreglé los
primeros asuntillos me di perfecta cuenta de mi candor al creer que las
pesetas que traía en el bolso habrían de bastarme para llegar a América.
¡Jamás hasta entonces se me había ocurrido pensar lo caro que resultaba
un viaje por mar! Fui a la agencia, pregunté en una ventanilla, de
donde me mandaron a preguntar a otra, esperé en una cola que duró, por
lo bajo, tres horas, y cuando me acerqué hasta el empleado y quise
empezar a inquirir sobre cuál destino me sería más conveniente y cuánto
dinero había de costarme, él ?sin soltar palabra dio media vuelta para
volver al punto con un papel en la mano. Itinerarios? tarifas... Salidas
de La Coruña los días 5 y 20.
Yo
intenté persuadirle de que lo que quería era hablar con él de mi viaje,
pero fue inútil. Me cortó con una sequedad que me dejó desorientado. No
insista.
Me marché
con mi itinerario y mi tarifa y guardando en la memoria los días de las
salidas. ¡Qué remedio! En la casa donde vivía, estaba también alojado un
sargento de artillería que se ofreció a descifrarme lo que decían los
papeles que me dieron en la agencia, y en cuanto me habló del precio y
de las condiciones de pago se me cayó el alma a los pies cuando calculé
que no tenía ni para la mitad. El problema que se me presentaba no era
pequeño y yo no le encontraba solución. El sargento, que se llamaba
Adrián Nogueira, me animaba mucho ?él también había estado allá y me
hablaba constantemente de La Habana y hasta de Nueva York. Yo ¿para qué
ocultarlo? lo escuchaba como embobado y con una envidia como a nadie se
la tuve jamás, pero como veía que con su charla lo único que ganaba era
alargarme los dientes, le rogué un día que no siguiera porque ya mi
propósito de quedarme en el país estaba hecho.
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