miércoles, 9 de noviembre de 2011

2º BACHILLERATO. COMENTARIO DE TEXTOS POÉTICOS DEL ROMANTICISMO.




TEXTOS POÉTICOS DEL ROMANTICISMO. 2º BACHILLERATO.

RIMA XLI, BÉCQUER

Tú eras el huracán, y yo la alta
torre que desafía su poder.
¡Tenías que estrellarte o que abatirme...!
¡No pudo ser!

Tú eras el océano; y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén.
¡Tenías que romperte o que arrancarme...!
¡No pudo ser!

Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!


CANCIÓN DEL PIRATA, ESPRONCEDA.


Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman, 5
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento, 10
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa, 15
y allá a su frente Stambul:

«Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza 20
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho 25
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies. 30

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


CANTO A TERESA, ESPRONCEDA

Que así las horas rápidas pasaban,

y pasaban a la par nuestra ventura;

y nunca nuestras ansias las contaban,

tú embriagada en mi amor, yo en tu hermosura,

las horas ¡ay! huyendo nos miraban

llanto tal vez vertiendo de ternura,

que nuestro amor y juventud veían,

y temblaban las horas que vendrían.

Y llegaron en fin: ¡oh!, ¿quién impío,

¡ay!, agostó la flor de tu pureza?

Tú fuiste un tiempo un cristalino río,

manantial de purísima limpieza;

después torrente de color sombrío,

rompiendo entre peñascos y maleza,

y estanque, al fin, de aguas corrompidas,

entre fétido fango detenidas. (…)

EN LAS ORILLAS DEL SAR, ROSALÍA DE CASTRO
Ya duermen en su tumba las pasiones
el sueño de la nada;
¿es, pues, locura del doliente espíritu,
o gusano que llevo en mis entrañas?
Yo sólo sé que es un placer que duele,
que es un dolor que atormentado halaga,
llama que de la vida se alimenta,
mas sin la cual la vida se apagara.

SE CORREGIRÁ CADA UNO DE ELLOS LA SEMANA PRÓXIMA, COMENZANDO EL LUNES.

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