lunes, 28 de marzo de 2016

2º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTOS HUMANÍSTICOS II. INTERMEDIO CON CIFRAS.

INTERMEDIO CON CIFRAS

Mucha gente en el mundo es capaz de hablar inglés. El resto lo intenta. Gracias a este resto, el idioma se ha convertido en una fuente de ingresos para los británicos comparable a las rentas del petróleo. Algo similar ocurre en Antigua o Quetzaltenango, ciudades guatemaltecas donde el turismo se ha especializado, prácticamente, en cursos de lengua española para que los norteamericanos pronuncien correctamente “la lluvia en Sevilla es una maravilla”. Solemos considerar las lenguas como cosa del espíritu y la cultura; sin embargo, hace ya algún tiempo que son poderosas materias primas materias primas para industrias propias de nuestros días.
El pasmoso desarrollo experimentado por los medios de comunicación en poco años y las necesidades de entenderse en un mundo cada vez más internacionalizado, han dotado a algunos idiomas de unos valores económicos desconocidos hace un par de generaciones; viceversa, infinidad de actividades han visto cómo la lengua multiplicaba sus posibilidades mercantiles. El español pertenece a este particular club de las lenguas de importante valor y rentabilidad económicos. Es razonable suponer que en las sociedades posindustriales, donde los servicios y las comunicaciones y las comunicaciones van incrementando su peso frente a las fuentes clásicas de producción, el valor económico de la lengua se multiplique. En un artículo publicado en la revista Time hace ahora tres años, Ronald Buchaman decía: “language is money”, pero no refiriéndose al inglés, sino al español como lengua ventajosa ante las perspectivas comerciales de Hispanoamérica, Brasil y los propios Estados Unidos.
El español ofrece un capital interesante. Si en su futuro europeo, empezando por España, se prevé nubosidad variable, en su futuro americano se prevén cielos más despejados, los previstos asimismo para su instalación internacional: en el año 2030, según el Britannica World Data, el 7,5 % de la población mundial podrá comunicarse en español, porcentaje muy superior al esperable para el francés (1,4 %), el ruso (2,2 %), el árabe (4,6%), el japonés (1,4%) o el alemán (1,2%) Como GLM (grupo de lengua materna), sólo lo superará el chino.
Sin hacer gran cosa por lograrlo, el español se ha convertido a comienzos del siglo XXI en un material estratégico de primer orden para la sociedad de la comunicación que se avecina.
El porvenir del español, Taurus, Juan Ramón Lodares.

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